Se denomina el inicio de la historia al momento de la aparición de la escritura donde el ser humano logró exponer sus ideas e impresiones con el fin de compartirlas a futuro.
Esto aconteció en Sumer, antigua región de la baja Mesopotamia cercana al Golfo Pérsico, a fines del cuarto milenio a. C., hace más de 5 000 años.
Mesopotamia proviene del griego meso (medio) y potamós (ríos) entre ríos, región ubicada entre el Tigris al este y el Éufrates al oeste. En ese territorio florecen las primeras civilizaciones debido al desarrollo en el sistema de irrigación proporcionado por ambos cauces.
Uruk fue la primera gran ciudad. Surgió alrededor del 4 000-2 900 a. C. Tenía cerca de 40 000 habitantes. Las primeras Ciudades Estado trajeron una estratificación social, poder político y religioso y el cobro de impuestos.
El progreso de Uruk trajo un cambio en la urbanización. El auge de la arquitectura, el arte y la tecnología de la irrigación permitieron un importante desarrollo demográfico.
Las Ciudades Estado fueron Centros Urbanos con territorios regionales adyacentes y ciudades dependientes.
Eridu, fundada por el Dios Marduk, según la tradición sumeria, fue la más antigua ciudad de Mesopotamia y donde se creó el mundo. Se comunicaban el idioma sumerio, la rueda era de uso cotidiano y daban mucha importancia al poder sacerdotal.
La aparición de la escritura pudo haberse dado 3 500 a. C. Inicialmente se desarrolló para llevar registros comerciales, económicos y agrícolas. En su comienzo se usaron figuras o símbolos (pictogramas) que se fueron complejizando gradualmente. La escritura era cuneiforme, un instrumento de cuña sobre una tabla de arcilla.
El Período Dinástico Arcaico Sumerio sucedió entre 2 900-2 350 a. C., en la Baja Mesopotamia con el surgimiento de las ciudades Ur y Kish. Eran Ciudades Estado en guerra con diferentes hegemonías y diferentes dioses a la cabeza de cada ciudad.
Existen diferentes teorías acerca del significado del nombre del poderío que daban a las altas autoridades sumerias llamadas “en”, “ensi”, o “lugal”. Podría tratarse de menor o mayor responsabilidad por lo que se extracta:
El “en” y/o el “lugal” (hombre grande) se asociaba a un monarca hereditario con poderes militares.
El “ensi”, (escrito patesi), era el líder religioso que escogían los dioses para controlar pueblos, por lo que el poder sacerdotal y gobernanza estaban fusionados en una sola persona.
Los templos, que en su inicio fueron centros administrativos y de culto, evolucionaron y se convirtieron en palacios con ciudades alrededor y amuralladas para proteger al pueblo de ataques de fieras, emboscadas o guerras por poder.
Las aldeas y los campos se dedicaron a la producción de trigo, cebada, sésamo y ganadería vacuna, caprino, ovina y porcina.
Las maderas las traían del Líbano, la piedra, piedras semi preciosas, marfil, oro, lo intercambiaban con el valle del Indo,
Nació la Eduba (en sumerio Edubba), la Escuela de Escribas que enseñaba escritura, lectura, matemática y biología.
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