Por Luis Jiménez
Esta pieza creada por un grupo de físicos de la Universidad de Chicago en 1947, indica como cada vez más la Tierra se hace más vulnerable por la mano del hombre, el cual refleja con la figura de un reloj el tiempo que le queda a la humanidad antes de su propia destrucción.
Durante su primera aparición sus manecillas estaban puestas a solo 7 minutos de las 12 o medianoche, las distintas etapas cruciales del mundo han hecho que cada vez más las agujas se acerquen a la hora final.
Para 1953 estuvo a solo dos minutos de las 12 debido a las pruebas con artefactos nucleares de parte de la Unión Soviética y EE. UU, misma cantidad de tiempo que volvió desde el año 2018; su año más tranquilo fue en 1991 cuando solo estaba a 17 minutos del final.
Con ayuda de varios premios Nobel, las manecillas se mueven al tiempo que los estudios del planeta arrojan, y todo sucede bajo el mando de la junta del Boletín de Científicos Atómicos.
Para este año, las agujas del reloj quedaron como el año pasado: 100 segundos antes del fin, el cual ha sido el punto más simbólico que refleja una catástrofe global; su hora exactamente está a 23:58:20.
Y aunque por dos años consecutivos siga marcando la misma cantidad de tiempo, el Boletín de Científicos Atómicos asegura que “la situación de seguridad internacional no se ha estabilizado y que el reloj sigue siendo lo más cercano que ha estado nunca del ‘apocalipsis’ que pondría fin a la civilización porque el mundo sigue atrapado en un momento extremadamente peligroso», describe un comunicado.
Los factores desencadenantes del “Apocalipsis” según el grupo de científicos son la desestabilización de la seguridad global, el sistema de salud, el medio ambiente y una toma de decisiones irracionales.
Ante esto, la misma organización sin fines de lucro ofrece una serie de pasos con los que el reloj podría mover su curso hacia atrás, como limites en arsenal nuclear, reducción de la dependencia de armas, la descarbonización de la economía, monitoreos de riesgos biológicos, además de incluir mejoras en el sistema de sanidad y buenas relaciones entre varios gobiernos del mundo.
«Los líderes de todo el mundo deben comprometerse inmediatamente a renovar la cooperación en las múltiples formas y plataformas disponibles para reducir el riesgo existencial. Los ciudadanos del mundo pueden y deben organizarse para exigir a sus líderes que lo hagan, y rápidamente. El umbral de la perdición no es un lugar para perder el tiempo», destacó el grupo en sus declaraciones.
Desde el punto de vista espiritual, aunque todos estos problemas mundiales podrían influir claramente en el fin del mundo como se le ha popularizado, lo cierto es que más atentos debemos estar a las señales que en todo el mundo ocurren guiados por lo que ya está escrito en la palabra de Dios, y esforzarnos cada día por estar más cercanos al corazón del Señor para así alcanzar la eternidad a su lado.
Los comentarios expresados en las secciones de opinión, reclamos del pueblo, campos pagados, negociemos y en la opinión de los lectores y comentarios de terceros al final de las notas o en las páginas de redes sociales, son responsabilidad exclusiva de sus autores. La Voz de Goicoechea (www.lavozdegoicoechea.info) es un medio de comunicación independiente, y no toma como suyas dichas opiniones por lo que no se responsabiliza por el contenido emitido por terceros.
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Para este año, las agujas del reloj quedaron como el año pasado: 100 segundos antes del fin, el cual ha sido el punto más simbólico que refleja una catástrofe global; su hora exactamente está a 23:58:20.
Y aunque por dos años consecutivos siga marcando la misma cantidad de tiempo, el Boletín de Científicos Atómicos asegura que “la situación de seguridad internacional no se ha estabilizado y que el reloj sigue siendo lo más cercano que ha estado nunca del ‘apocalipsis’ que pondría fin a la civilización porque el mundo sigue atrapado en un momento extremadamente peligroso», describe un comunicado.
Los factores desencadenantes del “Apocalipsis” según el grupo de científicos son la desestabilización de la seguridad global, el sistema de salud, el medio ambiente y una toma de decisiones irracionales.
Ante esto, la misma organización sin fines de lucro ofrece una serie de pasos con los que el reloj podría mover su curso hacia atrás, como limites en arsenal nuclear, reducción de la dependencia de armas, la descarbonización de la economía, monitoreos de riesgos biológicos, además de incluir mejoras en el sistema de sanidad y buenas relaciones entre varios gobiernos del mundo.
«Los líderes de todo el mundo deben comprometerse inmediatamente a renovar la cooperación en las múltiples formas y plataformas disponibles para reducir el riesgo existencial. Los ciudadanos del mundo pueden y deben organizarse para exigir a sus líderes que lo hagan, y rápidamente. El umbral de la perdición no es un lugar para perder el tiempo», destacó el grupo en sus declaraciones.
Desde el punto de vista espiritual, aunque todos estos problemas mundiales podrían influir claramente en el fin del mundo como se le ha popularizado, lo cierto es que más atentos debemos estar a las señales que en todo el mundo ocurren guiados por lo que ya está escrito en la palabra de Dios, y esforzarnos cada día por estar más cercanos al corazón del Señor para así alcanzar la eternidad a su lado.
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