El gas natural es una de las fuentes energéticas más aplicadas en el hogar. Sobre todo, al momento de utilizar calefactores y generar agua caliente. Sin embargo, también existen una serie de dispositivos que precisan de esta fuente como alternativa a la electricidad y poseen una serie de ventajas. Por este motivo, es conveniente conocer los electrodomésticos de casa que funcionan con gas.
Es probable que objetos como los lavavajillas, las secadoras o las barbacoas estén solo asociados al consumo de energía eléctrica. Pero el gas puede representar otra forma de brindarles energía. Priorizar su consumo representa algunas ventajas en el funcionamiento de estos y en los gastos finales del mes.
¿Qué es el gas natural y cómo se produce?
El gas natural es una mezcla de hidrocarburos livianos compuesta, de forma principal, por metano. También posee otros elementos en menor proporción, como nitrógeno, helio y variables de alcanos. Pertenece a la categoría de los combustibles fósiles, ya que se genera a partir de restos orgánicos de animales y plantas en descomposición durante millones de años.
Estos microorganismos quedaron sepultados bajo la superficie terrestre, expuestos a altas presiones y temperaturas. Por lo tanto, el gas natural se obtiene mediante la extracción, ya sea en yacimientos únicos de este mineral o en otros asociados al petróleo. Se lo considera más limpio en comparación con otros combustibles fósiles, como el carbón.
Cabe aclarar que la extracción, la distribución y la utilización del gas natural produce gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global. Sobre todo, dióxido de carbono y fugas de metano. Por esta razón, organizaciones como Greenpeace desaconsejan tomar a este combustible como una solución para la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, se trata de una fuente energética más limpia que la generada por otros combustibles fósiles. Según un estudio de la Universidad de Lima, es el combustible de esa categoría que menos contamina al ambiente. Esto se debe a que emite menos dióxido de carbono y no genera cenizas o partículas sólidas durante su combustión.
Organismos oficiales indican que las emisiones son entre un 40 % y un 50% menos que las del carbón y entre un 25 % y 30 % menos que las del fueloil.
Antes de la irrupción de la electricidad en millones de hogares del planeta, el gas era impulsor de la mayoría de los artefactos cotidianos. Con la proliferación de la energía eléctrica, el gas natural quedó reducido al uso de hornos y estufas, y al calentamiento del agua.
Pero son muchas las personas que comenzaron a considerar la aplicación de esta fuente para mejorar el rendimiento de los siguientes electrodomésticos.
Cocinas
Uno de los aparatos principales del hogar que tienen al gas como fuente energética son las cocinas y las encimeras. Aunque las opciones eléctricas comenzaron a ocupar millones de casas, las de gas poseen mayor potencia y rapidez de cocción.
En el mismo sentido, este sistema de cocción mediante cerámica vitrificada es más eficiente y veloz si se utiliza con gas. Además, representa un menor gasto en la factura que la alternativa eléctrica, debido a que no es necesario aumentar tanto la potencia del aparato.
Secadoras
En el rubro de la limpieza textil, existen secadoras que funcionan a gas y presentan varias ventajas en su desempeño. Son más eficientes que las convencionales eléctricas, producen menos olores y la ropa termina menos arrugada.
El secado es más rápido por las elevadas temperaturas que generan.
Otro accesorio que puede utilizar gas como fuente principal es el horno. En general, son más potentes y generan una cocción más sabrosa, producto del vapor de agua contenido. El factor económico es otro motivo porque el que muchos usuarios eligen los hornos a gas.
Con un criterio similar a las secadoras, la higienización de la ropa puede ser más rápida y eficiente si se obtiene agua caliente mediante gas natural. De esta manera, el líquido se calienta antes que con un motor eléctrico. Además, se pueden lavar las prendas sin necesidad de privar de agua caliente al resto del hogar.
También la higienización de platos y cubiertos puede realizarse con aparatos a base de gas natural. En general, los lavavajillas de este tipo poseen ciclos más cortos de lavado y reducen el consumo energético en comparación con el eléctrico.
Cocinar al aire libre también es más eficiente con barbacoas a gas. Los alimentos se contaminan menos, ya que no se produce ceniza ni humo. Además, la cocción se regula con mayor facilidad, mediante los ajustes de temperatura.
Mantener el hogar calefaccionado a través de chimeneas a gas es la mejor forma de generar ambientes acogedores durante los meses fríos. Estos objetos no producen olores ni humo, son eficientes, seguros y de un consumo regulado; algo que se refleja en el gasto energético mensual. Por supuesto, pueden combinarse con otros elementos decorativos del hogar, ya que son muy estéticas y cómodas.
Otros aparatos que poseen varias ventajas si se utiliza su alternativa a gas son los radiadores. Con ellos se logra un mejor rendimiento, una potencia mayor de calor y una menor contaminación auditiva.
Utilizar artefactos a gas representa varias ventajas. Algunas son propias de cada aparato, pero se pueden establecer una serie de tendencias generales que favorecen la aplicación de gas natural en comparación con la electricidad: Comodidad: la mayoría de los electrodomésticos de casa que funcionan con gas son muy sencillos de instalar, cómodos de mantener y accesibles para utilizar.
- Eficiencia: como se describió en el apartado anterior, muchas alternativas a los aparatos eléctricos funcionan de manera más eficiente con gas.
- Confort: en cuanto a la calefacción y al uso de agua caliente, los electrodomésticos a gas son muy efectivos y producen ambientes cálidos en toda la estancia.
- Ahorro: en general, el gas natural como fuente energética del hogar representa un gasto mucho menor en comparación con la energía eléctrica.
Son muchas las razones para optar por modelos alternativos de electrodomésticos que funcionen a gas. Sin embargo, se deben tener en cuenta los aspectos de seguridad en cuanto a su instalación. Si bien es una fuente energética segura y regulada, existen peligros por aparatos mal instalados.
La liberación de un gas tóxico, como el monóxido de carbono, puede volverse una posibilidad si hay dispositivos instalados erróneamente. Por lo tanto, siempre se debe revisar, mediante gasistas matriculados, que los conductos e instalaciones funcionen de manera segura y eficiente.
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