Historias de Carmonilla: Anita Grande


Rafael jamás imaginó que en Anita Grande viviría la quimera de su vida al conjuntarse la felicidad con el apoyo de un comprensivo administrador que le valoró...En menos de tres años el ensueño se rompería debido a reglas que la sociedad trazó…salvaguardando la justicia...

LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo A. Pérez Obando GAPO).- La estación de Anita Grande estaba solitaria cuando la máquina negra atravesó el puente que antecedía al poblado. Antes que la locomotora dejara espacio para el intercambio de contada/os pasajera/os que bajaban y subían Rafael miró a los ojos de Carmen Julia recibiendo una refrescante sonrisa como respuesta. Luego de varias averiguaciones en un pequeño negocio a la vera de la línea emprendieron una larga caminata.

No conocía a su tío, pero recordaba de una conversación lejana de su abuela que Pedro Luis se había ido muy joven rumbo a tierras caribeñas, sembrando en su mente el rumbo y esperanza para cualquier liberación futura. El tío Pedro ni siquiera sabía que tenía sobrinos.

El tío Pedro no interrumpía labores en el cacaotal mientras escuchaba a su sobrino quien presentando a su compañera contaba que buscaban fortuna. Resguardando el cuchillo en la vaina lacónicamente contestó: -como emparejados, siempre que se comporten bien, pueden construir un rancho y vivir en mi terreno.

La policía herediana recopilando datos de las fechorías de las diferentes bandas ligadas a Carmonilla que aumentaban con el tiempo descubrió que Rafael había desaparecido de escena en el valle central hacía rato. Carmonilla había pasado largo tiempo escondido y trabajando en la finca del tío Pedro quien después consintió que trabajara en una finca bananera cercana a Anita Grande

La finca Santa Clara en el Humo de Roxana reclutaba personal adecuado para “conchar”. Un trabajador le palmeó la espalda mientras decía: -M’ijo esta espalda bien aguanta un racimo. Rafael, atento a las noticias radiofónicas y escuchando que la policía le buscaba, se enroló bajo otro nombre.

Rafael, poseedor de innata cualidad para asimilar destrezas en corto tiempo y gran destreza comunicativa, se enteró que el director de la finca bananera era herediano. Su padre era comerciante y por esas cosas de la vida en ocasiones, Rafael lavó sus vehículos y sembró almácigos de café. Eso los llevó a simpatizar en corto tiempo.

Meses después de analizar su comportamiento, el administrador le solicitó que al siguiente día se presentase con bolígrafo y libreta. Rafael descendió la vista: -Don Carlos, no sé leer ni escribir. -No importa, escuchó incrédulo y con sorprendida mirada escuchó: -Alguien podrá escribir sus reportes y sus indicaciones, pero estoy seguro de que nadie podía ejecutar mejor función que usted en lo que tengo proyectado.

Un río separaba las oficinas administrativas de las habitaciones destinadas a los trabajadores. Rafael caminó un trillo antes de cruzar el puente de hamaca justamente cuando el administrador se dirigía a su vehículo haciendo una señal de invitación para el ingreso. En el camino don Carlos explicaba que lo requería para un puesto de supervisión y que hacía tiempo buscaba alguien con el perfil de talento y tolerancia que había descubierto en él. Pasaron por la Finca Uno estacionándose contiguo a la planta empacadora de banano. Luego fueron al Cable Uno para unirse con varios trabajadores alrededor del Capataz Número Dos. Lo presentó con el nombre inventado por Rafael. A partir de hoy (Miguel) va a desempeñar el cargo de Capataz Número Uno.

Fue el tiempo más añorado en la vida de Carmonilla junto a su eterno amor. Su desempeño le permitió iniciar en el aprendizaje básico, se sentía estimado, respetado y sin tribulaciones…por un tiempo.

La inteligencia de la policía lo había ubicado por tierras guapileñas y habían contactado a su tío Pedro Luis quien de inmediato les exigió alejarse de Anita Grande para nunca regresar…

El dolor de su alma evocaba los bellos días que su mentor don Carlos le había proporcionado, pero saltó de página mientras Carmen Julia le acompañaba entre montañas buscando (sin conocer) llegar al cercano poblado de Fruta de Pan en Duacari de Guácimo…


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