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LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Sadniv Solrac).- Recientemente, Andrew Huberman, reconocido podcaster exitoso que utiliza su doctorado para hacer que la ciencia del cerebro sea comprensible para todos, ha expresado su creencia en una entidad divina. Sin embargo, no ha especificado a qué creencia pertenece.
“Debo dejar constancia de que me siento muy cómodo diciendo que creo en Dios. Hay muchas cosas que la ciencia puede explicar y muchas cosas que la ciencia no puede explicar. Todos los elementos de la ciencia son enteramente compatibles con la idea de que existe un Dios”, dijo el profesor asociado de la Universidad de Stanford en un podcast de Cameron Hanes.
“De hecho, comencé a leer la Biblia recientemente. Siento que es mi deber aprender y comparar el Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento», expresó insinuando que cree en el Dios del cristianismo, el único y verdadero.
Discretamente rondó en torno a la cuestión de a quien ora, probablemente debido a su temor de asustar a los escuchas (de quienes depende su sustento), ya sean seguidores de la fe cristiana o no. Su círculo social, compuesto por creadores de contenidos sobre bienestar físico y desarrollo personal, suele tener una vaga creencia en un «poder superior».
Sin embargo, su manifestación de fe sigue siendo relevante gracias a su auténtica formación científica, pues muchos expertos en las últimas tres décadas afirmaron que la ciencia debilita la fe, y debido a su influencia sobre una amplia audiencia global, que cuenta con 4,38 millones de seguidores en YouTube.
El neurocientífico afirma haber crecido en un hogar con diversidad religiosa. No obstante, las distintas religiones presentes en su hogar, o la ausencia de ellas, no lograron disuadirlo de realizar sus oraciones «en privado».
Al final de su adolescencia, se dirigió a Sands Beach en Santa Bárbara, donde estuvo orando.
“Oro, absolutamente. No podemos controlarlo todo. Oro en voz alta por la mañana y a veces otra vez en mitad de la noche… La oración me ha dado paz. Y esto va a sonar raro y la gente va a decir: ‘¿De qué estás hablando?’ pero funciona. Había ciertas cosas con las que estaba lidiando y que no podía resolver”, reveló.
Desde el famoso juicio de Scopes en 1925, la relación entre fe y ciencia ha sido presentada como una dicotomía en los medios de comunicación y el mundo académico. Se ha difundido la idea de que los científicos no creen ni pueden creer en conceptos supersticiosos como la fe.
Esto ha llevado a que los científicos cristianos hayan sido excluidos de prestigiosas publicaciones y cátedras, lo que ha resultado en que muchos de ellos prefieran mantenerse en silencio.
Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un cambio en este paradigma, y los científicos están expresando cada vez más abiertamente su fe en Dios. Argumentan que la increíble complejidad y precisión del universo y de la Creación no pueden ser resultado de una generación espontánea. Ejemplos de científicos que defienden esta postura son James Tour y Francis Collins.
“No soy el primero en decirlo. Einstein creía en Dios. Carl Jung, uno de los mejores psicólogos de todos los tiempos, creía claramente en Dios», afirmó.
Opuestamente a la creencia de que la ciencia debilita la creencia religiosa, estos investigadores están encontrando que las pruebas tangibles realmente indican la presencia de un ser divino.
«Creo que el cerebro representa la cúspide de lo increíble en biología. El cerebro es increíble; me refiero a la cantidad de formas en que puedes mover tu cuerpo en comparación con otras especies. Es simplemente increíble que estemos sentados aquí teniendo esta conversación: es sólo lenguaje y estas pequeñas ondas sonoras se perciben y comprenden”, explicó.
Huberman ha encontrado consuelo y sentido en la oración al procesar la muerte de tres mentores. A través de la oración, ha llegado a comprender que hay un plan y un propósito en todo, aunque no siempre sea evidente. Esta experiencia lo ha llevado a intensificar su práctica de la oración y lectura de la Biblia, ya que ha notado una conexión entre este aspecto espiritual y su entrenamiento físico.
«Siempre quise tener una relación más profunda con Dios y pensé: ¿por qué no la tengo? Bueno, claro. Eso es como decir: quiero estar en forma cuando no estás corriendo, no estás levantando peso, no estás comiendo adecuadamente”, dijo.
