Volvo quiere que sus coches eléctricos tengan baterías con materiales clave reciclados.
El objetivo de Volvo es claro: fabricar y vender cada vez más coches eléctricos bajo la condición de que estos sean más sostenibles de cara a las posibles emisiones de carbono. La primera intención, la marca la lleva significativamente bien encarrilada. Tanto es así que el pasado 2023 supuso todo un “hito clave” para ellos, pues alcanzaron una cuota de ventas del 16% para estos ‘cero emisiones’, lo que supuso un 70% más de matriculaciones que el anterior 2022.
Los pasos para Volvo están siendo decisivos y en la senda correcta; las ventas y la acogida de sus coches no dicen lo contrario. Concretamente, hace sólo unos días confirmaron el lanzamiento de su último vehículo con motor diésel, pues ya miran hacia un futuro más limpio y, sobre todo, con cero emisiones. Esto es algo que va de la mano con su nueva asociación firmada con CATL, el mayor fabricante de baterías del planeta.
Volvo y CATL se han dado la mano para mejorar la eficiencia y sostenibilidad para los futuros coches eléctricos de la firma sueca. Explícitamente, esta asociación no se ha establecido para incrementar la producción de baterías, algo que podría ser posible viendo el avance de Volvo, sino más bien de cara al reciclaje de las mismas.
Desde Volvo saben que los desechos de las baterías pueden llegar a ser un problema medioambiental en los próximos años o incluso décadas si no se encuentra una solución para su reutilización. Por ello, las baterías retiradas de la circulación porque su vida útil haya concluido pasarán por un proceso minucioso de desmontaje y extracción de materiales clave.
Concretamente, esta asociación determina que serán los proveedores o firmas asociadas de Volvo los que se encargarán de dichos trabajos (desmontaje y extracción de materiales). Su propósito será sacar más del 90% de elementos clave, como el níquel, cobalto o litio, entre otros. Una vez este proceso haya sido efectivo será cuando CATL entre en juego.
El Volvo EX30 es ya uno de los eléctricos con mejor acogida dentro de la marca sueca.
La compañía de baterías recepcionará estos materiales que los utilizará para fabricar las baterías de nuevos vehículos eléctricos de Volvo, cerrando así el círculo de reutilización de elementos y reduciendo hasta en un 75% las emisiones de carbono producidas por la extracción de materiales clave y fabricación de baterías.
El proyecto habla de que los nuevos coches eléctricos de Volvo fabricados para 2030 incluyan, al menos, un 35% de materiales reciclados. Posteriormente, será en el año 2040 cuando la firma sueca se declare completamente neta en emisiones de carbono, algo que, según Li Hai, vicepresidente de Cadena de Suministros de Volvo para Asia, “requerirá de un esfuerzo concertado de los socios y proveedores de toda la cadena de producción de Volvo”.
Recordemos que Volvo ya ha comenzado a vender el EX30, su nuevo SUV eléctrico que ya cuenta con unas ventas del todo holgadas. El pasado mes de marzo de 2024, la firma matriculó un total de 18.021 coches eléctricos, un crecimiento significativo frente a los 12.620 de marzo de 2023. Esta diferencia de cifras, la cúpula de la marca la atribuyen directamente a la llegada del EX30.
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