Estamos próximos a una elección cantonal y a mediano plazo de la presidencial. Pese que, aunque sea lamentable, el desencanto político al que nos ha llevado al conglomerado algunas agrupaciones tradicionales, como ciudadana/os con criterio de compromiso, no debemos, ni podemos claudicar en la importancia de cambiar el giro permanente de la sociedad en las ciudades que conforman nuestro país, a través del proceso democrático que muchas latitudes anhelan desesperadamente
LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando (GAPO), columnista).- Esta imagen, que si se analiza fríamente nada podría significar, trata del proceso democrático con que en Costa Rica cambiamos el desenvolvimiento de nuestras dirigencias políticas, a través de un proceso voluntario, pacífico, además de envuelto en fiesta democrática.
En primer plano, una representación de nuestra preciada vegetación. A la izquierda, ciudadana/os antecediendo a la línea de votantes que esperan ordenadamente y por voluntad propia ejercer su mandato, antes de ingresar a los recintos de votación ubicados en las aulas de la escuela donde educadora/es esculpieron, cincelan y moldearán nuestras mentes en crecimiento, en parte demostrada en esta lección de cívica que nos acompaña en silencio como tatuaje mental. Al fondo, el emblema de nuestra bandera atestigua nuestro compromiso nacional.
La contienda por el poder la decidimos toda/os y cada una/o de la/os ciudadana/os empuñando un crayón.
El voto es una decisión personal. El voto no debe obedecer a presiones, coerciones, amiguismos ni alguna otra clase de influencia.
Debemos tener claridad de los grupos y nombres de quienes han estado en diferentes y múltiples ocasiones, ejerciendo puestos en diferentes funciones y sin que observemos un fenómeno realmente positivo, bajo la legitimación de minorías amparadas en la abstinencia.
Aunque alguna/os no quieran interpretarlo debidamente, el cambio siempre ha sido una constante en el mundo.
Esto lo aceleró exponencialmente el advenimiento de la Internet, seguido por sus secuaces, la prensa e informativos cibernéticos, redes sociales y otros que, en instantes reproducen e informan lo que está sucediendo en el momento, especialmente en la política nacional y mundial.
El carboncillo con el cual marcamos una “X” en unos años será sustituido por una pantalla o un robot. Posiblemente el proceso electoral manual dejemos de utilizarlo en corto plazo, pero será un recuerdo para quienes votaron por primera vez al cumplir dieciocho años.
No hace mucho tiempo, la mayoría de edad se adquiría al cumplir veintiún años. Era el momento en que obteníamos el derecho de utilizar las ansiadas cédulas de identidad que, además de emanciparnos, nos daba el derecho al voto.
Quienes ejercimos el derecho al voto en ese tiempo, recordamos el extinto saludo posterior que duraba una semana.
Levantábamos el dedo pulgar con el que habíamos ejercido el mandato, aún manchado, junto al dedo índice, también coloreado con tinta oscura que nos identificaba como asistentes responsables en el proceso cívico.
Salgamos a votar, decidamos por nosotra/os misma/os. No dejemos en manos de minorías la conducción política que afecta nuestra localidad en todo aspecto, social, servicios, sanidad, educación, progreso, pero sobre todo, en rendición de cuentas y transparencia a lo que mucha/os política/os temen. Ejemplos sobran.
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Goicoechea, San José - Costa Rica
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