LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Gerardo Del Valle G).- A inicios del nuevo milenio, la mística de ser Socorrista tenía un ingrediente principal, prestar un servicio a la comunidad sea cual fuere la circunstancia, es así que, como todo buen tico nos apuntamos a ver qué ocurre, y sin darnos cuenta estamos inmersos en la vida cotidiana de la Cruz Roja Costarricense.
Pero esta narrativa no tiene el interés de cuestionar, ni mucho menos el de dejar expectativas sin fundamentos, he aquí algunas situaciones comunes en un Comité Auxiliar:
Como mencioné a inicios de esta década, la formación de un Socorrista se inicia empapándose de su historia, de su creación, posteriormente y luego de un autoexamen físico mental nos aprestamos para decir “para que soy bueno”.
Una de las particularidades del ambiente en Cruz Roja es la interrelación , cualquier persona apta tenía un abanico de posibilidades de surgir entre la Institución, y aquellas con alguna limitación también era parte y tenía sus alternativas nadie era excluido y menos por aspectos físicos, ésta situación daba confianza en el grupo que poco a poco se iba conectando, aquellos con Licencia deslumbraban la posibilidad de conducir una ambulancia, eso sí, sin esa etapa de Unidad Básica ,ni siquiera se podía soñar en abordar o conducir Unidades de Rescate y todo partía de un curso básico denominado “APA,” “Auxiliar en Primeros Auxilios”, éste curso te daba la oportunidad de abordar ambulancia y atender pacientes mientras que el MVE “ Manejo de Vehículos de Emergencia” completaba el esquema básico para formar parte de una “ Escuadra”, los fines de semana y cumpliendo con 40 horas mínimo de prestación de servicio a la Comunidad así, cuando estaba una Escuadra completa de Socorristas sea; un Chofer y mínimo dos Socorristas era la odisea más completa ,y sobre todo , sin percibir un cinco como retribución porque éramos los Voluntarios y disponibles la hora y día que fuere necesario sea, para cubrir un chofer o un Socorrista, en ésa época los Voluntarios eran tantos y sin embargo no se devolvían a sus casas porque en cualquier momento se podían activar más Unidades, y así ocurría.
Muchas fueron las anécdotas que por espacio no puedo comentar todas, pero, como olvidar la “banca “para comprar café, o en la madrugada pasar a una famosa panadería en donde nos donaban el pancito recién horneado, que incluso, cuando nos disponíamos a saborearlo se presentaba una llamada de emergencia y había que dejar ese festín hasta tres horas después.
La Benemérita Cruz Roja Costarricense es la Institución para mi concepto, la máxima muestra de que como Sociedad somos sensibles y sobre todo serviciales y humanitarios, y es la expresión más genuina de las calidades de un ser humano al ejecutar el llamado de auxilio y socorro tal y como lo estableció Heny Dunant.
Ciertamente, mucho ha cambiado la estructura Administrativa y Operativa de la Benemérita, e incluso el sentido de identidad comunal se ha modificado para dar paso a proyectos de ampliación en el servicio bajo la expectativa de una mejor administración de Recursos Humanos y por ende los recursos en equipo y unidades.
Soy del criterio que, así como en esa oportunidad nos acercamos a Cruz Roja por el sentido de Voluntariado y que algunos lograron no solo ese objetivo si no que, ahora forman parte de la Planilla a base de esfuerzo y dedicación es necesario rescatar esa raíz que nos hizo soñar y cumplir nuestras metas, el Voluntariado es imprescindible y es parte de la comunidad.
Como un punto adicional, es necesario mencionar al Compañero Bolaños quien desde la Sede Central y que por Radio coordinaba los incidentes siempre se aseguraba de forma insistente la atención de los incidentes y su debida coordinación con otros Comités u Hospitales si el mismo superaba nuestras capacidades de recursos.
No quisiera dejar pasar la oportunidad para recordar algunos nombres que dejaron huella en el Comité Auxiliar Cruz Roja en Ipís, título que queda sin efecto y ahora es parte del Comité Auxiliar Cruz Roja en Goicoechea, desde Don Leonel Siles, Gamaliel Acuña , Arelys Rodríguez Víctor Hugo Benavidez Brenes, Alejo Obando Sequeira, Eduardo Solano, José Luis Madrigal Acuña, Carlos Guzmán el eterno Oficial de Guardia, Ricardo Rojas, Maritza Alvarado, Minyar Collado, Rodolfo López, Carlos Chavarría, Geovanny Chacón, Cristian Porras (Crispín), Cesar Corrales y los compañeros Permanentes Harry Cordero, José Valle y Eddier Sancho y Luis Chacón (Cholito).
Muchos Comités Auxiliares tendrán su Historia en algún momento del tiempo y en esta ocasión, quisiera rescatar la nobleza y dedicación de quienes de una u otra manera mantuvieron activa la misión de la Benemérita Cruz Roja Costarricense a través de un Comité Auxiliar en su comunidad, como en el caso de Ipís.
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