Es difícil generalizar sobre las fantasías sexuales de hombres y mujeres, pues todos somos distintos y nuestros pensamientos son únicos. De todos modos, las dinámicas culturales y sociales contribuyen a que se repitan ciertos patrones a la hora de imaginar y proyectar deseos en la cama.
Pero, ¿existen fantasías propias del género femenino y otras del masculino? ¿Influye el género a la hora de imaginar historias sexuales? Lo cierto es que, aunque muchas representaciones son iguales y se repiten en ambos sexos, hay algunas peculiaridades propias de cada grupo. A continuación, te las contamos con detalles.
Las fantasías sexuales en los seres humanos
Imaginar historias, sucesos, situaciones o cosas que no existen en realidad es algo habitual en el ser humano. Fantasear es algo que hacemos de forma natural y no quiere decir que deseamos que esos pensamientos se hagan realidad, sino que tenemos cierta curiosidad sobre esas experiencias o temáticas.
En el caso de las fantasías sexuales, se trata de ideas o representaciones mentales de contenido sexual que nos resultan excitantes. Incluyen historias muy elaboradas, imágenes o pensamientos aislados que surgen de manera espontánea y recuerdos de experiencias sexuales del pasado que pueden ayudar a excitarse antes de una relación sexual, durante el encuentro o en una masturbación.
A pesar de que en el pasado se hayan considerado como una necesidad de las personas que no estaban satisfechas con sus relaciones sexuales, hoy se sabe que no es así. De hecho, los pensamientos eróticos se consideran indicadores de salud sexual.
Lejos de ser un indicativo de insatisfacción, las fantasías sexuales actúan como un desencadenante de la excitación y aumentan la probabilidad de tener una sexualidad completa y equilibrada.
Contenido de las fantasías sexuales más frecuentes
Los pensamientos eróticos son privados y su contenido puede ser muy diverso, pues depende de la creatividad y deseos de cada persona. La formación académica, las creencias religiosas, el tipo de personalidad y la educación sexual también influyen en la construcción de las fantasías.
Algunos pensamientos eróticos suelen repetirse tanto en hombres como en mujeres. De hecho, estas son las fantasías sexuales más habituales:
- Sumisión.
- Sexo grupal.
- Dominación.
- Sadomasoquismo.
- Cambio de parejas.
- Recibir gestos románticos.
- Estimulación buco-genital.
- Ser masturbado por la pareja.
- Sentirse forzado a practicar sexo.
- Tener relaciones en un lugar inusual.
- Practicar conductas poco habituales o no permitidas.
- Relaciones con alguien distinto a la pareja actual: imaginario o real.
- Voyerismo (observar a otras personas teniendo una relación sexual).
- Fetiches sexuales comunes (como excitarse con los cabellos, los pies y la ropa de cuero).
Fantasías sexuales según el género: diferencias entre hombres y mujeres
En el pasado, se creía que las mujeres no tenían fantasías y que los hombres las centraban en prácticas sexuales. Sin embargo, en la actualidad, se considera que ambos sexos las utilizan como herramientas para enriquecer su respuesta sexual y existen coincidencias en el contenido y la frecuencia.
Una encuesta realizada en 2012 por la Universidad de Granada demostró que no existen diferencias significativas entre las fantasías sexuales de los hombres y las mujeres. Esta investigación, basada en una muestra significativa de 2.250 españoles reveló que, en general, ambos sexos se sumergen en aspectos íntimos o románticos que involucran a sus parejas.
A pesar de que los contenidos puedan ser similares, sí existen percepciones distintivas entre hombres y mujeres a la hora de fantasear.
Las fantasías femeninas, en su mayoría, son emocionales, con detalles y centradas en el proceso de excitación. En cambio, los hombres, tienden a tener pensamientos más visuales, gráficos y directos, enfocándose más en la finalidad del proceso que en los detalles.
Las normas y roles sociales también pueden influir y reflejarse en las fantasías sexuales de hombres y mujeres. En este sentido, es más frecuente que predomine el papel dominante en los pensamientos masculinos y se presenten elementos de sumisión en la imaginación de las mujeres.
De todos modos, dada la diversidad social y cultural que nos rodea y la complejidad de los pensamientos humanos, es muy difícil generalizar las fantasías sexuales y encasillarlas en conductas propias de cada género. Puede haber puntos e ideas similares entre varones y mujeres, pero lo cierto es todos percibimos el erotismo y la sexualidad de manera distinta.
