LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Redacción).- Costa Rica se posiciona como uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, según el reciente estudio “Global Climate Action Survey 2024” realizado por Gensler, firma internacional de arquitectura y diseño. El informe revela que el 82% de los costarricenses ha enfrentado olas de calor, el 66% lluvias intensas y el 65% tormentas, evidenciando el impacto directo del clima extremo en la vida cotidiana y en la infraestructura nacional.
Una
infraestructura en riesgo
Eventos
como inundaciones, deslizamientos y la caída de puentes han provocado pérdidas
humanas y materiales, intensificando la urgencia de contar con infraestructura
adaptada a los desafíos climáticos. A pesar de los riesgos, solo el 4% de los
costarricenses se siente "extremadamente preparado" para desastres
naturales, mientras que el 45% considera que sus comunidades no están listas
para afrontarlos.
“La
infraestructura resiliente es un imperativo para la región, especialmente en
momentos donde los cambios en los patrones climáticos son una realidad
constante. Planificar adecuadamente no solo reduce costos a largo plazo, sino
que también protege a las comunidades y fortalece la economía,” señala Paula
Badilla, líder regional de sostenibilidad en Gensler Latinoamérica.
Propuestas
innovadoras y sostenibles
Para
enfrentar estos desafíos, Gensler destaca la importancia de diseñar
infraestructuras resilientes mediante metodologías basadas en proyecciones
climáticas. Estas incluyen el uso de las Trayectorias de Concentración
Representativas (RCP) del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y
análisis de riesgo para garantizar que los proyectos sean adaptables a
escenarios futuros.
Badilla
explica: “Diseñamos infraestructuras anticipando desafíos futuros, evaluando su
comportamiento a largo plazo bajo diferentes emisiones de gases de efecto
invernadero. Esto nos permite crear estructuras capaces de resistir eventos
extremos como lluvias intensas y olas de calor”.
Además,
se promueve la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, como
jardines de lluvia, biojardineras y sistemas de reforestación, que reducen el
impacto de los fenómenos extremos. Paralelamente, la integración de tecnologías
de eficiencia energética y generación de energía in situ asegura la
sostenibilidad y reduce la dependencia de redes externas.
Un
modelo a seguir en sostenibilidad
Costa
Rica, reconocida por su liderazgo en sostenibilidad, tiene una oportunidad
única para convertirse en un referente en infraestructura resiliente en América
Latina. Al priorizar la adaptación climática, el país no solo protegerá a sus
habitantes, sino que atraerá inversiones verdes y fortalecerá su economía.
La
implementación de estas medidas no solo reducirá riesgos, sino que también
mejorará la calidad de vida de la población, disminuyendo problemas de salud
asociados al clima y brindando seguridad y estabilidad en el día a día.
En
un contexto donde los desastres naturales son cada vez más frecuentes, la
resiliencia no es solo una estrategia de desarrollo, sino una necesidad para
garantizar un futuro sostenible y seguro para Costa Rica.
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