LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Alberto Cabezas, periodista).- El 15 de septiembre es una fecha marcada en el calendario de Costa Rica como el Día de la Independencia Patria. Sin embargo, según Ricardo Sossa Ortiz, Comisionado de Integración Social, esta celebración va más allá de la firma de documentos, se extiende al corazón de una nación que luchó por su libertad en un sentido más amplio.
Comparada con las épicas batallas por la independencia de otros países, como la Revolución Estadounidense, Costa Rica optó por una ruta diferente. En palabras de Sossa Ortiz, "en nuestros territorios no hubo batallas, se firmó un acuerdo en México. De hecho, la Carta de la Independencia llega unas semanas más tarde a Costa Rica, pero se firma el 15 de septiembre". Esto pone de relieve una distinción importante: la independencia costarricense no se ganó en el campo de batalla, sino en la habilidad de negociar y acordar".
Sin embargo, según Sossa Ortiz, la verdadera independencia de Costa Rica no se logró con la firma de documentos, sino con la campaña de 1956 liderada por el expresidente Juan Rafael Mora Porras, conocido como el "héroe nacional" y el "Libertador Nacional". Esta campaña marcó el inicio de una transformación profunda en la sociedad costarricense, liberándola de la esclavitud y sentando las bases para la independencia en su sentido más amplio.
Para entender la relevancia de esta independencia en un contexto histórico más amplio, es esencial recordar las palabras del ilustre intelectual costarricense Joaquín García Monge en su discurso del primer centenario de la independencia en 1921.
En ese momento, García Monge expresó: "Lo erigieron los mayores para enseñarnos cómo se defiende con fiereza el suelo nativo, que da el sustento y la libertad". Esto subraya la importancia de la tierra y la patria como elementos centrales en la lucha por la independencia.
García Monge también planteó la idea de la "América Una", destacando que la independencia de Costa Rica no era un evento aislado, sino un paso hacia una América Latina unida. En este contexto, resaltó la importancia de la cooperación y la concordia entre los países latinoamericanos, advirtiendo sobre los peligros de las guerras internas y las oligarquías egoístas que podrían poner en peligro la integridad de la patria.
El discurso de García Monge también enfatizó la importancia de la educación en la formación de ciudadanos comprometidos con el servicio público y la cooperación. Esto subraya la necesidad de que las nuevas generaciones entiendan que la verdadera independencia implica trabajar juntos para el bien común.
En última instancia, el mensaje de García Monge y la perspectiva de Ricardo Sossa Ortiz nos recuerdan que la independencia no es solo un evento histórico, sino un proceso continuo que implica la defensa de la tierra, la unidad regional, la construcción de una sociedad basada en la cooperación y la solidaridad. La independencia de Costa Rica va más allá de la firma de un documento, es un compromiso constante con los ideales de libertad, justicia y prosperidad para todos los costarricenses.
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