Los pies son una de las partes del cuerpo que concentran mayor cantidad de glándulas sudoríparas. Su función es regular la temperatura a través del sudor. Pero cuando este se produce en abundancia y entra en contacto con bacterias comunes de la piel, el resultado es el mal olor, conocido como bromhidrosis.
Se trata de una afección usual en las axilas y las manos, otros sectores que transpiran mucho. En el caso de los pies, no siempre está relacionada con la higiene. A veces puede ser síntoma de ciertas enfermedades o infecciones, e incluso resultado de hábitos alimenticios. Veamos qué puede provocarla y por qué.
1. Hongos
El hongo que genera el reconocido «pie de atleta» se denomina Tinea pedis. Es una infección fúngica frecuente que provoca desde enrojecimiento hasta comezón y descamación. En la mayoría de los casos, el mal olor acompaña estos efectos.
Tinea pedis siempre está presente en la piel y no produce síntomas, a menos que se exponga a condiciones de calor y humedad. Por esta razón es que suele aparecer tras el contacto con suelos húmedos en vestuarios, duchas o piscinas.
Descuida, no es una afección grave. Puede tratarse con pomadas antifúngicas y otros remedios naturales. Es importante tomar precauciones higiénicas para evitar que regrese.
2. Humedad
Un ambiente húmedo es ideal para el crecimiento de los hongos. Y no solo cuando hay agua cerca o durante la actividad física, momento en que se transpira más.
Los pies tienden a acumular humedad si el calzado es muy apretado o si los calcetines son muy calurosos. Mantener una buena higiene es fundamental para evitar la aparición de hongos y reducir la sudoración en los pies.
3. Bacterias
El sudor no produce este mal olor por sí mismo. No obstante, cuando se acumula, las bacterias presentes en la piel intervienen para alimentarse de las células muertas y aceites de la dermis. Una de las principales es la Kyetococcus sedentarius, cuyos desechos en forma de ácidos orgánicos son los responsables de la fragancia desagradable.
Otra bacteria involucrada en la descomposición de las células es la Brevibacterium linens. Curiosamente, este microorganismo se utiliza para fermentar unos quesos llamados munster y limburger.
4. Falta de higiene
Los malos hábitos de higiene en los pies conforman un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias. Aquí intervienen especies como Staphylococcus epidermidis y Bacillus subtilis, omnipresentes en la piel, pero cuya población aumenta gracias al sudor excesivo. Algunas prácticas poco saludables son:
Tener las uñas de los pies largas y sucias.
Ponerse calzado sucio, húmedo u oloroso.
Usar los mismos calcetines más de una vez.
Utilizar calcetines calurosos y con poca absorción de sudor.
No secarse bien los pies después de bañarse, sobre todo entre los dedos.
5. Hiperhidrosis
El sudor en exceso tiene un nombre: hiperhidrosis. Ocurre cuando el cuerpo transpira más de lo normal y sin la necesidad de una causa aparente. Se trata de una condición muy frecuente. Por ejemplo, en Estados Unidos la padece un 5 % de la población.
Los sectores donde suele manifestarse son las manos, las axilas y los pies, debido a la gran cantidad de glándulas sudoríparas. En la hiperhidrosis, los nervios que actúan sobre estas glándulas se encuentran hiperactivos, por lo que estimulan permanentemente la generación de sudor.
Esta condición puede deberse a cambios hormonales, como los que ocurren durante la adolescencia y el embarazo, o ser un síntoma de otras enfermedades. Entre ellas, diabetes, trastornos de la tiroides o problemas renales. Consulta con un dermatólogo si notas sudor en exceso con frecuencia, tanto en los pies como en otras partes del cuerpo.
6. Estrés
Otros motivos del mal olor en los pies son el estrés y la ansiedad. Se encuentran relacionadas de manera directa con la transpiración, dado que, ante estos casos el organismo activa las glándulas sudoríparas en exceso. Si bien la transpiración en sí misma no suele tener olor, cuando es abundante hay mayores posibilidades de que las bacterias la descompongan.
7. Medicamentos
El uso de algunos fármacos está asociado con efectos secundarios de sudor excesivo, como los antidepresivos, la penicilina y ciertos antiinflamatorios no esteroideos. Es posible que estos efectos deriven en un mal olor de pies. Consulta con tu médico si tienes prescritos estos medicamentos y la traspiración excesiva se vuelve frecuente.
8. Infecciones
Es común que las pequeñas heridas en los pies pasen desapercibidas. Sin embargo, si llegan a causar una infección, también pueden generar malos olores. Es importante revisar la presencia de algún corte o lesión poco visible en la planta y entre los dedos. Asimismo, la hinchazón y el enrojecimiento también pueden reflejar una infección.
9. Alimentación
La ingesta de algunos alimentos puede agravar el mal olor del sudor por el contenido de compuestos sulfurados. Por ejemplo, los picantes, la cebolla, el ajo, y ciertas verduras de hoja verde, como:
Brócoli
Espárragos
Coles de Bruselas
Asimismo, el consumo de cafeína, alcohol y tabaco también potencia el sudor en los pies.
10. Obesidad
El exceso de peso promueve el sobre cimiento bacteriano, por lo que es una causa posible de bromhidrosis. Además, aumenta la superficie corporal, forzando al organismo a utilizar más energía para desarrollar cualquier actividad, como la termorregulación. Asimismo, la acumulación de grasa puede dificultar la función de las glándulas sudoríparas y alterar las capas de la piel.
¿Cómo tratar el mal olor en los pies?
Para deshacerse del mal olor en los pies, es necesario adoptar medidas de higiene que mantengan la zona limpia, seca y fresca. A la par, se debe higienizar la indumentaria y el calzado habitual, dado que la fragancia se mantiene allí. Te dejamos algunos consejos útiles para eliminarlo o evitar su aparición.Usa jabón antiséptico. Lava tus pies con jabón antiséptico líquido para combatir las bacterias.
No camines descalzo. Sobre todo, en vestuarios y duchas públicas. Se trata de espacios propensos al contagio de hongos e infecciones.
Aplica desodorantes. Una vez higienizados y secos, colócale desodorantes antibacterianos a tus extremidades. Pueden ser en formato de talco o espray.
Considera los remedios caseros. Soluciones hogareñas, como el vinagre, el bicarbonato de sodio o las sales de Epsom, pueden ser útiles para eliminar los malos olores.
Evita los tejidos sintéticos. Es mejor utilizar calcetines de algodón o lana para filtrar mejor la transpiración. Cámbialos todos los días y, de ser necesario, dos veces por jornada.
¿Cuándo consultar con un médico?
Si tomaste todas las medidas de higiene descritas y el mal olor persiste, consulta con un dermatólogo o podólogo para encontrar la causa de bromhidrosis. Cuando se torna frecuente, puede resultar muy molesta y hasta afectar actividades cotidianas.
Aunque no es una afección grave, tratarla de manera más específica puede requerir el uso de cremas o medicamentos antifúngicos.
Humedad: el factor clave para el mal olor en los pies
Como vimos, un ambiente húmedo es propicio para que proliferen los hongos y bacterias que generan fragancias desagradables en los pies. Estas condiciones suelen darse en sitios como vestuarios, duchas y piscinas, pero también cuando transpiramos en exceso o vestimos calcetines calurosos.
Recuerda tomar las medidas de higiene descritas para evitar las condiciones que favorecen el mal olor. Además de potenciar estos cuidados con talcos y desodorantes para pies si vas a exponerte a ambientes húmedos.
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