“Lo que pretende hacer la dictadura sandinista, y esto lo digo basada en todas las agresiones recientes que se han cometido, es desaparecer la presencia de la iglesia católica en la diócesis de Matagalpa, porque ésta es grande y cuenta con más de 500 comunidades católicas y actualmente más del 70% de su clero está exiliado, desterrado o se le ha prohibido el ingreso al territorio nacional”, explicó Molina.
Subrayó que la persecución de Rosario Murillo en contra el clero de esta diócesis, está afectando la labor pastoral, y por el momento se están auxiliando de diáconos y de algunos sacerdotes que ya están jubilados para la celebración de la palabra de Dios. A esta situación agregó que, también, hay cienes de fieles que acostumbran a confesarse cada semana y este sacramento se está viendo afectado por la falta de sacerdotes.
Precisó que algunas iglesias de esta diócesis se mantienen cerradas por la falta de sacerdotes que las administren y por la distancia en que se encuentran, los religiosos no pueden celebrar varias eucaristías en un mismo día.
Destacó que monseñor Rolando Álvarez sigue siendo el obispo de la diócesis de Matagalpa, puesto que el Papa Francisco no lo ha retirado de su cargo.
“Él sigue mandando sobre esta diócesis, y únicamente le compete al Papa quitar y nombrar nuevos obispos y así como están las otras diócesis seguirá vigente, no creo que haya una presión de la dictadura sobre el Estado- Vaticano, porque no son los empleados de la señora Murillo, que pone y quita a como ella le da la regalada gana. El Vaticano funciona diferente. Puede ser que haya este tipo de presiones, que ella (Murillo) quiera que Álvarez no continue, pero esa es decisión del Papa”, dijo.
Las diócesis con ausencia de obispos son Matagalpa, Estelí y Siuna.
Denunció que la policía sandinista tiene tomada de manera arbitraria la sede del palacio episcospal de Matagalpa, y ni siquiera permiten que las personas se estacionen cerca de este inmueble, incluso algunos negocios aledaños han tenido que cerrar por la presión y asedio de los uniformados.
Molina dijo que el sentir de la población es de miedo y tristeza porque les arrebataron de forma arbitraria a sus pastores.
“Pero también me he enterado que continúan las jornadas de oraciones en apoyo a la iglesia católica, y que la gente de Matagalpa continúan denunciando todas las arbitrariedades que se están cometiendo en contra de los sacerdotes y la iglesia. Y esto es algo muy importante porque de esa manera nosotros nos mantenemos informados, y es importante que continúen denunciado aunque sea de forma anónima sobre cuales son los ataque que está realizando la dictadura en contra de la iglesia católica”, apuntó la abogada.
Señaló, que en el caso del silencio del cardenal Leopoldo Brenes, éste ha sido “un cura silencioso y desinformado”, porque "él mismo lo ha admitido, cuando asegura que no tiene acceso a las redes sociales y posiblemente las personas cercanas a él lo malinforman".
“Pero en todo caso recordemos que son los obispos y sacerdotes quienes están siendo asediados y vigilados por la Policía. El cardenal Leopoldo Brenes vive 24 horas vigilado por la Policía, aunque él considere que la Policía lo está cuidando y no es así. Y si él se llegara a pronunciar respecto al destierro de todos los sacerdotes y obispos, o denunciar todo el asedio, pues inmediatamente él va a tener tres caminos: o lo matan, lo mandan a la cárcel o lo destierran”, puntualizó la autora del informe “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”.
Mencionó que ha tenido conocimiento a través de algunos religiosos, que ha habido órdenes desde el Vaticano de que los sacerdotes nicaragüenses hagan silencio para evitar más la persecución, “pero creo que esta es una estrategia que hasta el día de hoy no ha funcionado porque la dictadura no ha dejado de atacar a la iglesia católica nicaragüense”, añadió.
Esta semana la dictadura sandinista desterró a siete sacerdotes, a quienes tenía en “seminario por cárcel”, la mayoría pertenecían a la diócesis de Matagalpa. Con estos, suman más de 50 sacerdotes expulsados de Nicaragua en un poco más de un año.
Molina, una investigadora y fiel católica, adelantó que este próximo 15 de agosto va a presentar en horas de la mañana la quinta entrega actualizado del informe: “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”, en el que documenta los últimos datos sobre las agresiones a sacerdotes.
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