LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Juan Ramón Díaz, periodista).- El Ministerio de Salud ha anunciado que se homologarán los carnés de vacunación contra la fiebre amarilla emitidos en el extranjero, de acuerdo con la reforma del artículo 20 del Decreto Ejecutivo N.° 39997-S-G-SP-RE. Esta medida busca garantizar que los viajeros y ciudadanos cuenten con un certificado válido conforme al Reglamento Sanitario Internacional. Sin embargo, más allá de su importancia en materia de salud pública, es necesario evaluar los desafíos que esta regulación podría implicar en la práctica.
Un
control sanitario indispensable
La
fiebre amarilla es una enfermedad viral grave que puede generar brotes
epidémicos. Por ello, muchos países han adoptado requisitos estrictos de
vacunación para viajeros provenientes de zonas endémicas. La homologación de
carnés extranjeros es una decisión acertada, pues estandariza los certificados
y evita la circulación de documentos falsificados o incompletos que podrían
poner en riesgo la salud pública.
Los
requisitos establecidos para la homologación son claros y estrictos: el carné
debe incluir información detallada sobre la persona vacunada, los datos del
profesional que emite el certificado y las especificaciones de la vacuna. Este
nivel de rigurosidad es fundamental para garantizar la autenticidad del
documento y la efectividad de la vacunación.
¿Exceso
de burocracia?
Si
bien la intención de la medida es loable, su implementación podría generar
complicaciones. La homologación solo se realizará en las Direcciones de Áreas
de Rectoría de la Salud, lo que podría dificultar el acceso a este trámite para
personas que residen lejos de estas oficinas. ¿No sería más eficiente habilitar
un sistema digital o permitir que otras instituciones de salud acreditadas
realicen la validación?
Además,
los criterios estrictos, aunque necesarios, pueden convertirse en una barrera
para quienes se hayan vacunado en países con formatos de certificación
ligeramente distintos. Si un carné carece de alguno de los requisitos formales,
¿se rechazará automáticamente, aunque la persona haya sido inmunizada
correctamente? La normativa no especifica soluciones para estos casos, lo que
podría generar inconvenientes innecesarios para viajeros y ciudadanos.
Garantizar
la autenticidad de los certificados de vacunación contra la fiebre amarilla es
una medida acertada y necesaria. Sin embargo, la implementación de este proceso
debe ser ágil y accesible para evitar que se convierta en un obstáculo
burocrático. El Ministerio de Salud debería considerar mecanismos alternativos,
como la validación digital o la posibilidad de corregir pequeñas omisiones en
los carnés extranjeros, siempre que se pueda verificar la autenticidad de la
vacunación.
El reto no es solo homologar documentos, sino garantizar que el proceso sea eficiente y funcional sin poner trabas innecesarias a quienes ya han cumplido con su responsabilidad sanitaria.
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