Josué 8:1: Jehová dijo a Josué: No temas ni desmayes; toma contigo toda la gente de guerra, y levántate y sube a Hai. Mira, yo he entregado en tu mano al rey de Hai, a su pueblo, a su ciudad y a su tierra.
*Por Pastor José Peña
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Es interesante leer la historia contenida en Josué 8-15. Gilgal es el lugar donde se inicia el cumplimiento de la promesa. Ver. 5: 12. El maná cesó al día siguiente. En Gilgal ellos comenzaron a ver el principio de las promesas y de la fidelidad de Dios. Ya he dicho que el maná es la comida del desierto. Todos nosotros hemos pasado por desiertos en nuestras vidas, tal vez hoy hay muchos que están pasando por desiertos económicos fuertes, desiertos de enfermedades, desiertos de problemas con el esposo o la esposa, y quizás digan, van tantos años y todavía pasando por este desierto. En esos años usted ha visto la fidelidad de Dios, porque ha visto maná todos los días, pero ya viene el día diferente, hoy tu desierto va a pasar y nunca más volverás a comer maná, no volverás a comer comida del desierto, comerás comida de la tierra, porque tu desierto va a terminar.
Gilgal es un lugar de revelación y manifestación divina. Versos. 5: 13-15.
Este episodio cierra con una revelación. Siempre que Dios nos quiera llevar a un nivel mayor, es porque quiere algo nuevo en tu vida; él vendrá y se revelará a ti de una manera diferente.
Josué estaba fuera del campamento cerca de Jericó planeando una batalla. Y aquí sucedió algo inesperado aparece un hombre misterioso con una espada desenvainada listo para el combate. Josué le preguntó inmediatamente ¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?- Josué había esperado 40 años, estaba listo para luchar, pero Josué hizo una pregunta incorrecta, a la que aquel varón respondió: “No; más como Príncipe del Ejercito de Jehová he venido ahora”.
Josué, reconoció inmediatamente el carácter sobrenatural de este visitante. Josué estaba en misma presencia de Dios, y cayó con su cara en tierra y adorándole le dijo ¿Qué dice mi Señor a su siervo?. El había entendido que el príncipe del ejército de Jehová es el Dios mismo que ha venido para conducir y luchar por su gente.
Lo importante aquí es que el príncipe del Ejercito de Dios estaba al mando, tenemos que saber que Dios está al mando y el pelea la batalla por nosotros, solo debemos postrarnos y adorarlo. Aleluya!. Quizás la batalla es dura y llega un momento en que nos sentimos débiles y hay temor en nuestro corazón Dios vendrá con una nueva revelación y te dirá “No tienes que pelear, solo me tienes que creer, yo soy tu general.”
CONCLUSIÓN: El pueblo tenía que acampar en Gilgal porque Dios había de comenzar algo totalmente nuevo para ellos. Ya el ayer no importa; hoy comienza un nuevo tiempo, tienes que dejar el pasado y seguir hacia delante. Pablo le dijo a la iglesia en Filipos, capitulo 3:13, “Olvidando lo que queda atrás, prosigo a la meta”.
Dios quería que el pueblo pasara a la conquista con un corazón sano.
* Ministerio Evangelístico “La Hora”, ubicado en República Dominicana.
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