El destino nos dio la oportunidad de conocernos en varios aspectos. La cuadra del andén de la Acera Tres de la ciudadela Rodrigo Facio Brenes fue marco de convivencia para el disfrute de diferentes generaciones en la tranquilidad de los primeros años de 1960. Escuchamos sus quimeras infantiles mientras desplegaba las alas del ensueño que le encumbraría internacionalmente. Su mentor, el Maestro Franz Herrera Lobo encendió la llama artística
Podrá enterarse que fue un destacado pintor y artista plástico nacional cuyo arte rebasó las fronteras terrestres del continente americano, y más allá, rebasando el Océano Atlántico y el Canal de la Mancha, además de su inesperada partida posterior al cumplimiento de los cincuenta años.
En nuestro caso, evaluamos el comentario de una estimada, asidua y culta lectora quien después de disfrutar de la historia de don Franz Herrera Lobo rememoraba nombres de valiosos artistas que habían emplumado en el nido del antiguo galerón de la Casa de la Cultura.
Esa agradable acotación sobre Leo, como normalmente se auto nombraba al presentarse, encendió la chispa para publicar esta evocación a nuestro recordado y renombrado artista local.
Leo el vecino, el amigo, el compañero...
Conocimos su casa, familia, hermana/os. El Leo vestido con uniforme estudiantil en primaria y secundaria y quien se ausentó discretamente allende las fronteras en busca de experiencias y conocimiento.
El Leo que al retorno de alejados estudios superiores encontró el amor y la conquista de una posición exaltando hábilmente en sus lienzos nuestra raza negra en recuperación de la identidad de la región Caribe limonense.
Normalmente al estudiar biografías, notamos de la frialdad y orientación hacia semblantes técnicos alejados de las inconveniencias, caminos y escalones del sufrimiento humano acontecido para alcanzar la cima sin mencionar aspectos familiares, dejando además por fuera, las pequeñas cosas que contribuyeron a la culminación de la grandeza.
Las iniciales tutorías de don Franz guiaron las manos en la infancia de Leo en sus primeros trazos de dibujante. Con su discurso moldeó la inspiración, la combinación de colores y la trayectoria del pincel a la vez que fue enderezando el maleable tronco del soberbio árbol que intentaba llegar al cielo...
Esa fue la trayectoria del virtuoso que voló alto…tan alto que Dios lo reclamó temprano…
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