La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, regular y comprender las emociones, tanto en nosotros como en los demás. Una inteligencia emocional alta ayuda a conectarse con otras personas, forjar relaciones empáticas, comunicar de manera efectiva, resolver conflictos y amalgamar sentimientos comunes
LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando (GAPO), columnista).- Está claro de la diferencia entre la inteligencia racional y la emocional. Mientras la racional se enfoca en el conocimiento, la emocional es la responsable de tomar las decisiones analizando el comportamiento interno y las alteraciones, dejándose llevar y guiándose por las pasiones que afloren.
En la inteligencia emocional, la empatía se utiliza para reconocer los cambios de las personas en el entorno. Permite conocer la situación real sin necesidad de analizar lenguajes corporales y comprender la forma de actuar sin necesidad de que lo expresen oralmente.
Numerosos estudios muestran que la inteligencia emocional cuenta con mayor impacto en la vida personal y profesional que la inteligencia que se basa en el coeficiente intelectual.
La inteligencia emocional juega un papel importante en la educación hoy en día. A través de ella se logra desarrollar la motivación, el control de impulsos, la regulación de los estados de ánimo, y la mejor manera de relacionarse con los demás.
Una característica general de las personas con baja inteligencia emocional es que no muestran preocupaciones, tristezas ni miedos, sino que aparentan estar siempre sin cambios en el estado de ánimo. También pueden fingir estar felices todo el tiempo e incluso presumir de esa alegría eterna.
La inteligencia emocional permite que quien la posea sea apreciado por la gente. También se percibe en el liderazgo ejercido dentro de una organización ya que motivan a su gente por sus logros.
El término inteligencia emocional aparece en la literatura psicológica en el año 1990, en un escrito de los psicólogos norteamericanos Peter Salovey y John Mayer. Sin embargo, con la publicación del libro La Inteligencia Emocional en 1995 de Daniel Goleman el concepto se difundió rápidamente.
Una gran parte del coeficiente emocional lo conforma el reconocimiento y entendimiento de nuestras emociones con el impacto en nuestro entorno. Conocerse a sí mismo y analizar las alteraciones.
La inteligencia emocional se define como un conjunto de habilidades que una persona trae desde su nacimiento o aprende durante su vida, donde destaca la empatía, la motivación de sí mismo, el autocontrol, el entusiasmo y el manejo de emociones.
Aunque existen centros de capacitación sociales para el desarrollo de la inteligencia emocional, ésta se facilita si de previo se tienen algunas aptitudes.
Es fundamental para ser más empáticos y abiertos en nuestra vida cotidiana, evitar juzgar de previo a quienes nos rodean. Intentar entender el por qué actuamos de cierta manera. Tratar de comprender y entender puntos de vista y decisiones.
Debemos balancear y estabilizar las emociones. Mirar en nuestro interior para reflexionar profundamente sobre las ideas y sentimientos que afloran en cualquier momento, comprendiendo la manera de pensar y actuar de cada quien, incluyendo la nuestra.
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