El terrible acontecimiento sucedió a unos 15 pies de distancia, cuando Tim se encontraba culminando su asignación en un matutino en la iglesia y también presenciaba una sesión de asesoría. La esposa de Tim, Cindy habla claramente de ese instante: “Había ido al supermercado mientras esperaba saber dónde comeríamos. Cuando salimos de la tienda, vi que había perdido una llamada de Tim”.
Dominado por diferentes voces en su mente, conforme Odom, llevo los disparos a cabo cuando Tim conversaba por teléfono con su hijo, Jadon. “Jadon me dijo que sonaba como si alguien estuviera tocando una puerta de metal. Luego escuchó a Tim luchar, gorgotear sangre”, dijo Cindy.
Entre los 12 disparos que lanzo Odom, 6 de ellos penetraron el cuerpo de Tim ocasionándole terribles heridas completamente graves. Pese a que una de las balas hizo un gran agujero en la cabeza de Tim, Dios metió su mano y de forma milagrosa esta se detuvo en la membrana que está alrededor del cerebro. “Si buscábamos un milagro, este fue un milagro”, fueron las palabras del cirujano que lo atendió.
En medio del desesperante dolor físico, la mejoría de Tim fue un gran desafío. Prosiguiendo con la enseñanza religiosa, el Pastor Tim abrió su corazón para perdonar de forma inmediata a su agresor. “El Señor dice que perdones como has sido perdonado”, resalta Adella Eckstein, secretaria de la iglesia.
Completamente concentrada en la pronta recuperación de Tim, Cindy pensaba en aquel instante en la sala del tribunal: «Sentí que la ira crecía dentro de mí, pero no duró mucho antes de que me diera cuenta de que Kyle era solo un títere que estaban utilizando».
«No tuve que seguir diciendo: ‘Jesús, quédate con nosotros. Jesús, ven con nosotros’. Él estaba con nosotros. Y esa fidelidad constante del Señor, y el hecho de que Él nos ama todo el tiempo, pase lo que pase. Los días difíciles, no importa lo grande que sea el desafío, y ese fue uno grande, no importa lo grande que sea, Él nos ama y está con nosotros», comentó Cindy.
El testimonio de Tim Remington trascendió fronteras y recibió apoyo y oraciones a nivel mundial. Cuatro meses después del ataque, el pastor regresó al púlpito, predicando y tocando el piano. “El Señor me dijo que regresaría, pero sería un viaje difícil”, expresa Tim.
Tim se recuperó del derrame cerebral y, apenas tres meses después del tiroteo, volvió a ocupar el púlpito.
«Cuando supe que estaba vivo, entonces supe que Dios estaba definitivamente en ello y que había una razón», dice Tim. «Y no sabía la razón, pero sabía que Él tenía el control en ese momento».
Es maravillo que a pesar de enfrentar desafíos diarios, Tim continúa sirviendo como pastor, inspirando a quienes lo rodean. “Yo digo que [la cura] sucederá y estoy entusiasmado”, dijo con determinación.
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