Pese a que Rafael mantenía la esperanza de rehacer su vida en las montañas guapileñas parecía tener la oposición del destino. Bastante tiempo subsistió en el anonimato en Anita Grande, pero el poblado se convirtió en un antes y después. El ciclo Carmonilla terminaba a la vez que se gestaba el embrión de una futura pandilla que nadie hubiese imaginado...
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LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando, GAPO).- El coronel Madrigal nunca estuvo de acuerdo con la decisión superior del aborto al operativo “Carmonilla” por motivos presupuestarios porque estaba seguro de que era cuestión de tiempo. Sin embargo, después se prepararía para una cacería personal. Esta vez…a su manera.
Rafael no recibió con alegría la noticia del nuevo director regional del quien creyó haberse liberado. Deducía que en adelante lo tendría respirando en la nuca, con más oportunidad y deseos de venganza al recordar la última vez que intercambiaron balazos haciéndole caer ridículamente fuera del vehículo patrullero…
El seguimiento lo comprobó la noche en que una lluvia de balas caía sobre el rancho desocupado que utilizaba cuando lo requería. Rafael observaba los movimientos estratégicos entre la arboleda. No se movió hasta que partieron, agradeciendo en silencio al vecino quien le había adelantado la jugada.
A primeras horas del otro día se enrumbaba al rancho de los Mena. Toda/os conocían brujo Mena. El chamán Mena poseía un sembradío de marihuana en las alturas de la cordillera que utilizaba para bebedizos y ungüentos. -Rafita para que la policía nunca te encuentre debo prepararte un “hechizo” especial. (La pócima tenía el refuerzo de Arias, delegado policial de Jiménez quien anticipaba operativos para cuidar la siembra). Con la combinación de la fórmula las veces que la policía hizo redadas nunca lo encontró, aunque tuvo varios enfrentamientos a balazos con el coronel Madrigal en casa de los Mena donde en ocasiones se refugiaba.
Una noche, Rafael recibió la visita de un funcionario de una finca bananera para informarle que conocía el lugar donde el administrador custodiaba el dinero de la nómina para el próximo pago por si le interesaba. El jueves por la noche Rafael conocía santo y seña del escondrijo. Aprovechando la oscuridad Rafael se dirigió a la oficina deteniéndose ante la conversación que escuchaba. Escuchó al administrador invitando al compañero a tomar unas cervezas al bar de Chico Fuentes. Con la oficina a solas, rompió la puerta encontrando en la madriguera cinco rollos de papel periódico envolviendo sendos fajos de billetes los cuales echó en un saco. Salió tranquilamente mientras Carmen Julia esperaba en las afueras...
El tío Pedro Luis Sandí estaba por acostarse en Anita Grande cuando escuchó ladrar a los perros que se sosegaron al poco rato. Sorprendido y asustado miró al sobrino y detrás Carmen Julia con la jauría en silencio. -Rafael, ¿qué hacen aquí? Te buscan por todo lado. Sin responder, Rafael sacó del maletín varios fajos de billetes y paquetes de monedas depositándooslos sobre una mesilla. -La policía conoce esta dirección, cada momento pasan a inspeccionar… ¿y ese dinero? -Lo robé a la bananera, ese es tuyo, señalando la mesa. - ¿Qué van a hacer? -Vamos a acampar unos días al otro lado del río detrás de la casa. Por favor llévanos comida mientras planeamos como escaparnos a San José. Al día siguiente Pedro Luis apareció con desayuno e informes de los operativos montados por la policía en veredas y el ferrocarril. -No hay manera de escaparse, escuchó en voz baja Rafael.
El tío Pedro recordó que joven y recién llegado a la zona trabajó con ingenieros en las faldas colindantes del volcán Turrialba con Guápiles. Al otro día regresó con varias hojas y un plano que mostraba una línea entre la montaña.
-En Suárez de Jiménez toman este callejón. Procuren pasar inadvertidos porque son tres horas de caminata antes del pie de la montaña. La calleja cada vez se hace más angosta y rústica hasta desaparecer. En este arroyo escondido descansen antes de internarse en el monte. Después sigan la línea trazada. Tengan presente que podrían encontrar algún cambio por el paso del tiempo, pero al final los espera Santa Cruz de Turrialba…que Dios los acompañe…
Fue la última conversación entre tío y sobrino…
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