LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerado A. Pérez Obando).- La historia del libro es vasta y fascinante. Desde las primeras tablillas de arcilla de Mesopotamia hasta los modernos libros digitales, este medio ha sido insustituible en la transmisión del conocimiento y muchos temas más.
Las civilizaciones que primero utilizaron los libros, Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, China e India, sentaron las bases para el desarrollo cultural y científico de la humanidad.
El concepto de “libro”, como lo conocemos hoy, tiene sus raíces en la necesidad de almacenar, preservar y comunicar información. Aunque hoy asociamos la palabra libro con una publicación impresa, los primeros fueron registros sobre materiales rudimentarios y formas diferentes a las actuales.
La escritura fue el pilar para la idea de los libros. El surgimiento de la escritura se remonta cercano a cinco mil años cuando las primeras civilizaciones desarrollaron sistemas para registrar información perdurable.
Las civilizaciones antiguas utilizaban piedras, metales y huesos como medios de escritura, especialmente para inscripciones importantes como leyes, decretos o monumentos religiosos.
En el actual Irak, los sumerios de Mesopotamia crearon uno de los primeros sistemas de escritura en forma de cuña, alrededor del 3200 a.C. Los textos se grababan en tablillas de arcilla que se secaban al sol o cocían al horno. Las tablillas se utilizaban para llevar registros comerciales, leyes, y conocimientos religiosos, sin embargo, la famosa Epopeya de Gilgamesh, uno de los primeros grandes textos literarios de la historia, fue escrita en tablillas cuneiformes.
Los antiguos egipcios desarrollaron un sistema de escritura jeroglífica alrededor del 3100 a.C., utilizando principalmente papiros en rollos como soporte para los textos. El papiro era una planta que crecía a lo largo del río Nilo, y sus tallos procesados servían para crear hojas de material flexible y duradero sobre el que se escribía con tinta. Era el soporte para los textos religiosos, médicos y científicos. Las pirámides, templos y tumbas egipcias contenían inscripciones sobre las paredes ayudando a preservar la historia y los rituales religiosos. El Libro de los Muertos era un texto funerario que los egipcios creían esencial para el viaje del alma hacia la vida eterna.
La invención del libro tal como lo conocemos, comenzó a gestarse en la antigua Grecia y Roma. En la Grecia clásica por el siglo IV a.C., los textos escritos eran rollos de papiro que se enrollaban y almacenaban en estantes, este formato se mantuvo en la mayoría de las culturas mediterráneas hasta la época romana.
Los romanos comenzaron a utilizar el pergamino, material que extraían de pieles de animales haciendo más duraderos los manuscritos. A medida que el pergamino se popularizó, los romanos empezaron a producir libros en el formato de códice, un libro con hojas encuadernadas, revolucionando la forma de almacenar textos. El códice es considerado uno de los precursores del libro moderno y su uso se extendió desde el siglo I d.C.
En China, la invención de la escritura se remonta a la dinastía Shang 1600-1046 a.C. En la India antigua los textos se transmitían a través de manuscritos de hojas de palma. El sistema de escritura sánscrito se utilizaba para registrar los Vedas y otros textos religiosos y filosóficos
En Grecia, en textos de papiro, autores como Homero con su épico La Ilíada y La Odisea dejaron una huella en la tradición literaria occidental. Los griegos también fueron pioneros en la introducción del formato de códice que permitió organizar mejor los textos.
En Roma, una vez popularizado el formato códice se utilizaba el pergamino como material de soporte. Los romanos fueron grandes productores y coleccionistas de libros y la cultura romana valorizó enormemente la educación y la literatura, con el tiempo, el libro fue evolucionando en forma y material:
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