LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Psic. Elena Sanz).- ¿Cuáles son las repercusiones del desorden en nuestras vidas diarias? Conoce la importancia de procurar mantener un hogar limpio y ordenado.
¿Sabes cuál es el impacto directo que tiene el desorden sobre la vida de las personas? Seguro alguna vez has escuchado que todo hogar es el reflejo de quienes viven en él y esto es muy cierto. Vivir en una casa desordenada conlleva efectos nocivos que perjudican la realidad de sus habitantes.
Y es que la organización al final del día puede influir en la personalidad y el estado de ánimo. Por ejemplo, procurar mantener un espacio limpio y organizado mejora el humor y promueve la tranquilidad. Al contrario, un lugar sucio y desordenado aumenta el estrés y disminuye la productividad.
La personalidad de cada cual es un universo por explorar y todos tenemos particularidades que se reflejan a la hora de organizar el hogar. Por lo general, las personas introvertidas suelen ser más desorganizadas que las extrovertidas.
Esto se debe a que los introvertidos prestan más atención a lo que viven en su interior y suelen olvidar las demandas del mundo exterior. Los extrovertidos, por su parte, están más conectados con su entorno.
Además, las personas que suelen mantener su hogar ordenado tienden a ser relacionadas con características positivas, como la autodisciplina, la persistencia y el esfuerzo. Mientras que las desordenadas suelen representarse con problemas para la resolución de planes y la incapacidad para concentrarse en tareas específicas.
Vivir en una casa desordenada afecta tu subconsciente más de lo que imaginas. Los hogares deberían ser un refugio, pero cuando no se mantienen limpios y ordenados, pueden convertirse en toda una pesadilla.
Estos son algunos efectos de vivir en una casa desordenada. Procura evitarlos y anímate a un espacio arreglado.
Cuando alguien se encuentra pasando por un mal momento, es probable que descuide las labores de su casa debido a su estado de ánimo o que empiece a acumular cosas innecesarias. Sin embargo, permanecer en un lugar sucio y desarreglado solo hace que sea más difícil sobrellevar la situación.
Recuerda siempre que el orden llama al orden.
La acumulación es un problema que favorece la persistencia de un estado de ánimo poco beneficioso.
La contaminación visual proveniente del desorden genera una sensación de falta de equilibrio y armonía. Por ende, lograr dedicarse a una labor en específico es difícil, ya que hay demasiadas distracciones alrededor.
3. Discusiones y enojos todos los días
A nadie le gusta tener un hogar lleno de suciedad y desorganizado. Llegar a la casa luego de un largo día de trabajo o estudio y encontrarla en sus peores condiciones, nada más genera estrés, ansiedad y rabia.
Esto es más evidente si viven otras personas. Se pueden provocar discusiones diarias que afecten la sana convivencia.
Cuando normalizamos el hecho de vivir en una casa desordenada, en medio del caos de un hogar en malas condiciones, estamos provocando sentimientos de culpa que terminan dañando la salud mental. Entre más sea el desorden, más difícil parecerá salir de la situación, generando estrés.
Cuando se procura mantener el hogar en buenas condiciones, es más probable que puedas despejar tu mente con pensamientos positivos y aclarar tus ideas.
Una casa desordenada hace que la cabeza se nuble de tantos quehaceres pendientes, favoreciendo la procrastinación. Por eso es mejor nunca dejarse tomar ventaja del caos y ordenar las cosas a tiempo.
La carga emocional que tiene el desorden en la motivación para comenzar el día con el pie derecho es muy evidente. Cuando nos levantamos en medio del caos, la suciedad y el desorden, es más probable que tengamos una actitud menos proactiva.
La desorganización hace que tareas sencillas (desayunar, bañarnos o encontrar la ropa) se hagan más largas y tediosas.
Procurar mantener el hogar limpio es pensar en la salud. Más aún cuando se tienen hijos o mascotas.
El baño, la cocina y la habitación deben ser lugares que permanezcan ordenados. No solo por una cuestión estética, sino de higiene.
Todas las cosas de la casa tienen su sitio, así que evita que se acumulen los platos o los papeles del inodoro. Esto te evitará infecciones, alergias y otras patologías.
La vajilla sucia que se deja sin lavar de un día para el otro es una de las peores prácticas en estética, higiene y salud.
Está bien que en algunas ocasiones el cansancio o las situaciones externas hagan que se ponga la limpieza del hogar en un segundo lugar. No obstante, mantener una casa limpia y ordenada es clave para evitar el estrés y propiciar un ambiente confortable.
Por eso, procura asignarle a cada cosa su sitio, tender la cama, no dejar los platos sucios hasta el día siguiente, lavar el baño regularmente, no comprar cosas innecesarias y doblar la ropa antes de guardarla. Estos sencillos hábitos pueden hacer la diferencia.
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