¿Existe la adicción al sexo?


LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Florencia Salort).-  También conocida como «hipersexualidad», esta adicción es un patrón de pensamientos y comportamientos sexuales que pueden interferir en la vida diaria de una persona. ¿Cómo afecta a las relaciones, al trabajo y a la salud mental?

En los últimos años, el concepto de «adicción al sexo» ganó popularidad, tanto en los medios de comunicación como en las conversaciones cotidianas. Sin embargo, como sexóloga y ginecóloga, me parece importante desglosar la idea para entenderla mejor.

Realmente, ¿estamos frente a una adicción o se trata de otra manifestación de la sexualidad humana? Es cierto que algunas personas sienten una necesidad constante de buscar experiencias sexuales. Y le dedican grandes cantidades de tiempo y energía a esta búsqueda. Pero, ¿cuándo se convierte en un problema?

¿Cómo es la adicción al sexo?

Primero, definamos qué entendemos por adicción en un contexto general. Una adicción se caracteriza por un patrón compulsivo de comportamiento que es difícil controlar, a pesar de las consecuencias negativas obvias que pudiese tener para la persona. Es decir, que el afectado continúa repitiendo sus acciones, aunque se da cuenta de que lo perjudican.

La adicción suele estar asociada con un aumento de la tolerancia. Cada vez se necesita más repetición del comportamiento, con el fin de alcanzar el mismo placer que se lograba antes. En este caso, será el sexo lo que se intentará reiterar con más frecuencia.

Sin embargo, es crucial abordar el tema con cautela. A diferencia de las adicciones a sustancias, como sucede con las drogas recreativas y el alcohol, donde los efectos físicos son claramente observables, en la hipersexualidad no es tan fácil determinar los límites.

De hecho, es un concepto controvertido en la comunidad científica. No todos los especialistas están de acuerdo en categorizar este comportamiento como una adicción. Algunos consideran que puede estar más relacionado con otras condiciones subyacentes, como trastornos de ansiedad, depresión o problemas de regulación emocional.

Características de la adicción al sexo

La hipersexualidad tiene algunas características específicas, que son las siguientes:

Aislamiento social: el tiempo dedicado a estas conductas puede resultar en una reducción de los vínculos con amigos y familiares.

Pérdida de control: a pesar de los esfuerzos para detener o reducir estas conductas, la persona siente que no tiene control sobre sus impulsos sexuales.
Consecuencias negativas: la adicción puede llevar a problemas significativos en las relaciones personales, el desempeño laboral, la estabilidad financiera, la salud física y mental.

Pensamientos sexuales obsesivos: las personas con la adicción suelen pensar de manera constante en el sexo. Y ello puede interferir con su capacidad para concentrarse en otras tareas.

Comportamientos sexuales compulsivos: son comunes las conductas repetitivas vinculadas al sexo, como el consumo excesivo de pornografía, encuentros casuales con múltiples parejas o masturbación recurrente.

Sentimientos de culpa y vergüenza: muchas personas con esta adicción experimentan una profunda angustia emocional, lo que se combina con sensaciones de desesperanza, debido a la incapacidad para controlar el comportamiento. Este punto es crucial, ya que la angustia no es solo un efecto secundario, sino un componente central de la experiencia.

¿Qué papel juega la cultura?

La percepción cultural juega un papel importante en cómo se interpreta el comportamiento sexual. Las distintas sociedades tienen diferentes percepciones sobre el sexo y sobre aquello que se considera «aceptable» o no.

En los grupos sociales en los que la sexualidad es un tema tabú, cualquier comportamiento que se desvíe de las normas puede ser fácilmente etiquetado como «excesivo» o «anormal». Pero esa etiqueta solo aplica y es válida en esa sociedad, ya que otra comunidad podría tener parámetros dispares.

De una u otra manera, la persona hipersexual es capaz de sentir mucha culpa y vergüenza. En definitiva, su percepción es que está por fuera de los parámetros de su sociedad.

Estos sentimientos son capaces de alimentar un ciclo de autodesprecio. El alivio temporal que les proporciona el comportamiento sexual compulsivo es seguido, con rapidez, por una sensación de vacío y desesperanza.

El ciclo no solo perpetúa el comportamiento, sino que también incrementa el malestar emocional. Entonces, cada vez se hace más difícil romper con el patrón y cambiar.

¿Cómo saber si hay una adicción al sexo?

Después de conocer las características y la definición, es lógico preguntarse cómo identificar a la hipersexualidad. ¿Cuál es la distinción entre tener una libido alta y padecer una adicción al sexo?

La diferencia clave está en la capacidad de control y en las consecuencias. Una alta libido podrá gestionarse y administrarse; además, no repercutirá de forma negativa en las otras esferas de la vida, como la laboral.

Pero si una persona siente que no puede controlar sus impulsos sexuales y que estos le causan problemas significativos en sus actividades diarias, es posible que esté experimentando lo que llamamos «adicción al sexo». En estos casos, es recomendable buscar la ayuda de un profesional especializado en sexualidad, quien podrá ofrecer un diagnóstico adecuado y, si es necesario, un tratamiento.

Es fundamental que cada caso sea evaluado de manera individual. Hay que comprender el contexto en el que se desarrollan los comportamientos.

Tengamos en cuenta que tener un alto deseo sexual no es en sí mismo un problema. La cuestión es si interfiere negativamente en la vida personal o en la vida de aquellos con los que se comparte una relación social o laboral.

Cada uno tiene su propio ritmo y sus propias necesidades. La sexualidad es una parte natural y saludable de la existencia humana cuando tiene un balance que no afecta nuestra calidad de vida.

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New2020-  Goicoechea es el cantón número 8 de la provincia de San José, fundado en 1891. Hoy conformado por siete distritos: Guadalupe, San Francisco, Calle Blancos, Mata de Plátano, Ipís, Rancho Redondo y Purral. Donde orgullosamente decimos: "De la montaña a la ciudad, así se extiende mi cantón". "Goicoechea, Goicoechea, te llevo en el corazón." -

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