LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Sadniv Solrac).- Illyong Ju, un cristiano fugitivo de Corea del Norte, ha vivido en carne propia la persecución religiosa en su país, con varios familiares encarcelados en campos políticos por su fe.
A pesar de estas dificultades, Illyong mantiene viva la esperanza para su nación y afirma que el Evangelio es imparable, incluso ante la represión del régimen gobernante.
Durante la Cumbre de Libertad Religiosa de Washington en 2022, International Christian Concern publicó el testimonio en video de Illyong Ju, donde relata cómo su familia fue llevada a campos de prisioneros políticos por ser cristianos.
A pesar de presenciar la persecución, Illyong sigue comprometido con su defensa de los cristianos en Corea del Norte y con su creencia de que la esperanza y la fe en Dios son más poderosas que cualquier intento de reprimir la fe religiosa en su país.
En relación con la divulgación de su experiencia, Illyong expresó su gratitud por la valentía de compartir su testimonio sobre la persecución religiosa en su nación. Explicó que se siente en la obligación de relatar su relato con la esperanza de concienciar al mundo sobre la opresión que enfrenta la población norcoreana, la cual ha sido hasta ahora poco reconocida.
“También espero que mi historia y la de mi familia se convierta en una oportunidad para que la gente se interese por el pueblo de Corea del Norte”, declaró alentando a conservar la esperanza.
La intención de Illyong es que las personas del mundo “miren a Corea del Norte y sientan el potencial de su gente, los cambios que han realizado y el Dios que vive y trabaja dentro de ellos”.
Afirma que sería maravilloso si aquellos que oran por Corea del Norte y su gente reconocieran los notables avances que ha logrado la población norcoreana, así como la presencia de personas en su nación que se apoyan totalmente en Dios al hacer crecer su fe, lo cual les brinda fortaleza.
Illyong considera que la persecución cristiana en Corea del Norte es muy grave, ya que el régimen da prioridad a perseguir a los cristianos y a las personas que se comunican con Corea del Sur.
Esto se debe a que al leer la Biblia, los norcoreanos descubren que la ideología Juche, en la que se basa el gobierno, es falsa. La ideología Juche promueve la autosuficiencia y autodeterminación del pueblo, pero según Illyong, es una imitación pseudorreligiosa de la Biblia.
Para Illyong, el régimen norcoreano ejecuta a los cristianos porque representan una amenaza para la ideología del gobierno. Al leer la Biblia, los norcoreanos desafían la autoridad del régimen y ponen en peligro su dominio sobre la población.
Por lo tanto, la iglesia clandestina y los cristianos son severamente perseguidos en Corea del Norte.
Illyong señala que la opresión en Corea del Norte ha aumentado, con la imposición de una doble valla de alambre de púas en la frontera con China y la orden de matar a quienes intenten cruzarla.
A pesar de esto, destaca que Dios está obrando de manera maravillosa en el país, con la popularidad creciente de la Biblia en los mercados.
Además, expresa preocupación por los refugiados repatriados por China y afirma que seguirá trabajando para llevar ayuda al pueblo norcoreano a través de misiones y organizaciones que promueven el Evangelio.
“Soñamos con una península de Corea donde Jesús sea el único rey. Por eso lo que hacemos se llama el movimiento ‘Un Rey, Una Corea’”, concluyó.
Durante la Cumbre de Libertad Religiosa de Washington en 2022, International Christian Concern publicó el testimonio en video de Illyong Ju, donde relata cómo su familia fue llevada a campos de prisioneros políticos por ser cristianos.
A pesar de presenciar la persecución, Illyong sigue comprometido con su defensa de los cristianos en Corea del Norte y con su creencia de que la esperanza y la fe en Dios son más poderosas que cualquier intento de reprimir la fe religiosa en su país.
En relación con la divulgación de su experiencia, Illyong expresó su gratitud por la valentía de compartir su testimonio sobre la persecución religiosa en su nación. Explicó que se siente en la obligación de relatar su relato con la esperanza de concienciar al mundo sobre la opresión que enfrenta la población norcoreana, la cual ha sido hasta ahora poco reconocida.
“También espero que mi historia y la de mi familia se convierta en una oportunidad para que la gente se interese por el pueblo de Corea del Norte”, declaró alentando a conservar la esperanza.
La intención de Illyong es que las personas del mundo “miren a Corea del Norte y sientan el potencial de su gente, los cambios que han realizado y el Dios que vive y trabaja dentro de ellos”.
Afirma que sería maravilloso si aquellos que oran por Corea del Norte y su gente reconocieran los notables avances que ha logrado la población norcoreana, así como la presencia de personas en su nación que se apoyan totalmente en Dios al hacer crecer su fe, lo cual les brinda fortaleza.
Illyong considera que la persecución cristiana en Corea del Norte es muy grave, ya que el régimen da prioridad a perseguir a los cristianos y a las personas que se comunican con Corea del Sur.
Esto se debe a que al leer la Biblia, los norcoreanos descubren que la ideología Juche, en la que se basa el gobierno, es falsa. La ideología Juche promueve la autosuficiencia y autodeterminación del pueblo, pero según Illyong, es una imitación pseudorreligiosa de la Biblia.
Para Illyong, el régimen norcoreano ejecuta a los cristianos porque representan una amenaza para la ideología del gobierno. Al leer la Biblia, los norcoreanos desafían la autoridad del régimen y ponen en peligro su dominio sobre la población.
Por lo tanto, la iglesia clandestina y los cristianos son severamente perseguidos en Corea del Norte.
Illyong señala que la opresión en Corea del Norte ha aumentado, con la imposición de una doble valla de alambre de púas en la frontera con China y la orden de matar a quienes intenten cruzarla.
A pesar de esto, destaca que Dios está obrando de manera maravillosa en el país, con la popularidad creciente de la Biblia en los mercados.
Además, expresa preocupación por los refugiados repatriados por China y afirma que seguirá trabajando para llevar ayuda al pueblo norcoreano a través de misiones y organizaciones que promueven el Evangelio.
“Soñamos con una península de Corea donde Jesús sea el único rey. Por eso lo que hacemos se llama el movimiento ‘Un Rey, Una Corea’”, concluyó.
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