LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Alberto Cabezas, periodista).- Keke” s Yor, es un emprendimiento pastelero que tiene más de 20 años de fundación que lleva consigo un toque femenino creado con amor por su propietaria Yorleny Coto Gómez. Su sede se encuentra en medio de las montañas de Orosi, Paraíso de Cartago.
Sin embargo, fue hace 8 años que decidió la señora Coto llevar un curso de pastelería para perfeccionar la técnica, se podría decir que ahí se soltó, abrió sus alas, dejó ir mis miedos y hoy tiene el triple de clientes que tenía antes.
Ella es su propia jefa, trabajo sola con la ayuda de Dios. Labora todos los días excepto los lunes donde se toma un descanso, siendo el horario siempre es a conveniencia del cliente, es decir a la hora que ocupen el producto se entrega.
La pueden localizar al número, 86067445, vía telefónica o por mensaje de WhatsApp.
De igual manera, antes la ubicación por medio de su cuenta personal de Facebook Yor Coto, sin embargo, actualmente creó una página que se llama Keke s Yor.
Con ella conversó el Periódico La Voz Goicoechea.
¿Como inició su emprendimiento?
Yo inicie en esto de la pastelería, hace más de 20 años, recuerdo que fue en un curso de repostería impartido en los años 90 aquí en mi comunidad, del curso lo que me llamo más la atención fue el área de la pastelería y comencé a hacer quequitos tradicionales para vender, mis trabajos eran muy sencillos, realizaba siempre las mismas decoraciones, recuerdo que tenía muy pocos clientes, creo que el factor miedo me impedía ir más allá.
¿Qué le hizo cambiar?
Hace un poco más de 8 años atravesé una prueba realmente difícil con uno de mis hijos caí en una gran depresión y una amiga me invito a asistir a un curso de pastelería, impartido por dos grandes profesores a quien hoy admiro y agradezco tanto aprendizaje.
Recuerdo que sentí mucha paz y confianza, hubo un evento específicamente que me demostró el potencial que llevaba dentro en esto de la pastelería, en una de las clases había que realizar rosas en lustre practica a la cual le tenía pánico, y cuando lo logré, cuando logré mi primera rosa fue algo increíble.
Terminé ese curso con mucho aprendizaje, de realizar solamente quequitos tradicionales, tres leches y torta fría de melocotón con decoraciones básicas y repetitivas pasé a tener una enorme lista de sabores en tortas frías, tres leches, queque helado, con decoraciones dinámicas bellas e innovadoras.
Lo más importante de todo esto es que al fin solté mis alas dejé mis miedos paralizadores atrás, hoy me siento feliz con lo que hago, empoderada y orgullosa de ser pastelera.
Mi depresión quedo atrás pude superarme y vencer todo aquello que me limitaba.
Concluyó con una frase que siempre les digo a mis clientes y que me caracteriza porque realmente lo siento: “Gracias por ser parte de mi dulce bendición”.
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