Fuga de San Lucas: Capítulo Final


La supervivencia del Macho Sandí siempre fue peliaguda y escabrosa. Pese a los pocos momentos de tranquilidad que su mente resguardaba era relativamente feliz en su diario vivir. De la existencia había aprendido a nunca rendirse. Que todo lo nuevo, por sencillo que fuese, debía asimilarlo a la perfección…en algún momento podría ser de utilidad…

LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando (GAPO), escritor).- Al Macho lo carcomía la soledad. Su mente, que se había acomodado al retumbo de las olas durante las primeras noches de insomnio, comenzó a sentir períodos de nostalgia sin lograr conciliar el sueño debido a la sensación de ronda que vivía.

Al abrir los párpados, los rostros vigilantes de los antiguos compañeros de la peni le daban la espalda. Sentados al frente, los hijos del diablo sonreían maliciosamente. Sus visiones se reconfortaban al reconocer a Carmen Julia, pero le molestaba el momento de evocar el montón de años de no saber de ella.

Su prioridad era fugarse de la isla. Ya tenía la lista de cautivos que utilizaba a conveniencia. Había conseguido una tabla de mareas y aprendido los pormenores acerca de las horas exactas del sube y baja en la plataforma con el flujo marino.

De vez en cuando escuchaba historias de escapes frustrados tomando apuntes mentales internamente. Los protagonistas narraban detalles de éxito y el porqué del fracaso inesperado en el intento.

El primer ingrediente era el aguante corporal y mantener forzosamente la mitad del cuerpo a flote ante las dimensiones del oleaje. Comenzó a ejercitarse. Para el “equipo de soporte” construyó un improvisado, pero seguro atuendo. En la parte superior destacaban sendos recipientes plásticos vacíos en pecho y espalda con botellas de agua y envoltorios hábilmente atados. En la parte inferior, un galón se enganchaba en cada entrepierna.

Mientras se rociaba agua en la orilla, observaba la secuencia de las siete olas que había escuchado. Debía conocerlas y memorizar para el triunfo definitivo.

El momento oportuno de iniciar la odisea era en la última ola. En ese momento, el mar queda plano y estático como una laguna. No hay que tomar acción. Solo flotar para adaptarse mentalmente a una experiencia que podría superar ocho horas en el agua.

El remanso sería revolcado por la fuerte corriente de la sexta ola. Debería ignorarla porque el fuerte impulso se dirigía hacia la inmensidad del mar, contrario a lo planeado.

La quinta corriente que sentiría era contraria, rumbo a la costa, camino a la libertad. Tenía que aprovechar el impulso para avanzar aprovechando el favor del viento.

La cuarta y mortal corriente hacia el interior del mar la utilizó para flotar, hidratarse y recuperar fuerzas. Solo debía esperar al cambio de dirección opuesta del viento.

En el tercer flujo, aprovechando la curva de aprendizaje, sabía que en cuanto más rápido reaccionara, estaría más cerca de la costa.

En la segunda y fatal corriente trató de no esforzarse, recuperando energía para la primera corriente venidera que uniría con el remanso de la sétima.

No llevaba cuenta de los ciclos ni el tiempo que tomó el proceso que mecánicamente le avisaba el momento para avanzar o sostener el ritmo.

Alrededor de las siete de la noche, observando las luces de la costa, Sandí abandonaba San Lucas por playa bandera. Llegando a la costa puntarenense una corriente inesperada le cambió de rumbo lo cual enderezó con el escaso esfuerzo físico restante.

Cerca de las tres de la madrugada se despojó del traje salvador en punta de arenas. Abrió lentamente un embalaje plástico revisando los billetes que había resguardado. De otro envoltorio similar emergió una pantaloneta, una camiseta y un par de zapatillas. Subió al primer taxi.

Al otro día, desde San José llamó al oficial de guardia. -Henry, me fugué, no me busquen.

Tiempo después le detuvieron por reo rebelde. Antes de cumplir treinta años, gracias a una amnistía papal que no recuerda, salía con libertad definitiva de la cárcel de Heredia…

Una nueva vida le esperaba… 

*

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1 Comentarios

  1. Buenos días he seguido la historia de Don Rafael y me parece muy interesante, sin embargo no logré entender el paso del señor de la Peni a la Isla San Lucas, cual fue el motivo o si fue un traslado, o no se si se me escapó algún capítulo, aún así me parece muy interesante y los insto a seguir con este tipo de historias, muchas gracias!

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