Las fantasías sexuales en las mujeres
Las fantasías sexuales femeninas se caracterizan por su extensión y variedad. El juego y la atención a los detalles sensoriales, como sonidos, texturas, olores y sensaciones, desempeñan un papel fundamental. No tienden tanto a enfocarse en conseguir el orgasmo, sino más bien a lograr una mayor excitación y a explorar lo que la imaginación propone.
La narrativa de las fantasías de las mujeres se distinguen por ser historias muy elaboradas, repletas de pormenores y detalles. El componente esencial de estas fantasías es la exploración de emociones y sensaciones, añadiendo complejidad y riqueza a la sexualidad.
- Usar ropa sensual.
- Relaciones sexuales con más de una pareja.
- Aspectos románticos, como abrazar, besar y acariciar.
- Verse forzadas u obligadas a tener relaciones sexuales.
- Tener relaciones con personas distintas a la pareja habitual.
- Inclusión de experiencias sexuales con personas del mismo género.
- Desempeñar roles concretos y conductas sexuales distintas a su experiencia cotidiana, con sus parejas habituales.
- Pensamientos sexuales de los hombres
Los hombres parecen tener más fantasías sexuales que las mujeres, sobre todo durante la masturbación. Estos son algunos de los temas más recurrentes:
- Tener un harén o sexo grupal.
- Prácticas de dominación-sumisión.
- Sexo con mujeres distintas a la pareja actual.
- Evocación de parejas sexuales o afectivas anteriores.
- Prácticas homosexuales (aunque con menos frecuencia que las mujeres y con una connotación negativa).
Aunque las diferencias sean sutiles, algunos estudios sugieren que el contenido de las fantasías sexuales podría ser diferente entre personas homosexuales y heterosexuales. Estas son algunas de las variaciones más significativas:
- Hombres heterosexuales: algunos hombres fantasean con la participación en experiencias sexuales en grupo, la sustitución de la pareja habitual, dinámicas coercitivas con mujeres y la observación de encuentros íntimos. Con menos frecuencia, algunas fantasías pueden incluir encuentros homosexuales.
- Hombres homosexuales: suelen predominar las fantasías que incluyen imágenes detalladas de la anatomía masculina, encuentros homosexuales forzados, encuentros heterosexuales con mujeres, encuentros románticos con hombres desconocidos y la participación en situaciones sexuales de grupo.
- Mujeres heterosexuales: son frecuentes los escenarios emocionales y románticos. Resalta la idea de sustituir a la pareja habitual, juegos de roles específicos, la observación de la actividad sexual, encuentros románticos con hombres desconocidos y relaciones lésbicas.
- Mujeres homosexuales: prevalecen expresiones específicas del deseo como encuentros sexuales coercitivos, fantasías sexuales transgresivas, conversaciones sucias, encuentros heterosexuales, evocación y recuerdos de experiencias sexuales pasadas y, en algunos casos, se incluyen algunos elementos de sadismo.
Es importante destacar que las fantasías eróticas son parte de un mundo ficticio gobernado por el protagonista y no siempre reflejan deseos sexuales reales. Por ejemplo, una mujer puede fantasear con ser violada, pero no significa que en realidad quiera que esto suceda.
Tienes que saber que las fantasías sexuales desempeñan su función incluso si no se materializan en la realidad. Se trata simplemente de recursos imaginativos que favorecen la excitación y mejoran la sexualidad, por más que en la vida real no se lleven a cabo.
La realización de algunas fantasías puede ser positiva, siempre y cuando sean viables, legales y no tengan un impacto negativo en otras personas. Si se decide concretar algún pensamiento erótico, es importante que sea consensuado con la otra parte y velar por la seguridad física y emocional de todos los participantes.
Hombres y mujeres con más deseo
Más allá de los matices entre las fantasías sexuales de hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, es crucial entender que estas diferencias no deben alimentar estereotipos ni juicios. Comprender que los pensamientos eróticos son una expresión natural y saludable de la sexualidad humana, es fundamental para aprovecharlos y aumentar la excitación o el placer.
Disfruta este recurso sin temores ni limitaciones. Ponte creativo y sácale partido a tus pensamientos más íntimos para conectar con tu propia sexualidad, aumentar el deseo y enriquecer tus experiencias sexuales.
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