Eliminar los restos de alimentos, desorganizar la placa bacteriana, prevenir las caries y lograr un aliento fresco son los principales objetivos del cepillado. Ahora bien, ¿por qué no está claro que haya que hacerlo en ciertos momentos del día? Te lo contamos.
¿Por qué surge la duda?
La incertidumbre sobre si hay que lavarse los dientes inmediatamente después de comer aparece debido a la complejidad de factores que influyen en la salud bucal. Aunque durante mucho tiempo se promovió la práctica del cepillado tras las comidas, para prevenir la acumulación de placa bacteriana y las caries, existe una posibilidad de que tenga algunas consecuencias negativas.
El debate sobre el momento más adecuado para higienizar la dentadura después de ingerir alimentos depende de lo siguiente:
La interacción de dichos ácidos con el esmalte dental.
El tiempo necesario para que la saliva neutralice los ácidos.
Veamos qué dice la investigación científica al respecto.
Cuando ingerimos alimentos, sobre las superficies de la boca se forma una biopelícula blanca y pegajosa que conocemos como placa bacteriana. La misma está compuesta por restos de alimentos, bacterias y proteínas de la saliva.
Las bacterias de la boca aprovechan los hidratos de carbono de la dieta, sobre todo los azúcares simples, para crecer y multiplicarse. Al metabolizar estos nutrientes, producen ácidos que disminuyen el pH salival. La acidez de la boca es capaz de quitar minerales al esmalte de los dientes y originar las caries.
Sumado a ello, muchos alimentos contienen ácidos en su composición, como los jugos de frutas, los cítricos y las bebidas carbonatadas. Estos ácidos, de por sí, son capaces de quitar minerales del esmalte y provocar su erosión.
El rol de la saliva
Nuestro cuerpo cuenta con un sistema de defensa para evitar que cada vez que comamos, los dientes se destruyan. Ese sistema es la saliva. El fluido tiene la capacidad de neutralizar los ácidos de la boca y mantener el pH oral en valores saludables, sosteniendo un equilibrio entre la pérdida y la ganancia de minerales del esmalte.
La regulación del medio bucal no se logra de manera inmediata. Al terminar de comer, la boca se torna ácida. Cuando la ingesta incluye alimentos muy dulces y ácidos, el pH puede ir por debajo de 5,5, un valor crítico para el esmalte dental.
Una publicación del 2019 en Odontología Vital señala que la saliva tarda entre 20 y 45 minutos en neutralizar la acidez y lograr un pH cercano a 7, dependiendo del tipo de comida o bebida que se haya consumido. Durante este tiempo, el medio bucal permanece ácido.
¿Qué pasa si cepillo mis dientes al terminar de comer?
Algunos profesionales consideran que cepillarse inmediatamente después de comer, mientras la saliva está neutralizando el medio bucal, es uno de los errores que debes evitar al lavarte los dientes. Alegan que realizar el cepillado en un medio ácido podría dañar el esmalte.
De hecho, en su sitio web oficial, la Asociación Dental Americana recomienda esperar una hora antes de cepillarse los dientes después de comer alimentos ácidos. Así, la saliva tendría la oportunidad de eliminar los ácidos de forma natural y volver a remineralizar el esmalte.
A pesar de las recomendaciones oficiales, siguen las opiniones encontradas. Un estudio de 2017, que analizó los factores asociados a la erosión del esmalte, encontró que el cepillado de dientes dentro de los 10 minutos posteriores a la ingesta de ácidos no se vincula con el desgaste erosivo de los dientes. Por lo tanto, estos investigadores consideran que el consejo universal de retrasar el cepillado no está bien fundamentado.
Una investigación realizada en Indonesia, por su parte, analizó el pH de la boca luego de ingerir snacks y después del cepillado o el no cepillado, a los 5, 15 y 30 minutos. Se demostró que el pH salival promedio en el grupo que se cepilla los dientes es mayor que el del grupo que no se higieniza la boca.
Con respecto al tiempo, la conclusión fue que no hay efecto del cepillado sobre el pH salival a los 5 minutos después de comer, pero sí a los 15 y 30 minutos. Los autores recomiendan, por ende, aprovechar la higiene dental para potenciar el efecto neutralizador de la saliva, realizándola luego de los 15 minutos de la ingesta.
Al terminar la ingesta, los alimentos dulces y pegajosos pueden permanecer en la cavidad bucal. Si no se eliminan con el cepillado, quedan en contacto con las bacterias, que los aprovechan para su metabolismo. Ello provoca la disminución del pH, el acúmulo de placa bacteriana y un mayor riesgo de desarrollar caries.
Higienizar la boca después de comer ayuda a eliminar los residuos y evita que permanezcan disponibles para las bacterias.
Aunque la investigación no es concluyente, dejar pasar un tiempo entre los bocadillos y el cepillado permitiría a la saliva cumplir su función. La espera también reduciría el riesgo de erosionar el esmalte luego de consumir bebidas o comidas muy ácidas o dulces.
Los estudios que mencionamos sugieren lavarse los dientes, por lo menos 15 minutos después de comer. Los lineamientos de la Asociación Dental Americana prolongan dicho tiempo a los 60 minutos posteriores a la ingesta.
De todos modos, si sigues una dieta variada, no consumes alimentos muy dulces o ácidos, tienes una dentadura sana y te cepillas los dientes dos o tres veces al día, no es necesario que estés al pendiente de cuánto esperas. Lo importante es ser constante con tu higiene oral y realizar una técnica correcta de cepillado.
¿Cómo protejo mi dentadura de los ácidos de las comidas?
Salvo situaciones puntuales, como el uso de ortodoncia, tener implantes o presentar un alto riesgo de caries, no es necesario cepillarse los dientes después de cada una de las comidas del día. En general, se recomienda hacer 2 cepillados al día, uno a la mañana y otro a la noche, antes de acostarse.
Utilizar un cepillo de dientes adecuado y pasta dental con flúor es esencial.
En el transcurso del día, puedes proteger tu dentadura a través de una dieta saludable y evitando picotear entre comidas. También puedes enjuagar tu boca con agua después de comer para eliminar los restos de alimentos y controlar el mal aliento.
Masticar chicles sin azúcar es otra excelente manera de proteger tus dientes. La goma de mascar estimula la producción de saliva, lo que ayuda a neutralizar los ácidos y fortalecer el esmalte.
Dientes fuertes con el cepillado regular
La clave para una buena salud bucal radica en la regularidad de los cuidados. Es importante eliminar los restos de alimentos, considerar la acidez y la cantidad de azúcar que comes y tener en cuenta el estado de tu esmalte dental. Pero más significativo es practicar el cepillado dos veces por jornada, como mínimo, todos los días.
Tu dentista de confianza te podrá asesorar sobre cuidados más oportunos para tu boca. Si usas ortodoncia, por ejemplo, tendrás indicaciones especiales para un cepillado eficaz tras las comidas. Por otro lado, si presentas riego elevado de caries, entonces habrá que optimizar los tiempos del lavado.
Finalmente, recuerda que cepillarte después de las comidas no es un salvoconducto para comer lo que sea. La dieta equilibrada es esencial y complementa los cuidados que apliques.
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