Muchas de las acciones que ejecutas a diario —dentro o fuera de la casa— ayudan a reducir el cambio climático. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostiene que al menos un 65 % de las emisiones de gases de efecto invernadero guardan relación con lo que haces o dejas de hacer en el hogar.
Partiendo de esta hipótesis, es pertinente reconsiderar algunas tareas domésticas y prácticas de consumo, de modo que no se conviertan en un peso para la crisis climática y para la salud. ¿Cómo impacta en las personas la situación medioambiental? ¿Cuáles son los quehaceres y hábitos que conviene transformar?
La ONU explica el cambio climático como las modificaciones de temperaturas y patrones climatológicos a largo plazo. De acuerdo con la institución, desde el siglo XIX la intervención humana predomina como el agente impulsor de dichos cambios, a través de la quema de combustibles fósiles.
Estas variaciones perjudican el entorno, lo que se evidencia —por ejemplo— con la falta de agua potable, los desastres naturales y la disminución en producción de alimentos, reseña Manos Unidas.
En cuanto al bienestar humano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) vincula las incidencias de la emergencia climática con muertes causadas por fenómenos meteorológicos extremos, entre los que listan inundaciones, olas de calor y las tormentas.
En ese mismo orden, la Organización Panamericana de la Salud advierte como efectos indirectos los alérgenos, las enfermedades respiratorias y las transmitidas por vectores, el agua y los alimentos; sin contar con las secuelas socioeconómicas, como la seguridad alimentaria, la vulnerabilidad de grupos y los desplazamientos forzados.
Como alternativa para paliar los daños, la OMS avala la sugerencia del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, instando a limitar el incremento de las temperaturas por lo menos a 1,5 °C, pues sus investigaciones apuntan a que sería la escala idónea para prevenir impactos sanitarios catastróficos.
Si aplicas los siguientes hábitos diarios, contribuyes a la reducción del cambio climático
El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 enfatiza la urgencia de llevar el calentamiento global por debajo de 2 °C, para disminuir la emisión de los gases de efecto invernadero de aquí a 2030. Contribuir con la misión es posible, si adoptas las medidas recomendadas por las ONU que revelamos a continuación.
Es probable que todos los días hagas algo con impacto ambiental. Greenpeace menciona que preparar el desayuno, el teletrabajo y el entrenamiento implica electricidad, uno de los insumos que agotan los recursos del planeta.
Siempre que emplees menos corriente favoreces la eficiencia energética. Los métodos de ahorro eléctrico en casa tienen que ver con sustituir las bombillas incandescentes por LED, recortar la calefacción y las horas de uso del aire acondicionado, o adquirir aparatos de bajo consumo.
Recuerda que buena parte de la electricidad trabaja con gas, carbón y petróleo.
Los alimentos de origen vegetal significan menor desgaste de energía, de tierra y de agua, lo que a su vez se traduce en baja emisión de gases de efecto invernadero. Considera una dieta mixta, en la que incluyas legumbres, frutas y verduras.
Un experimento comentado por National Geographic sugiere que comer menos carnes rojas y procesadas, así como duplicar la ingesta de frutas y verduras, benefician la salud y el medio ambiente.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores cambiaron la dieta de un grupo de estadounidenses, constituida por unas 2 mil kilocalorías diarias. Así, determinaron que comer sana merma entre 222 y 826 kilos la contaminación por persona y reduce entre 20 % y 40 % el riesgo de infartos de miocardio, la diabetes tipo 2 y el cáncer colorrectal.
La Fundación del Agua argumenta que en tanto uses una temperatura menos caliente, minimizas las emisiones de gases, debido a que demandas menor cantidad de electricidad. Lavar los platos o la ropa con agua fría es un punto a favor de la ecología.
Activar la secadora de ropa es contraproducente para el problema climático, dado el gasto de energía y que algunas de estas máquinas marchan con metano, un gas de alta potencia. La organización sin fines de lucro Te Protejo insiste en que lo apropiado es secar al aire libre, pues no requiere corriente y alarga la vida útil de las prendas.
Reciclar es un método de protección climática. Sucede que en todas las etapas de la cadena de producción se gasta energía e incrementa la polución.
La Fundación del Agua destaca al reciclaje como la recuperación de materia prima reutilizable para fabricar nuevos productos, impulsar la economía circular y disminuir toneladas de basura.
Comprar de segunda mano también es una forma de reciclar y ayudar al planeta.
Convierte en abono las sobras de alimentos. El Foro Mundial para la Naturaleza relaciona el desperdicio de comida con el despilfarro del agua y de la energía que ameritó su cultivo, cosecha, empaque y transporte. En el vertedero, los residuos se pudren y emanan metano.
¿Has notado una etiqueta con estrella azul en los electrodomésticos? Es el sello Energy Star, cualificados para ahorrar dinero y proteger el medio ambiente. En su sitio oficial indican que son 50 tipos de productos, que abarcan electrodomésticos mayores, iluminación y artículos de oficina y para la casa.
Si compras artefactos pertenecientes a la clasificación, apoyas el trabajo de empresas que emplean los recursos de manera responsable y que no fortalecen la huella de carbono.
Un artículo del Banco Mundial resalta que, en Estados Unidos, China y Europa, los vehículos eléctricos son aceptados como una alternativa para mitigar el cambio climático.
Diario Motor comparó las emisiones de CO2 provenientes de los coches eléctricos y de gasolina. Su análisis calculó que los de electricidad, durante 195 mil kilómetros, liberaron a la atmósfera 8 mil 785 kilogramos de dióxido de carbono.
Entre tanto, los segundos —en el mismo recorrido— arrojaron 48 mil 216 kilogramos de CO2. La diferencia es significativa.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos puntualiza que la quema de combustibles fósiles con fines de transporte es una de las principales actividades humanas que emite CO2. Caminar o desplazarse en bicicleta aminora la contaminación y supone ventajas para la salud.
Cuando las distancias son muy largas, ir en autobús o tren es la opción apropiada. La idea es moverse en automóvil lo menos posible. Si corresponde hacerlo, procura compartir el vehículo para descongestionar las calles y bajar las emanaciones de gases provenientes de la gasolina o diésel.
Regular la refrigeración y la calefacción colabora con la reducción del cambio climático; ambos servicios constituyen la mayor parte de gasto energético dentro del hogar.
Las Naciones Unidas aconsejan ajustar el termostato a una temperatura inferior en invierno y superior en verano. Así, gana el ambiente y la factura de electricidad será menor.
Promueve acciones para reducir el cambio climático
Un método de valor para reducir el cambio climático es propagar el mensaje. Expresa en tu entorno la relevancia de adoptar hábitos ambientalistas y cómo se acelerarían los resultados si toda la población participa.
En los informes de brechas de emisiones acentúan que los cambios de estilo de vida en el hogar y en las comunidades sirven de catalizador para que la transformación sea amplia. Ahora que conoces las prácticas, ¿actuarás por el bienestar del planeta?
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