LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Angie López).- Amigas y amigos: Es un verdadero honor compartir con ustedes el día de hoy que celebramos los 198 años de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica. Les agradezco sinceramente el habernos recibido en su tierra.
La historia del hombre está llena de ejemplos de uniones y anexiones; de distanciamientos y separaciones, pero raramente pasan en un clima de paz y de libertad. Muchos territorios han tenido que unirse a países vecinos por la fuerza de las armas, por la guerra, por la sangre, pero pocas veces lo han hecho por su propia voluntad. Nicoya tiene el honor, y el orgullo, de haber elegido libremente su destino y eso, más que ninguna otra cosa, es lo que la hace costarricense.
Han transcurrido casi dos siglos desde que, aquel 25 de julio de 1824, las y los valientes vecinos de estas tierras, en medio de la incertidumbre sobre el futuro de la región, y las vicisitudes que enf rentaba Costa Rica como la provincia más rezagada de toda Centroamérica, tomaron libremente la decisión de hacer de nuestra nación una más grande, próspera y venturosa.
Venir a Guanacaste es para mí un volver al hogar más que una visita. Ya han pasado muchos años desde la primera vez que vine a esta provincia y siempre vuelvo constantemente a disfrutar de la belleza de su naturaleza y del calor de su gente. He venido como hijo y como compañero, he venido como amigo y como ministro. Pero esta es la primera vez que visito esta hermosa provincia en el ejercicio en mi calidad de presidente del Congreso. Siempre lo he dicho y siempre lo diré, por mi cuerpo corre sangre herediana, pero soy también un poco guanacasteco, y por eso me alegra tanto venir hoy a celebrar este aniversario con ustedes y ver la forma en que esta tierra cambia año tras año.
Sin embargo, al llegar hoy de nuevo a esta provincia me duele, al igual que a ustedes, al ver el deterioro que tiene esta linda tierra en su desarrollo.
Me duele el nivel de pobreza que no baja. Me duele por las limitaciones que tienen para tener acceso a una salud de calidad. Me duele por el rezago educativo que está condenando a nuestra niñez y juventud. Me duele el estado tan deteriorado de su infraestructura vial.
Con ese dolor en el corazón y con toda franqueza les dijo que me habría gustado ver otro Guanacaste.
Pero ante la angustia que sentimos tanto ustedes como yo por esta provincia, se sobrepone la esperanza, pues estoy seguro de que Guanacaste sacará todas sus fuerzas para superar estas y otras limitaciones, como siempre lo ha hecho.
¿Y por qué tengo la certeza de que saldrá adelante? Esto es muy sencillo de explicar: Guanacaste siempre ha sabido elegir su propio destino. La anexión de Nicoya a Guanacaste no vino un día por magia o por azar, sino por el valor de su propia voluntad. Ese fue un bautismo de libertad que desde entonces ha pintado su historia, y que hoy la impulsa a liderar los esfuerzos de Costa Rica por abandonar el subdesarrollo.
Guanacaste es el claro ejemplo de que las provincias costeras costarricenses no deberían estar condenadas a ser siempre las últimas invitadas a la fiesta de la prosperidad, y de que no existe un destino de atraso diseñado para los habitantes de las zonas rurales.
Pero si el atraso no es un destino inevitable, tampoco el desarrollo nos caerá como maná del cielo. Tendremos que construirlo, todos los días y en todas las ocasiones. Tendremos, sobre todo, que saber elegirlo tal y como hace 198 años los nicoyanos eligieran a Costa Rica por su propia voluntad.
Es por esa razón que decididamente Guanacaste debe marchar a la vanguardia del progreso nacional y debe ser nuestro compromiso el asegurarnos que ese motor del desarrollo no se apague. Las oportunidades para el Guanacaste del futuro están al alcance si tan solo nos atrevemos a dotar a esta tierra de nuevas herramientas para la creación de más empleo y de más riqueza.
Conectar el desarrollo del Gran Área Metropolitana con esta provincia debe ser una tarea prioritaria. Hoy contamos con una nueva ley que facilita la instalación de zonas f rancas fuera del área metropolitana.
Esa legislación permite que estos nuevos centros de producción y empleo generen sus propias fuentes de energía renovable, logrando una reducción de costos que hacen muy atractivo su funcionamiento en lugares como Guanacaste.
Por ello, la presencia de grandes empresas multinacionales de alta tecnología en la provincia, como aquellas que producen dispositivos médicos o componentes electrónicos, no es algo imposible. Ya están presentes aquí compañías como AdAstra Rocket de Franklin Chang, y esa debe ser la norma, no la excepción.
Justamente, una de las grandes ventajas que tiene esta provincia para atraer inversiones es la existencia del aeropuerto internacional Daniel Oduber, el cual no solo debe verse como un activo para la atracción del turismo, sino también como un instrumento para el comercio internacional. Pero para poder explotar todo ese potencial, es necesario que Costa Rica se atreva a conectar ese aeropuerto con el Valle Central mediante un sistema ferroviario moderno, de alta velocidad, que permita realizar ese trayecto en un menor tiempo.
De esta forma, al garantizar a las empresas la infraestructura de primer mundo necesaria para la exportación de sus productos, Guanacaste sería otro polo de desarrollo industrial tal como los que existen hoy en otras zonas del país.
Por otro lado, es imprescindible que se avance con mayor rapidez en la ejecución del proyecto de abastecimiento de agua para Guanacaste, conocido como PAACUME. Confío en que la unidad ejecutora de esa iniciativa ponga todo su empeño, pues de su éxito dependerá el acceso al agua para el consumo humano y para el desarrollo productivo de la región para los próximos 50 años. Tener el recurso hídrico es otro beneficio adicional que contribuirá a esa anhelada transformación de la provincia.
Urge mejorar la conectividad para la atracción de nómadas digitales. Estos turistas de larga estancia vendrán a disfrutar de las maravillas naturales de la provincia, reanimando las economías locales y dejando recursos económicos en los distintos pueblos. Igualmente, se debe aprovechar la ley de inversiones fílmicas para que las grandes empresas cinematográficas vengan a filmar películas y series de televisión en la región, disfrutando de los impresionantes paisajes guanacastecos, del recurso humano con que contamos y dejando así miles de dólares en la zona.
También hay una nueva ley para atraer a los pensionados rentistas, que dejan sus países de origen para disfrutar de su pensión viviendo en las cálidas playas guanacastecas. Estas, más otras tantas herramientas, son las que como país debemos utilizar para generar un bienestar colectivo. Están ahí y es nuestra responsabilidad sacarles el mayor provecho. Como lo he dicho en alguna ocasión: ¡el inmovilismo no es una opción!
Dicen que uno no escoge a la familia. Eso no es cierto para Nicoya. Ustedes son hermanos de todo el pueblo de Costa Rica por vocación y por voluntad. Quiera Dios que esa hermandad persista durante 198 años más, y aún después; y que esta familia ejemplar que hemos construido como pueblo, a fuerza de tesón y sacrificio, continúe abriendo sendas hacia sus sueños.
Muchas gracias
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