«La magnificencia de la biología y la magnificencia de la naturaleza (hacen) que me sea imposible concebir cómo podría llegar a suceder eso de otra manera. Estoy absolutamente asombrado por la biología», finalizó.
“De hecho, comencé a leer la Biblia recientemente. Siento que es mi deber aprender y comparar el Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento», expresó insinuando que cree en el Dios del cristianismo, el único y verdadero.
Discretamente rondó en torno a la cuestión de a quien ora, probablemente debido a su temor de asustar a los escuchas (de quienes depende su sustento), ya sean seguidores de la fe cristiana o no. Su círculo social, compuesto por creadores de contenidos sobre bienestar físico y desarrollo personal, suele tener una vaga creencia en un «poder superior».
Sin embargo, su manifestación de fe sigue siendo relevante gracias a su auténtica formación científica, pues muchos expertos en las últimas tres décadas afirmaron que la ciencia debilita la fe, y debido a su influencia sobre una amplia audiencia global, que cuenta con 4,38 millones de seguidores en YouTube.
El neurocientífico afirma haber crecido en un hogar con diversidad religiosa. No obstante, las distintas religiones presentes en su hogar, o la ausencia de ellas, no lograron disuadirlo de realizar sus oraciones «en privado».
Al final de su adolescencia, se dirigió a Sands Beach en Santa Bárbara, donde estuvo orando.
“Oro, absolutamente. No podemos controlarlo todo. Oro en voz alta por la mañana y a veces otra vez en mitad de la noche… La oración me ha dado paz. Y esto va a sonar raro y la gente va a decir: ‘¿De qué estás hablando?’ pero funciona. Había ciertas cosas con las que estaba lidiando y que no podía resolver”, reveló.
Desde el famoso juicio de Scopes en 1925, la relación entre fe y ciencia ha sido presentada como una dicotomía en los medios de comunicación y el mundo académico. Se ha difundido la idea de que los científicos no creen ni pueden creer en conceptos supersticiosos como la fe.
Esto ha llevado a que los científicos cristianos hayan sido excluidos de prestigiosas publicaciones y cátedras, lo que ha resultado en que muchos de ellos prefieran mantenerse en silencio.
Sin embargo, en los últimos años, ha surgido un cambio en este paradigma, y los científicos están expresando cada vez más abiertamente su fe en Dios. Argumentan que la increíble complejidad y precisión del universo y de la Creación no pueden ser resultado de una generación espontánea. Ejemplos de científicos que defienden esta postura son James Tour y Francis Collins.
“No soy el primero en decirlo. Einstein creía en Dios. Carl Jung, uno de los mejores psicólogos de todos los tiempos, creía claramente en Dios», afirmó.
Opuestamente a la creencia de que la ciencia debilita la creencia religiosa, estos investigadores están encontrando que las pruebas tangibles realmente indican la presencia de un ser divino.
«Creo que el cerebro representa la cúspide de lo increíble en biología. El cerebro es increíble; me refiero a la cantidad de formas en que puedes mover tu cuerpo en comparación con otras especies. Es simplemente increíble que estemos sentados aquí teniendo esta conversación: es sólo lenguaje y estas pequeñas ondas sonoras se perciben y comprenden”, explicó.
Huberman ha encontrado consuelo y sentido en la oración al procesar la muerte de tres mentores. A través de la oración, ha llegado a comprender que hay un plan y un propósito en todo, aunque no siempre sea evidente. Esta experiencia lo ha llevado a intensificar su práctica de la oración y lectura de la Biblia, ya que ha notado una conexión entre este aspecto espiritual y su entrenamiento físico.
«Siempre quise tener una relación más profunda con Dios y pensé: ¿por qué no la tengo? Bueno, claro. Eso es como decir: quiero estar en forma cuando no estás corriendo, no estás levantando peso, no estás comiendo adecuadamente”, dijo.
«La magnificencia de la biología y la magnificencia de la naturaleza (hacen) que me sea imposible concebir cómo podría llegar a suceder eso de otra manera. Estoy absolutamente asombrado por la biología», finalizó.
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