La irrupción de algunos elementos de uso habitual en las últimas décadas está generando nuevas dependencias y consumos problemáticos. A las adicciones más reconocidas, como las vinculadas con las drogas, el tabaquismo y el alcohol, se le agregan otras derivadas de la tecnología, la estética y otros aspectos del estilo de vida actual. Conoce estas siete adicciones modernas comunes en nuestra sociedad.
Una adicción es una enfermedad que busca satisfacer de manera recurrente al cerebro; mediante ciertas conductas o consumo de sustancias. Cualquiera sea el comportamiento o la sustancia, lo que se desarrolla en la adicción es una dependencia y una pérdida de control. El adicto pierde la capacidad de manejar la situación.
El deseo constante de consumo y el hecho de no satisfacerlo provoca abstinencia, lo que puede afectar la calidad de vida y las relaciones personales. Sin embargo, tales adicciones no solo se relacionan con las sustancias, lícitas e ilícitas, el alcohol y el tabaco. Existen otras adicciones modernas derivadas de consumos más novedosos.
En particular, las vinculadas con la tecnología, como el uso de redes sociales, de videojuegos o la pornografía. El deseo es el mismo: buscar el placer y la euforia sin importar las consecuencias sociales y de salud que tal satisfacción pueda implicar.
Síntomas
Cuando la persona adicta no puede acceder al consumo, suele manifestar síntomas físicos, psicológicos y comportamientos compulsivos. Algunos de los más comunes son:
negación,
bajo estado anímico,
insomnio,
náuseas y vómitos,
irritabilidad,
cambios en el ritmo cardíaco.
Conoce las adicciones modernas más comunes en la actualidad
Los efectos adictivos y de abstinencia no son causados solo por drogas o alcohol. Otros hábitos típicos de las últimas décadas, así como ciertos comportamientos y conductas, ingresan en la categoría de adicciones modernas.
Es recomendable revisar si se está incurriendo en alguna práctica excesiva dentro de los siguientes rubros, con el fin de identificar una posible conducta problemática y tratarla a tiempo.
1. Videojuegos
Hasta hace medio siglo, los videojuegos casi no existían, mientras que en las décadas siguientes pasaron a ser un entretenimiento familiar, grupal y momentáneo. Sin embargo, el avance de la tecnología está permitiendo que las experiencias con los juegos sean cada vez más realistas e inmersivas.
La multiplicidad de opciones y la variedad de dispositivos hace que muchas personas generen conductas impulsivas alrededor de los videojuegos. Según un estudio de la revista Neuropsicologia Latinoamericana, las principales alteraciones neuropsicológicas observadas en estos individuos se reflejan en el control inhibitorio y la toma de decisión.
Cuando se pasa demasiado tiempo bajo esta práctica, es posible perder el control y generar síntomas adictivos. A todo esto, hay que agregarle el efecto de aislamiento que provocan los nuevos títulos con multiversos, donde es posible transcurrir horas consecutivas en un plano digital.
De una forma similar actúan los juegos digitales de azar, elevando la dopamina mediante estímulos constantes, visuales y lumínicos. Por supuesto, se incorpora un componente adrenalínico, pudiendo llegar a situaciones de ludopatía, donde se perjudica el patrimonio económico y las relaciones sociales.
2. Vigorexia
Es indudable que el ejercicio físico trae numerosos beneficios para el organismo. No obstante, como todo en exceso, puede generar efectos perjudiciales, hasta llegar a una obsesión llamada vigorexia. También conocida como dismorfia muscular, este trastorno se encuentra asociado a una búsqueda obsesiva por mejorar la imagen personal, lo que puede traer problemas físicos y alimenticios.
Un estudio de la revista European Eating Disorders Review, vincula la vigorexia con algunos hombres que practican culturismo. En estos casos, sugiere, lo que se busca es un cuerpo musculoso, en exceso, lo que puede generar gastos compulsivos en suplementos, trastornos alimentarios y abuso de sustancias.
Por otro lado, una publicación de la Revista Cubana de Medicina General Integral, indica que la vigorexia puede ocasionar los siguientes síntomas:
huesos, tendones, músculos y articulaciones afectadas por la sobrecarga de peso,
deterioro en las relaciones sociales,
aislamiento, ansiedad y depresión.
