LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Sadniv Solrac).- Después de ser detenida por orar en las proximidades de una clínica de abortos, una activista pro-vida en el Reino Unido ha sido liberada de las restricciones que le fueron impuestas por la policía, aunque se enfrenta a una posible imputación por su activismo.
En un comunicado emitido por Alliance Defending Freedom Reino Unido, se reveló que la policía de West Midlands ha revocado la restricción que le fue impuesta a la activista pro-vida Isabel Vaughan-Spruce de acercarse a una clínica de abortos.
Esta restricción fue impuesta como condición de su fianza, después de ser arrestada por orar en silencio fuera de una de esas instalaciones en Birmingham.
«Aunque agradezco que se hayan levantado las condiciones de mi fianza y que la policía haya reconocido que la presencia pacífica no es en sí misma un delito, me preocupa que la policía haya podido restringir mi derecho a rezar en paz y en silencio durante tres meses y tan pronto después de que fui absuelto por la misma conducta», dijo Vaughan-Spruce en un comunicado.
“No recibí ninguna actualización de las autoridades sobre el progreso de la investigación, y todavía no sé cómo mis acciones podrían considerarse intimidatorias de alguna manera. Tener un proceso judicial pendiente sobre mi cabeza durante un período aparentemente indeterminado por el simple acto de orar, pensando en Dios, es profundamente inquietante e injusto», agregó.
Después de que la ciudad de Birmingham estableciera una Orden de Protección de la Salud Pública en septiembre del año pasado, que impide que cualquier persona participe en protestas relacionadas con los servicios de aborto dentro de un área específica alrededor de una clínica de aborto, los arrestos de Vaughan-Spruce se produjeron.
Esto prohíbe a las personas involucrarse en cualquier tipo de acto que exprese su aprobación o desaprobación de los servicios de aborto.
La orden es criticada por aquellos que denominan «zonas de censura» a las áreas protegidas por la ley.
En su detención más reciente en marzo, los oficiales afirmaron que Vaughan-Spruce estaba infringiendo la ordenanza al orar en silencio cerca de la clínica de abortos.
Después de ser arrestado, la activista recibió condiciones de fianza de la policía que iban más allá de las áreas cubiertas por la Orden de Protección del Espacio Público. Esto resultó en que las áreas donde él no podía protestar en silencio se extendieran aún más.
La policía admitió la semana pasada que la orden no prohibía su presencia en la zona, pero le informó que su caso fue remitido al Servicio de Fiscalía de la Corona y podría enfrentar cargos.
En su declaración sobre los recientes acontecimientos en el caso de Vaughan-Spruce, Jeremiah Igunnubole, asesor legal de ADF UK, expresó su desaprobación hacia las «áreas de censura» y los intentos de limitar los derechos fundamentales.
«Isabel ha soportado meses de restricciones indebidas de sus derechos por parte de la policía de West Midlands sin ninguna referencia a la fiscalía o los tribunales», dijo Igunnubole.
«Su experiencia proporciona un claro ejemplo de los peligros de las recientes reformas del orden público, que han otorgado amplios poderes a la policía para restringir los derechos fundamentales sin rendición de cuentas ni capacitación y sin protecciones legales específicas para la libertad de expresión y pensamiento. La policía no debe tienen la potestad de restringir conductas inocuas, y mucho menos sancionar el ejercicio pacífico de los derechos fundamentales”, agregó.
«Las zonas de censura no tienen cabida en una sociedad libre y democrática, que se define en parte por la medida en que protege el intercambio pacífico de opiniones e ideas. Permitir que estos derechos, ejercidos pacíficamente, se restrinjan a discreción de los agentes de policía es un giro nuevo y peligroso para el Reino Unido, que tiene una larga tradición legal de protección de las libertades civiles», explicó.
Iggunubole expresó su pesar por las nuevas reformas en materia de orden público, que han aumentado el poder del Estado para limitar y sancionar opiniones que se consideran una amenaza para las ideas sociales dominantes.
En vez de introducir medidas que fomenten la libertad de expresión y pensamiento, y aseguren que nadie sufra el mismo trato que Isabel, estas reformas han generado aún más restricciones.
Lamentablemente, a comienzos de este año, varias leyes fueron aprobadas en Inglaterra y Gales en las que se prohíben las protestas en apoyo a la vida a menos de 150 metros de una clínica de interrupción voluntaria del embarazo.
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