"La Señora de Purral": Una historia de violencia doméstica

LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Alberto Cabezas, periodista).- La violencia doméstica sigue siendo un problema alarmante en Costa Rica, y la historia de "la Señora de Purral" pone de relieve la difícil situación que enfrentan cientos de mujeres en el país. Hace dos años, esta mujer decidió poner fin a una relación sentimental, pero lo que siguió después fue una pesadilla de amenazas y agresiones.

"La Señora de Purral", que así denominaremos para no revelar su nombre real, relata cómo su expareja empezó a enviarle mensajes groseros que poco a poco se dispararon en amenazas de muerte. Una de ellas fue especialmente perturbadora, ya que el agresor le vislumbró que, si ella se separaba y encontraba a otra pareja, él la mataría a ella y a la otra persona y luego se suicidaría.

Quizás, esta historia no es única. La violencia contra las mujeres ha sido una triste realidad que ha afectado a innumerables vidas a lo largo de la historia, dejando secuelas físicas y psicológicas difíciles de superar. En tiempos de crisis, como lo ha sido la pandemia de COVID-19, estos problemas se han exacerbado, y las investigaciones confirman un alarmante aumento en los casos de violencia doméstica.

Según datos del Observatorio de Género del Poder Judicial, aproximadamente 136 personas al día acuden a los juzgados en busca de medidas de protección debido a situaciones de violencia doméstica. Esta cifra es alarmante y refleja la urgencia de abordar este problema de manera efectiva.

“La convivencia durante constante y forzada en los hogares el confinamiento ha generado un escenario propicio para la intensificación de la violencia. La exposición prolongada de las víctimas a sus agresores ha incrementado significativamente el riesgo al que se enfrentan las mujeres”, sostuvo Ivannia Arias Zúñiga, jefa de la Unidad de Comunicación del Instituto Nacional de las Mujeres.

Para erradicar este grave problema, es fundamental un enfoque colectivo que involucre a la comunidad, las instituciones públicas y las familias. Es imperativo reconocer que la mujer es una víctima de la violencia familiar, pero nunca es culpable de ella. Brindarle acompañamiento y apoyo es crucial para ayudarla a romper el círculo de violencia en el que se encuentra atrapada.

Este acompañamiento no solo debe provenir del núcleo familiar seguro, sino también de profesionales capacitados que pueden encontrarse en diversas instituciones, como la CCSS, el EBAIS, los centros de estudio, el Instituto Nacional de las Mujeres y los gobiernos locales. Combatir la violencia contra las mujeres no solo es un imperativo ético, sino también un asunto de salud pública, cuyo costo para el estado aún no se ha cuantificado de manera exacta.

La intervención de la fuerza pública y los equipos de la Caja Costarricense del Seguro Social, así como de los primeros respondedores en este ámbito, representa una inversión sustancial. Es evidente que la violencia es un problema que afecta a toda la sociedad y requiere una respuesta contundente.

Tipos de medidas cautelares

La Ley Contra la Violencia Doméstica establece 18 tipos diferentes de medidas cautelares para proteger a las víctimas. Entre ellas se encuentran órdenes de alejamiento, la posibilidad de solicitar un nuevo lugar de residencia y la opción de solicitar pensión alimentaria. Sin embargo, la mayoría de estas medidas son temporales, deben ser evaluadas y renovadas anualmente.

Desde 2017 hasta la fecha, los juzgados han recibido un promedio de casi 47 mil denuncias por violencia doméstica al año. Es preocupante descubrir que el 80% de estas denuncias corresponden a mujeres, en su mayoría entre los 27 y 35 años. Muchas de estas mujeres dependen económicamente de sus agresores, lo que las deja atrapadas en un ciclo de violencia del que les resulta difícil escapar.

El abogado Ewald Acuña explica que las medidas de protección son un paso inicial, pero no son suficientes para garantizar la seguridad y el bienestar de las víctimas. Un enfoque integral es necesario, que incluya apoyo psicológico y recursos económicos para ayudar a las víctimas a romper el ciclo de violencia. Además, es fundamental concientizar a las víctimas sobre qué es la violencia doméstica y qué opciones tienen a su disposición.

La ley actual establece que las medidas de protección por violencia doméstica no pueden durar más de un año, y se otorgan inicialmente por períodos de seis meses. Si la víctima lo solicita, se puede renovar una vez por otros seis meses. Si bien estas medidas son importantes, es necesario evaluar si son suficientes para brindar una protección efectiva a largo plazo.

La historia de "la Señora de Purral" es solo una muestra de la violencia doméstica que ocurre en Costa Rica. Para combatir este problema social y de salud pública, se requiere un esfuerzo colectivo que involucre a la comunidad, a las instituciones públicas ya las familias.

Solo al unir fuerzas y brindar un apoyo integral a las víctimas podremos poner fin a esta realidad alarmante y construir un futuro más seguro y libre de violencia para las mujeres en el país.

- Goicoechea es el cantón número 8 de la provincia de San José, fundado en 1891. Con 31,50 km² y siete distritos: Guadalupe, San Francisco, Calle Blancos, Mata de Plátano, Ipís, Rancho Redondo y Purral... En LA VOZ DE GOICOECHEA, Usted es lo más importante para nosotros -

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