LA VOZ DE GOICOECHEA (Por Carlos Javier Jarquin).-
El poeta
el poeta es un cuarto
abandonado
en una ciudad terrible
vive con los muertos
obsesionado con la memoria
en lo alto una desnuda
bombilla
se balancea
dentro de su cabeza merodean jaguares
jaguares y
chacales
todo el día se le va llenando
la cabeza como al
fregadero
atascado el grifo que gotea
es un hombre con una
misión
es un hombre con un pequeño
problema con el juego
llena un boleto de la lotería
con todos los números
equivocados
¡qué risa! el poeta es
un detective sin
placa
él está presente
en la escena del crimen
todos lo
ignoran
¿a quién le importa de todos modos?
cuando los
policías se van
se prueba toda la ropa del armario
nada le
queda bien
se llena los bolsillos con
caramelos duros y crema
para la piel
es un recogedor de trapos
y todo lo anterior
la
historia humana está anudada
en su puño como una soga
es
presa fácil para los amantes
y mercaderes de sueños
habla
todos los idiomas
todas las frases pronunciadas por
las
naciones perdidas están
en juego en su cabeza
su cerebro está
en llamas
su cerebro está manchado
su cerebro está hecho de
jeroglíficos
vive en la tumba de los reyes olvidados
su
lengua es de pinturas rupestres
su testamento fue escrito
por
un niño asustado
y la ciudad lo aborrece
no tiene dinero
para gastar
y nada que ofrecer
excepto palabras sólo palabras
cuando el casero llega a la puerta
el poeta finge estar muerto
El beso
pudo
ser cualquier cosa
incluso, el alma de un pájaro
imprevisible
aterrizó en mis labios
un milagro, supongo
tan ingrávido
tan familiar
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀un
sostantivo femminile
en suspensión
(la rama de un niño
en el bosque del
norte)
pudoroso como un pícolo
un tanto rígido
inerme
ante el corolario
las grandes distancias
el progreso de un
peregrino
en tierras baldías
(el ardiente calor de la
selva
la escritura alpina de
campanillas azules y la nieve)
el
glissando del corazón
más pequeño
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀sosteniendo
lo insostenible
Tenía que hacerse
dudo
sobre cabalgar en el corcel azul
que aguarda en la puerta del
corral
por la caricia de la mano de un joven
antes del
amanecer, o sea, antes de
que los camiones de dieciocho
ruedas
apaguen sus motores y se alisten para rodar
como los
interminables trenes de furgones
retumbando al norte de
Kansas
todo ese polvo, el calor
los tábanos que muerden y
las llagas en la boca, los aguijones
-el cuchillo del
matadero-
todo ese amor que un gobierno llama
comercio y
utilidad y ser práctico
tenía que hacerse:
⠀⠀derribar
al niño que aguarda
⠀⠀junto
a la puerta colgante
⠀⠀a
que venga su corcel azul
París, un moribundo cisne en el infinito arco del sol
incluso en el regalo
del ahora
evoco tus primeros días
sentada en la Plaza San
Miguel a las ocho y media
sola entre tantos
en espera del
último pretendiente
(había una geometría ingenua en tus
modales
como un péndulo
las perlas colgaban de tu cuello)
el
camarero parloteaba
a nuestro alrededor
como un pajarito en
busca
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀de
una miga
(en la mesa, un círculo de admiradores
dentro del
café, la canción de las flores de Delibes
y un espacio en el
pedal sostenía el bajo
mientras las voces de dos
sopranos
coqueteaban por encima de él)
París eterna,
joven, trágica
París, un moribundo cisne en el infinito arco
del sol
agarrado al pecho
y tú con esas muñecas perfectas
un
francés que desarmaba
(¡cómo te justificaban los
parisinos!)
aún no estaba listo para dejar ir el amor
(yo
era una figura menor en tu órbita
que te conoció en Chicago
siendo una colegiala, ¿y qué?)
