En su declaración, advierten sobre los problemas éticos que implica “priorizar la elección individual”. Señalan que “corremos el riesgo de pasar por alto las repercusiones más amplias para los profesionales de la salud comprometidos con el bienestar de sus pacientes, para los familiares abrumados por las consecuencias y para la sociedad en su conjunto”.
La carta también enfatiza que “la protección de los miembros más vulnerables de la sociedad debe ser nuestra principal prioridad”. Aseguran que “el sistema sanitario ya está lleno de desigualdades que afectan de manera desproporcionada a los pobres, los ancianos, las minorías étnicas y las personas con discapacidades. En lugar de abordar estas disparidades, este proyecto de ley podría agravarlas”.
Los líderes cristianos británicos critican “la insuficiente inversión en cuidados paliativos” y mencionan que “la Asociación de Medicina Paliativa se opone al proyecto de ley, ya que muchos médicos se sienten incómodos al prescribir medicamentos que podrían poner fin a la vida”.
“La mejora de los cuidados paliativos debe ser el centro de atención, garantizando que los pacientes puedan morir con dignidad y apoyo, en lugar de ampliar la opción del suicidio asistido”, añadieron.
Asimismo, los cristianos expresan su inquietud de que “los pacientes vulnerables podrían sentir presión por parte de sus familiares o cuidadores, ya sea de manera directa o indirecta, especialmente considerando el aumento de los costos de los cuidados”.
“Las evaluaciones de la capacidad para el suicidio asistido son complejas, y las personas más cercanas al paciente pueden ser reacias a llevarlas a cabo debido a sus implicaciones. Y la predicción del tiempo de vida que le queda a un paciente es imprecisa y compleja, lo que plantea cuestiones éticas sobre su legitimidad”, se subraya en la carta.
La Alianza Evangélica del Reino Unido (EAUK) y varias organizaciones cristianas han apoyado una carta que insta a los parlamentarios a votar en contra de un proyecto de ley sobre asistencia en el final de la vida.
Los firmantes advierten que la legislación no aborda preocupaciones críticas y podría poner en riesgo a los ciudadanos más vulnerables.
El proyecto de ley, presentado por la diputada laborista Kim Leadbeater, otorga a los adultos con enfermedades terminales el derecho a solicitar ayuda para terminar con su vida. Sin embargo, Danny Webster de la EAUK critica las salvaguardias propuestas, argumentando que son más un procedimiento burocrático que una verdadera protección.
Según él, este proyecto no proporciona dignidad y debería ser rechazado en favor de un mayor enfoque en la atención compasiva hacia quienes sufren.
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