Por Luis Jiménez
LA VOZ DE GOICOECHEA.- La fe del pueblo ucraniano no es fácil de doblegar, y una prueba de ello es la convicción de su presidente ante esta tribulación momentánea.
Durante una de sus alocuciones sobre la invasión rusa en su país, el presidente Volodymyr Zelensky hizo una fuerte afirmación sobre los daños que han causado en toda Ucrania y cómo esto solo fortalecerá la fe de su pueblo.
Allí, el mandatario detalló que al menos 28.000 habitantes de la ciudad de Kherson estaban bajo el poder ruso desde que la invasión comenzó; allí dijo que no importaba cuantas cosas pudieran destruir, incluso las iglesias, la fe del pueblo estaría intacta.
«Incluso si destruyes todas nuestras catedrales e iglesias ucranianas, no destruirás nuestra fe, nuestra creencia sincera en Ucrania y Dios, la creencia en las personas», expresó.
«Reconstruiremos cada casa, cada calle, cada ciudad. Y le decimos a Rusia: aprenda las palabras ‘reparaciones’ y ‘contribuciones’. Nos pagará por completo lo que ha hecho contra nuestro estado, contra cada uno de nuestros ucranianos», agregó.
Cada vez más los ataques a la capital ucraniana se han vuelto más intensos, por lo que la región del sur se ha convertido en un frente defensivo crítico para frenar el avance de Rusia.
La idea de Moscú radica en que esta zona es clave para conquistar a todo el país y tener éxito en toda la invasión; Kherson al igual que la región de Mariupol son zonas muy habitadas y caracterizadas por ser ciudades portuarias, por lo que los bombardeos allí no cesan.
Mientras que Putin desea controlar esas dos ciudades y establecer un vínculo estrecho entre el este de Ucrania y Crimea, la cual fue anexada a Rusia en 2014, ya la preocupación se cierne sobre otro territorio como Odessa, la tercera ciudad más grande del país.
Y a la par de lo sucedido, el viceprimer ministro de Ucrania, Olha Stefanishyna, dijo que parte de la culpa de lo que está sucediendo en su país sucede por el poco apoyo que la OTAN les ha dado al negarse a imponer una zona de exclusión aérea sobre el país.
«Es inhumano saber que la población civil y los niños morirán si no se toma esta decisión. La sangre de esos civiles, incluidos la madre y el padre de dos niños que nacieron ayer y hoy perdieron a sus padres en un bombardeo, no está solo en manos rusas», dijo.
Sigamos orando por la paz de ambas naciones y que la fe sea la luz en medio de este oscuro momento que están viviendo.
Allí, el mandatario detalló que al menos 28.000 habitantes de la ciudad de Kherson estaban bajo el poder ruso desde que la invasión comenzó; allí dijo que no importaba cuantas cosas pudieran destruir, incluso las iglesias, la fe del pueblo estaría intacta.
«Incluso si destruyes todas nuestras catedrales e iglesias ucranianas, no destruirás nuestra fe, nuestra creencia sincera en Ucrania y Dios, la creencia en las personas», expresó.
«Reconstruiremos cada casa, cada calle, cada ciudad. Y le decimos a Rusia: aprenda las palabras ‘reparaciones’ y ‘contribuciones’. Nos pagará por completo lo que ha hecho contra nuestro estado, contra cada uno de nuestros ucranianos», agregó.
Cada vez más los ataques a la capital ucraniana se han vuelto más intensos, por lo que la región del sur se ha convertido en un frente defensivo crítico para frenar el avance de Rusia.
La idea de Moscú radica en que esta zona es clave para conquistar a todo el país y tener éxito en toda la invasión; Kherson al igual que la región de Mariupol son zonas muy habitadas y caracterizadas por ser ciudades portuarias, por lo que los bombardeos allí no cesan.
Mientras que Putin desea controlar esas dos ciudades y establecer un vínculo estrecho entre el este de Ucrania y Crimea, la cual fue anexada a Rusia en 2014, ya la preocupación se cierne sobre otro territorio como Odessa, la tercera ciudad más grande del país.
Y a la par de lo sucedido, el viceprimer ministro de Ucrania, Olha Stefanishyna, dijo que parte de la culpa de lo que está sucediendo en su país sucede por el poco apoyo que la OTAN les ha dado al negarse a imponer una zona de exclusión aérea sobre el país.
«Es inhumano saber que la población civil y los niños morirán si no se toma esta decisión. La sangre de esos civiles, incluidos la madre y el padre de dos niños que nacieron ayer y hoy perdieron a sus padres en un bombardeo, no está solo en manos rusas», dijo.
Sigamos orando por la paz de ambas naciones y que la fe sea la luz en medio de este oscuro momento que están viviendo.
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