LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Edith Sánchez).- La infección por el virus sincitial respiratorio solo es peligrosa para algunos bebés. En la mayoría de los casos no debe ser motivo de preocupación. En la actualidad hay varias investigaciones tendientes a desarrollar una vacuna contra el VRS.
El virus sincitial respiratorio (VSR) es una infección que puede causar consecuencias importantes en los bebés menores de 2 años. Sin embargo, esto es poco frecuente, ya que la mayoría de los niños superan la enfermedad sin problema.
Este tipo de infección es más frecuente en los meses de invierno y primavera. Provoca síntomas respiratorios similares a los de un resfriado. Pese a esto, hay bebés en los que el virus sincitial respiratorio va seguido de bronquitis y neumonía.
Lo usual es que los síntomas del virus sincitial respiratorio desaparezcan en un lapso de cinco a siete días. La mayoría de los niños lo padecen antes de los 3 años. Es de anotar que genera una inmunidad de corto plazo, por lo que la enfermedad puede reincidir.
¿Por qué es peligroso el virus sincitial respiratorio en bebés?
El virus sincitial respiratorio tiene a afectar a los niños menores de 3 años.
Hay algunos casos en los que se puede presentar una infección severa por el virus sincitial respiratorio. Aunque esta enfermedad puede producirse a cualquier edad, tiende a ser más grave en los bebés.
Lo anterior se debe a que los bebés no tienen bien desarrolladas las vías respiratorias. Por lo tanto, no pueden toser el moco como lo haría un organismo más maduro. Esto puede llevar a un problema más serio llamado bronquiolitis o, incluso, neumonía.
Los bebés más susceptibles al virus sincitial respiratorio son los que cumplen con los siguientes criterios:
- Lactantes muy pequeños, de menos de 6 meses de edad.
- Bebés prematuros o que presentaron bajo peso al nacer.
- Menores de 2 años con enfermedad pulmonar crónica.
- Menores de 2 años con problemas cardíacos.
- Los bebés que tienen el sistema inmunológico debilitado por otra enfermedad o un tratamiento.
- Los niños con trastornos neuromusculares, en especial si les limitan la deglución o la expectoración.
- Madre fumadora durante el embarazo o exposición a humo de segunda mano en el hogar.
- Antecedentes de alergia o eccemas.
- Vivir en condiciones de hacinamiento.
Los síntomas de la enfermedad por el virus sincitial respiratorio son muy similares a los de un resfriado común. De cualquier modo, es importante vigilar de cerca la evolución de la infección para detectar cualquier señal de agravamiento.
Síntomas comunes
Los síntomas usuales del VSR son los siguientes:
- Fiebre.
- Tos que puede ser seca o con flema.
- Goteo nasal.
- Congestión nasal.
- Estornudos.
- Irritabilidad.
- Falta de apetito.
- Baja energía.
- Sibilancias.
La aparición de otros síntomas más severos suele ser un indicador de que la infección se ha agravado. Dentro de las manifestaciones que indican esto encontramos las siguientes:
- Respiración agitada o con dificultad.
- Aleteo en las fosas nasales.
- Al respirar hay gruñidos rítmicos.
- Al respirar se mueve el estómago y hay tirones en la parte inferior del cuello o entre las costillas.
- Sibilancias notorias.
- La caja torácica se hunde y se forma una «V» al respirar.
- Letargo o movimientos lentos.
- Más sueño de lo normal.
- Hay momentos en los que el bebé deja de respirar.
La principal complicación se presenta cuando la enfermedad por el virus sincitial respiratorio progresa y se convierte en una bronquiolitis. Esta es una inflamación de las pequeñas vías respiratorias del pulmón. Asimismo, pueden inflamarse los bronquios y causar bronquitis.
En los casos más graves se produce neumonía, que es una infección en los pulmones. Esta puede poner en riesgo la vida. Se estima que de cada 100 niños con infección por virus sincitial respiratorio, dos de ellos tendrán que ir al hospital. Pueden requerir oxígeno, intubación o respiración asistida.
El bebé también corre el riesgo de deshidratarse si no se le proporcionan suficientes líquidos. Por eso, es importante que mantenga la ingestión de leche materna o de fórmula, agua y otros líquidos si los tolera.
¿Cuándo buscar un médico?
Los síntomas de agravamiento suelen presentarse entre los días tres y cinco después del inicio de la enfermedad. Es necesario llamar al médico si el niño presenta uno o varios de los siguientes síntomas:
- Fiebre muy alta que no cede.
- Secreciones densas por la nariz.
- Tos que empeora y está asociada con la expectoración de una secreción amarilla, gris o verde.
- El niño moja menos de un pañal cada ocho horas, lo cual es señal de deshidratación.
- Dificultad para respirar o pausas en la respiración.
- Lengua, labios o piel de color azulado, morado o grisáceo.
- Letargo visible o notoria disminución de la actividad del bebé.
- Sueño inquieto o deficiente.
- Fiebre de más de 40 grados centígrados.
- Síntomas que no mejoran después de siete días.
- Diagnóstico y tratamiento del virus sincitial respiratorio.
Lo más habitual es que el pediatra diagnostique la infección por el virus sincitial respiratorio con base en los síntomas que presente el bebé. A eso sumará una exploración física detallada. Si hay dudas, es posible que ordene una prueba de exudado nasal para verificar que se trata del VSR.
En algunos casos también puede ser necesaria una prueba de saturación de oxígeno o una radiografía de tórax. Una vez confirmado el diagnóstico, se comienza con el tratamiento. El objetivo es aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
Lo usual es que se acuda a las siguientes medidas:
Oxígeno. Cuando el bebé tiene dificultades para respirar, es posible que sea necesario aportar oxígeno adicional para que no surjan más complicaciones.
Cuidados en casa y recuperación
En la mayoría de los casos la infección por virus sincitial respiratorio se puede tratar en casa de forma eficiente. Si no hay síntomas graves, es posible aplicar unas sencillas medidas para aliviar los síntomas y ayudar al bebé a recuperarse.
Dentro de las medidas que se pueden adoptar están las siguientes:
- Promover la ingesta de líquidos. Amamantarlos tanto como sea posible y darles agua, si pueden recibirla.
- Emplear una pera de goma. Esta herramienta ayuda a retirar la mucosidad de la boca y la nariz. Esto le permite respirar y comer con mayor facilidad. También se le puede aplicar solución salina en esas zonas con el mismo objetivo.
- Vapor en el baño. Se puede abrir la ducha de agua caliente y dejar que el baño se llene de vapor. Este ayuda a reducir la inflamación de las vías respiratorias y diluye el moco.
- Procurar que el niño esté lo más cómodo posible.
- Humidificador. Humedecer el aire ayuda a diluir las secreciones del bebé.
- Medicamentos de venta libre. Con base en el consejo médico, se le pueden dar medicamentos como acetaminofén o similares.
- El VRS suele resolverse sin complicaciones
El VRS es muy contagioso y, por eso, la mejor manera de prevenirlo es no exponiendo al bebé a las aglomeraciones o al contacto con personas enfermas. La lactancia materna es un excelente antídoto contra todo tipo de infecciones.
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