LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Sadniv Solrac).- Un acto sin precedentes ocurrió dentro de uno de los rings de boxeo más importantes del mundo: UFC, en donde uno de los luchadores se alzó sobre los presentes para predicar sobre la esperanza en Cristo enviando ese mensaje a quienes sufren hoy en Irán.
Ese escenario hizo que Beneil Dariush, luchador iraní, tomara su discurso de victoria y lo transformara en un gran mensaje de esperanza en Cristo para todos los que vieran el momento no solo en su país sino en el mundo.
El combate intenso del cual Dairush resultó vencedor le dio la oportunidad de que todos conocieran sobre su fe en Jesús, a pesar de ser nacido en Irán, un país extremista con su creencia musulmana.
«Lo siento, Daniel, pero tengo que tomarme un minuto. Necesito dedicar esta pelea a mi gente en Irán. Sé que están luchando. Sé que están luchando por la libertad. Sé que es una lucha difícil. Quiero que sepan que estamos orando por ustedes y los amamos», dijo al principio del discurso.
Y fue entonces, que el final de su mensaje fue tan impactante por su osadía y agilidad para compartir que solo en Jesús hay verdadera libertad.
«Déjame decirte una cosa más. Esta podría ser la cosa más importante que jamás escucharás: existe la verdadera libertad, una libertad que nadie te puede quitar en el nombre de Jesucristo, el hijo de Dios. Nunca olvides eso. Si recuerdas una cosa digo, recuérdalo», destacó.
Añadió también que su verdadero reconocimiento y galardón viene de Dios, y no de los premios que durante su carrera pueda obtener.
“Esto es lo que les diré: mi corona vendrá de mi Señor y Salvador. No me importa si tengo que ganar otras 10 peleas antes de obtener este cinturón; lo haré», finalizó.
Fue hace unos años que Dairush conoció a Cristo después de pasar por problemas financieros junto a su familia en Los Ángeles.
«Estaba en un lugar tan malo que en realidad comencé a orar», reveló agregando que aunque creía en Dios, no había entregado su vida por completo y que en un momento determinado tomó la decisión que cambió todo.
«Llegué a un punto en el que obtuve todo por lo que oré y me sentí culpable», testificó Dariush, quien a sus 24 años comenzó a hacer estudios de la Biblia y así entregó su vida a Cristo completamente.
Con regularidad se le ve compartiendo su fe en Cristo en todas las oportunidades que tiene.
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