Con una mentalidad positiva, el apoyo adecuado y el tiempo necesario para sanar, podemos superar los momentos de tristeza y encontrar la fuerza para seguir adelante
Recordemos que la vida está llena de altibajos, pero también de oportunidades para crecer, aprender, y encontrar la felicidad en solidaridad y optimismo
LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando, (Gapo), columnista ).- En estos tiempos de cambios y desafíos es esencial abordar un tema que a menudo es pasajero, pero puede ser profundamente impactante como es la tristeza.
La tristeza, esa emoción que nos acompaña en momentos de pérdida, decepción o cambio, tiene sus raíces en una compleja interacción de factores emocionales, psicológicos y físicos.
Sin embargo es importante recordar que aunque la tristeza pueda parecer abrumadora en el momento, también es una señal de nuestra humanidad y capacidad para sentir.
La tristeza puede surgir por diversas razones. Puede ser una respuesta natural ante la pérdida de un ser querido, la ruptura de una relación, la frustración de un objetivo no alcanzado, o incluso la nostalgia por tiempos pasados.
A menudo la tristeza se entrelaza con otros sentimientos como la soledad, la ansiedad o la desesperanza, formando una red compleja de emociones difíciles de desenredar.
Aunque la tristeza pueda parecer abrumadora, es importante recordar que no define quiénes somos ni mucho menos nuestro futuro.
El positivismo y la esperanza pueden ser faros guía en momentos oscuros de donde podemos rescatar algunas estrategias para cultivar una mentalidad positiva y superar los lapsus de tristeza:
Debemos en primer lugar practicar la gratitud con nosotra/os misma/os. Reconocer las cosas buenas en nuestra vida por pequeñas que sean. Eso puede ayudarnos a cambiar nuestra perspectiva y encontrar consuelo en momentos difíciles.
Es importante el apoyo social, compartir nuestros sentimientos con amigos, familiares o profesionales de la salud porque puede aliviar el peso de la tristeza y recordarnos que no estamos solos en nuestro viaje emocional.
No olvidar cuidar de nosotra/os mismos, priorizando el autocuidado, ya sea a través del ejercicio, la meditación, la creatividad o simplemente tomarse un tiempo para descansar, lo que puede fortalecer nuestra resiliencia emocional y ayudarnos a enfrentar la tristeza con mayor fuerza.
Tenemos que aceptar el precario momento en que estamos viviendo y experimentarlo. Permitirse sentir que estamos tristes es fundamental para su procesamiento y eventual superación. En vez de reprimir e ignorar nuestros sentimientos, experimentarlos plenamente para luego dejarlos ir.
Para finalizar, tenemos que escudriñar una intención, buscar una ruta adecuada para encontrar significado y propósito en nuestras acciones y relaciones lo cual puede darnos un sentido más profundo a nuestras experiencias y ayudarnos a mantenernos enfocados en el futuro.
Para concluir la reflexión es importante regresar al párrafo inicial del escrito:
La tristeza es una parte natural y difícil de la experiencia humana, pero nunca marcará el final de nuestro camino, adelante.
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