3. Tecnofilia
Tal vez es la adicción más reconocible de la modernidad. En realidad, son un conjunto de conductas obsesivas que pueden vincularse con los dispositivos tecnológicos. Así como la descrita para los videojuegos, la adicción al teléfono móvil, a las computadoras o a internet en general se engloban en la tecnofilia.
La utilidad de la red y de los dispositivos tecnológicos es indiscutible, pero su abuso puede ocasionar conductas adictivas que derivan en una pérdida de control. Según un estudio de la revista Adicciones, el abuso de internet está relacionado con variables psicosociales.
Por ejemplo, la vulnerabilidad psicológica, los factores estresantes y el apoyo familiar y social. Aunque posea síntomas comparables con otras adicciones, en este caso el tratamiento pasa por lograr un uso controlado.
4. Tabaquismo y cigarrillos electrónicos
Algunos datos generales de la Organización de las Naciones Unidas indican que, solo en 2017, las muertes relacionadas con el tabaquismo fueron de 3,3 millones de personas. Entre ellas, por enfermedades respiratorias, cáncer traqueal, bronquial y pulmonar y tuberculosis.
La adicción al tabaco afecta a la sociedad hace muchas décadas, y los cigarrillos electrónicos no son más que una actualización de esta problemática. Aunque se presenten como menos dañinos, poseen una alta concentración de nicotina. Incluso, algunos estudios asocian a la tecnofilia con el consumo de cigarrillos electrónicos.
Por ejemplo, el que publicó la revista científica Addictive Behaviors, donde se sugiere que los jóvenes con un grado alto de tecnofilia tienen más probabilidades de haber probado cigarrillos electrónicos.
5. Adicción a las compras
Una conducta compulsiva muy arraigada a la época actual es la adicción a las compras. Tanto es así, que ya tiene su propio nombre: oniomanía. Está claro que muchas personas disfrutan comprando objetos, algunos necesarios y otros no tanto, pero esto no tiene nada de malo. Sin embargo, un adicto a las compras lleva su conduta mucho más allá: se trata de adquisiciones compulsivas que no tienen ninguna necesidad.
Quienes padecen este trastorno tienen problemas para controlar sus impulsos consumistas, los cuales tienden a ser individuales. Además, esta actitud les produce una exagerada sensación de placer que suele derivar en culpa una vez que toman consciencia de la situación. Tampoco tienen en cuenta las consecuencias económicas, sociales y laborales que puede implicar, además de un estado emocional depresivo y ansioso.
Según un estudio de la revista Psychiatria Danubina, se estima que entre un dos y un 8 % de la población adulta estadounidense padece oniomanía. Una gran mayoría, cercana al 90 %, son mujeres. La misma investigación sugiere que la terapia psicodinámica individual y de grupo, la cognitivo-conductual y los programas de 12 pasos pueden ser efectivos para el tratamiento.
6. Pornografía
Otra problemática, facilitada por el acceso constante a internet y a los dispositivos tecnológicos, es la adicción a la pornografía. Un exceso en su consumo puede ocasionar dificultades en el ámbito personal y social, así como en la intimidad, llegando a sentir solo placer sexual con la pornografía.
Un estudio publicado en la revista INFAD de Psicología, cataloga a la pornografía y al cibersexo como las formas de adicción más relevantes de la actualidad. El trabajo propone que, parte del problema es que los contenidos multimedia de este tipo, tienen la capacidad de generar mucha atención, así como un gran potencial adictivo.
7. Café
La cafeína es una sustancia legal y de consumo regular. Sin embargo, la ingesta excesiva puede ocasionar adicciones. Un estudio de la revista Adicciones, sostiene que la cafeína posee propiedades reforzadoras positivas, produce tolerancia y puede ocasionar síndrome de abstinencia e intoxicaciones. Para evitarlo, se recomienda tener un consumo controlado, el cual no supere las cinco tazas diarias.
Las adicciones modernas en nuestra sociedad exceden las sustancias
Existe una creencia general que asocia las adicciones solo con el alcohol y las drogas. Pero los consumos problemáticos pueden ocurrir en diferentes aspectos de los hábitos cotidianos. Además, estos hábitos se ven modificados por las nuevas herramientas tecnológicas, por lo que algunas adicciones apenas se están identificando e investigando.
Es aconsejable poner atención a cualquier conducta que esté ocasionando comportamientos compulsivos y afectando otras áreas de la vida personal y buscar ayuda profesional, en caso de que detectes que tú o algún familiar, podrían estar inmersos en alguna de las referidas adicciones.
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