¡los engañaste a todos!
sí,
tú y tu gracia natural bajo la luz artificial del Barrio Latino
(pura algarabía y emboscada)
demasiado humano
demasiado
perfecto para ser verdad
(el arco musical que Pitágoras soñó en
voz alta)
tan pronto amanecía
Bajo una cubierta de hojalata en la lluvia tropical
tomaron a tus hijos de
los brazos de su madre
y los envolvieron en las frías láminas de
hormigón
tomaron el pan de la boca de tus hijos
y los
arrojaron a los cuervos, rodeando el río Potomac
se apropiaron
del sudor en el cuello de tus hijos
de la visión de los ojos de
tus hijos
les desvalijaron los músculos, la espina dorsal
los
pusieron a trabajar en sus respetables jardines
jardines de
cocaína, arroz, algodón, caña
jardines para las manzanas en
sus árboles
para la ensalada en sus vajillas
campos de
lechuga, tomate, repollo, maíz amarillo
bonitas rosas amarillas
en los jardines de Texas
cosecharon las lágrimas de tus hijos
amarillas, como todas las lágrimas de los pobres
que yacen
en todos los pisos del mundo
al margen del sol, cautivos en cada
prisión y barrio de la historia colonial
sustituyeron el sexo
de tus hijos con sucias mentiras
y las semillas del espinazo de
tus hijos
usurparon también, las esparcieron de un tirón
como
fertilizante sobre sus campos
tomaron los dedos de las manos de
tus hijos
y los envolvieron con plástico transparente
bien
apretados para el mercado
robaron el aliento a los pulmones de
tus hijos
la inocencia de sus sueños
luego, subastaron las
sobras de tus hijos
cuerpos bajo una cubierta de hojalata en
la lluvia tropical
Ojalá pudieras sostener la mirada de tus hijos
ojalá pudieras
sostener
la mirada de tus hijos por siempre
viajero de la
tierra, mientras
caminas hacia la muerte
tú, en la bata de
cenizas
tú, como los aburridos ministros del próximo mundo
ya
te empujan a través de su puerta
más fuerte de lo que nunca
fuiste
más fuerte incluso que tus hijos
quienes te han
enriquecido
quienes, ahora, son los adultos
en la habitación,
y tú el pequeño
-la vida es un hilo débil atravesando una
bobina-
con la piel del color del suelo, la rodilla cojeando
la respiración como un fuego de antaño
¡agarra con firmeza
esta mano, hijo de las estrellas!
¡agárrate fuerte niño del
más allá!
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀balacéate
fuera del tiempo
en confianza y en
verdad, esta es la mano que nunca comprendiste
ahora,
aférrate al amor.
En el siguiente enlace el escritor, poeta y columnista internacional nicaragüense
Carlos Javier Jarquín, recita el poema titulado EL POETA de la autoría del poeta George Wallace: https://youtu.be/StM3KMaIQg8
George
Wallace
(22 de marzo de 1949, Hempstead, Nueva York, Estados Unidos) es un
poeta y promotor de poesía. Obtuvo
residencia en Walt Whitman Birthplace y fue el primer poeta laureado
del condado de Suffolk. Es autor de 36 libros de narrativa y poesía,
publicados en Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Macedonia e India.
Es una figura prominente en la escena de la actuación de poesía de
Nueva York. Durante mucho tiempo viajó internacionalmente para
actuar, dirigir talleres de escritura y dar conferencias sobre temas
literarios. Enseña escritura en Pace University (NYC) y en
Westchester Community College. Ha realizado residencias de
investigación en el Centro de Estudios Helénicos de Harvard en
Washington DC. Su trabajo se recopila en la Colección de Secciones
Especiales, Instituto de Estudios LI de la Universidad de Hofstra.
George es editor de Poetrybay.com, coeditor de Great
Weather for Media
y editor de Long
Island Quarterly
y Walt's
Corner,
una columna de poesía semanal en The
Long Islander,
un periódico comunitario fundado por Walt Whitman en
1838.
https://en.wikipedia.org/wiki/George_Wallace_(poet)
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