LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gabriel de Jesús Aguilar Sandoval).- Mi nombre es Gabriel Aguilar, y soy un joven activista que siempre ha aboga por los principios libertarios, además que de una temprana edad he sentido un profundo interés por la política de mi país. Desde esta perspectiva, considero fundamental analizar con objetividad la situación del país y exigir soluciones reales a los problemas que nos afectan en la actualidad.
Costa Rica enfrenta una crisis socioeconómica sin precedentes. Actualmente, el 18% de los hogares se encuentran en condición de pobreza, mientras que un 4.8% de la población vive en pobreza extrema, lo que equivale a más de 400 mil costarricenses. A esto se suma un preocupante deterioro en la seguridad ciudadana: el país cerró el 2024 con más de 800 homicidios, 880 para ser exactos, lo que representa un asesinato cada 9 horas y 11 minutos. La tasa de desempleo supera el 7%, dejando a más de 176 mil personas sin trabajo. Adicionalmente, más de 800 mil costarricenses han reducido su alimentación diaria debido a la precariedad económica, sacrificando al menos una comida al día para tener qué comer el día siguiente.
Pese a estas cifras realmente alarmantes, es importante reconocer que el Gobierno de la República ha realizado enormes esfuerzos por combatir estos problemas. Entre sus logros más destacados se encuentra la implementación de programas de seguridad que han permitido desarticular importantes redes del crimen organizado, como lo es la Operación Costa Rica Segura Plus, que inició en 2023, se detuvieron más de 126,000 personas, de las cuales más de 62,000 correspondieron a delitos por tenencia y consumo de drogas, y casi 11,000 por violencia intrafamiliar. Además, se decomisaron 14,279 armas blancas y 1,608 armas de fuego. Se han desarticulado redes del crimen organizado con la captura de más de 1,200 miembros de grupos delictivos en el último año, se han incrementado los patrullajes policiales en zonas de alta criminalidad y se ha promovido la inversión extranjera directa, logrando atraer a 32 nuevas empresas dentro del régimen de zona franca, generando más de 15,000 empleos en sectores estratégicos como tecnología y manufactura. Se han desarticulado redes del crimen organizado y se han promovido incentivos para atraer inversión extranjera directa, fomentando así la generación de empleo. Sin embargo, estos esfuerzos resultan insuficientes cuando la Asamblea Legislativa, órgano clave para la formulación de políticas públicas, parece estar desconectada de las verdaderas necesidades del país.
Sin embargo, pareciera ver que, ante este panorama, hay otro grupo de políticos que están completamente exentos de la realidad país que estamos viviendo. Me refiero a la desconexión alarmante de ciertos sectores de la Asamblea Legislativa con la realidad del país. Mientras la inseguridad y la crisis económica afectan a cientos de miles de costarricenses, algunos diputados han priorizado la presentación de proyectos de ley que poco o nada contribuyen a solucionar estos problemas. Entre estos, se encuentran iniciativas como la declaratoria benemérita del Parque Simón Bolívar, el cual ya ni siquiera es parque porque lo cerraron el año pasado, de igual manera tenemos la designación de dos especies de colibrí como símbolos nacionales y por último, el extraordinario día de la “Persona de Talla Baja”, como si esto les fuera a ayudar o mejorar sus vidas. Aunque es un hecho que el reconocimiento de la identidad y la cultura nacional son importantes, considero que se le deberían de dar mucha más importancia a cosas que realmente necesita el país, y más aún, tomando en cuenta que la Asamblea Legislativa tiene un costo de más de 203 millones de colones diarios.
Pero es aún más grave es el rechazo sistemático de ciertos diputados (mayoritariamente del Partido Liberación Nacional y del Frente Amplio) a proyectos de ley fundamentales para la seguridad del país. Proyectos tales como el expediente 24047, conocido como la Ley contra el Sicariato en Costa Rica presentado por la fracción del Partido Nueva República, y otras iniciativas para endurecer las sanciones contra el crimen organizado han sido desestimadas.
Esta negativa pone en entredicho el compromiso de ciertos sectores políticos con la seguridad ciudadana, (que da la casualidad que los mismos, son de índole de izquierda), especialmente cuando el país enfrenta una ola de criminalidad sin precedentes.
