“A lo largo de los años he ido de puerta en puerta y he hecho muchas caminatas de oración. Un día, estaba parado en la esquina de la iglesia que pastoreo ahora, y probablemente esté entre las dos o tres intersecciones más concurridas de nuestra centro”, dijo Fogleman.
El pastor de 82 años, Fogleman, decidió instalar un puesto de oración en una intersección muy transitada para compartir el Evangelio. Con la ayuda de señales y una cruz que él mismo construyó, se ha dedicado a sentarse o caminar cerca de la carretera tres días a la semana, lo que considera el mejor ministerio de su vida.
Hasta ahora, ha atendido a 440 personas que se han detenido a pedir oración y, el pasado mes de junio, bautizó a 11 individuos.
Fogleman ha creado un pequeño pabellón con bancos donde las personas pueden esperar para recibir palabras de ánimo. Ha orado por muchos que enfrentan dificultades, como la falta de hogar y problemas de adicción, y considera un gran privilegio poder interceder por ellos.
A través de su ministerio, ha guiado a varios a Cristo, incluidos dos adolescentes que se dirigieron a su baile de graduación y una pareja que se bautizó tras escuchar su mensaje.
Uno de los momentos destacados de su labor fue el bautismo de Sarah Biggs, quien fue salvada en la cruz de la intersección. Fogleman la llevó a un río cercano para bautizarla en una rampa para barcos, momento que fue celebrado por los presentes.
Ahora, Sarah asiste a la iglesia de Fogleman, lo que refleja el impacto positivo de su ministerio en la comunidad.
“A mi edad y con el Señor todavía dándome la fuerza para hacer lo que hago, es una bendición inmensa. Soy un predicador bautista de tercera generación, y mi abuelo fundó nueve iglesias, creo, y tenía dos vocaciones. Mi padre también tenía dos vocaciones y era pastor de iglesias más pequeñas”, dijo el pastor.
Él está convencido de que las estaciones de oración pueden servir como una herramienta de evangelización para cualquier iglesia. Fogleman llegó a compartir esta idea con JJ Washington, el director nacional de evangelización personal de la Junta de Misiones de América del Norte (NAMB).
“Las iglesias necesitan involucrar a sus comunidades, y el pensamiento innovador de Les ha dado grandes frutos. Creo que su historia es un gran estímulo para que los pastores y las congregaciones en situaciones similares encuentren formas de salir de sus zonas de confort y participar en conversaciones sobre el Evangelio”, respondió Washington.
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