La institución informo que para el año 2021 se reportaron 13 personas con “trastornos relacionados con el vapeo”, 78 personas durante el 2022 y 1456 en el 2023. Números que llaman la atención por los problemas que generan dicha practica en la población, principalmente a los jóvenes.
Además, de 2022 a 2023 también se registró prácticamente el doble de personas con algún problema relacionado con el uso del tabaco, pues se pasó de 5700 personas a 11995, por lo que desde la CCSS consideran que esto demuestra que el vapeador no sustituye la práctica del fumado y se vuelven dos problemas distintos a tratar.
Expertos del IAFA advierten que el aerosol que producen los dispositivos electrónicos para vapear causan enfermedades pulmonares, cardiacas y cáncer porque la mayoría contiene nicotina y otras sustancias adictivas que al calentarse dañan el cuerpo humano.
“La población percibe los vaporizadores como un ayudante para dejar de fumar el cigarrillo convencional, como un dispositivo inocuo, y además muy bonito, atractivo, de fácil acceso y en algunos casos más económicos que los cigarrillos convencionales, pero esto es una trampa”, acotó Gabriela Rojas, del IAFA.
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