Por esto mismo, es imperativo señalar que nuestros representantes en la Asamblea Legislativa comprendan la realidad que vive la mayoría de los costarricenses. La inseguridad y la crisis económica no son cifras abstractas, sino problemas que afectan directamente la vida diaria de miles de personas. Desde la inseguridad en el transporte público hasta el temor de quienes residen en comunidades vulnerables, la situación demanda acciones concretas y urgentes. Sin embargo, quienes deberían legislar para mejorar estas condiciones parecen estar más preocupados por sus propios intereses que por su propio pueblo.
El país requiere un liderazgo político que priorice el bienestar de la ciudadanía antes que por colores o intereses políticos. Es por esto mismo que es crucial que, en estas próximas elecciones del 2026, los costarricenses reflexionen detenidamente sobre el futuro de la nación y elijan representantes comprometidos con resolver los problemas estructurales que hoy afectan a Costa Rica, y dejar de votar por los mismo de siempre, y es que ¿cuándo se ha visto que con los mismos de siempre se haya tenido un avance en algo significativo? No hay que ser un genio para darse cuenta que no se pueden esperar resultados distintos con los mismo que han estado en el poder durante años, lo único que ha sido diferente con los mismos de siempre, han sido los casos de corrupción, pero fuera de eso todo ha seguido igual con ellos. La seguridad, el empleo y la estabilidad económica deben estar en el centro de la agenda legislativa, y es responsabilidad de la población exigirlo, porque fue gracias a nosotros que esos diputados que hoy día nos “representan” estén en una curul ganando 4 millones de colones mensuales, sin preocupación alguna por lo que el pueblo está realmente pasando.
¡¡Costarricenses!! El tiempo de actuar es ahora. Costa Rica no puede permitirse seguir postergando las soluciones que tanto necesita. La Asamblea Legislativa no puede continuar con su nefasta falta de prioridades mientras la ciudadanía sufre las consecuencias de una crisis que requiere atención de inmediato.
Pero es aún más grave es el rechazo sistemático de ciertos diputados (mayoritariamente del Partido Liberación Nacional y del Frente Amplio) a proyectos de ley fundamentales para la seguridad del país. Proyectos tales como el expediente 24047, conocido como la Ley contra el Sicariato en Costa Rica presentado por la fracción del Partido Nueva República, y otras iniciativas para endurecer las sanciones contra el crimen organizado han sido desestimadas.
Esta negativa pone en entredicho el compromiso de ciertos sectores políticos con la seguridad ciudadana, (que da la casualidad que los mismos, son de índole de izquierda), especialmente cuando el país enfrenta una ola de criminalidad sin precedentes.
Por esto mismo, es imperativo señalar que nuestros representantes en la Asamblea Legislativa comprendan la realidad que vive la mayoría de los costarricenses. La inseguridad y la crisis económica no son cifras abstractas, sino problemas que afectan directamente la vida diaria de miles de personas. Desde la inseguridad en el transporte público hasta el temor de quienes residen en comunidades vulnerables, la situación demanda acciones concretas y urgentes. Sin embargo, quienes deberían legislar para mejorar estas condiciones parecen estar más preocupados por sus propios intereses que por su propio pueblo.
El país requiere un liderazgo político que priorice el bienestar de la ciudadanía antes que por colores o intereses políticos. Es por esto mismo que es crucial que, en estas próximas elecciones del 2026, los costarricenses reflexionen detenidamente sobre el futuro de la nación y elijan representantes comprometidos con resolver los problemas estructurales que hoy afectan a Costa Rica, y dejar de votar por los mismo de siempre, y es que ¿cuándo se ha visto que con los mismos de siempre se haya tenido un avance en algo significativo? No hay que ser un genio para darse cuenta que no se pueden esperar resultados distintos con los mismo que han estado en el poder durante años, lo único que ha sido diferente con los mismos de siempre, han sido los casos de corrupción, pero fuera de eso todo ha seguido igual con ellos. La seguridad, el empleo y la estabilidad económica deben estar en el centro de la agenda legislativa, y es responsabilidad de la población exigirlo, porque fue gracias a nosotros que esos diputados que hoy día nos “representan” estén en una curul ganando 4 millones de colones mensuales, sin preocupación alguna por lo que el pueblo está realmente pasando.
¡¡Costarricenses!! El tiempo de actuar es ahora. Costa Rica no puede permitirse seguir postergando las soluciones que tanto necesita. La Asamblea Legislativa no puede continuar con su nefasta falta de prioridades mientras la ciudadanía sufre las consecuencias de una crisis que requiere atención de inmediato.
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