LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Sadniv Solrac).- El pastor Peter Baker, de 67 años, exboxeador, fusiona su pasión por el boxeo con su fe. A través de un programa evangelístico, entrena y discipula a niños y sus familias, transmitiendo valores y enseñanzas cristianas mediante el deporte.
El boxeo, según Peter, fomenta la hermandad, el carácter, la disciplina y una forma de pensar enfocada en Dios.
Las clases de boxeo se imparten en una subestación del Departamento del Sheriff del Condado de Kern, con un gimnasio adaptado según las indicaciones del pastor. Semanalmente, más de 70 niños participan en el programa, cuyo impacto trasciende a los menores.
Al menos 20 de las 100 personas de la iglesia de Peter se unieron gracias a su entrenamiento de boxeo.
“Todos mis entrenadores asistentes son personas que no conocieron a Cristo. “Todos aceptaron a Jesús y vinieron a mi iglesia con sus familias y parientes”, testificó el pastor.
Baker, tras una exitosa carrera como boxeador adolescente, aceptó a Jesús y abandonó la competencia, aunque mantuvo su entrenamiento. Más tarde, mientras asistía a seminarios y servía en la iglesia, se dio cuenta del potencial del boxeo como herramienta de evangelización y discipulado al interactuar con los niños de su vecindario.
Al descubrir que Peter era boxeador, los niños mostraron interés en aprender el deporte con él, lo que llevó a la iglesia a crear una organización sin fines de lucro y obtener financiamiento para programas deportivos en las escuelas públicas.
Este esfuerzo evolucionó hasta formar parte de la Liga de Actividades del Sheriff, expandiéndose a otras actividades como levantamiento de pesas y fútbol.
El jefe de policía retirado Martin Barron, quien colaboró con Peter durante 10 años, destaca su pasión por trabajar con jóvenes en riesgo. Barron elogia la capacidad de Peter para conectar con los jóvenes, mostrarles la realidad de la vida, ofrecerse como consejero y generar un impacto positivo en la comunidad a través de sesiones de asesoramiento con los niños y sus familias.
El pastor Peter organizó competiciones de boxeo en un parque para dar a conocer su proyecto evangelístico a la comunidad. Estos eventos, que atraían a entre 200 y 300 personas, mostraban los cambios positivos en la mentalidad de los niños, abriendo sus perspectivas y permitiéndoles visualizar un futuro mejor.
Priorizando la seguridad, Peter detiene las competiciones si un niño se ve superado. Las peleas son consideradas actuaciones donde no hay ganadores ni perdedores, y ambos participantes reciben medallas.
Los eventos inician con una oración y un mensaje sobre Jesús, y se han realizado en diversos lugares, promoviendo valores como la resiliencia, la amistad, la autoestima y el perdón. Peter se maravilla de cómo Dios utiliza el boxeo en su ministerio.
“Lo más increíble fue que me alejé del boxeo y ahora me doy cuenta que me equivoqué y que Dios lo pudo usar”, finalizó.
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