*Por
Bayardo Quinto Núñez
Eres
un lienzo
La
piel, es un lienzo,
hoja de papel
para escribir
influyente
versística y/o letrística.
Corazones
en mi jardín
Preciosa
y hermosa
como mi jardín
de flores repletas
de corazones.
La
receta de la rosa
Una
rosa espléndida,
que recita:
¡no seré olvidada!.
Miradas
¡Ay
dios mío!,
miras un filtro más allá...!!!
*Pohema*
Marcha
en retruécano
Era
el otro lado del puente.
Déjame
pasar,
pues en el Cielo
quiere ver este
otro camino
con prontitud
al buen maestro;
Él me dijo:
Ocúltate
detrás
de esa montaña de las
almas de horca
y
cuchillo, para que
las nubes australes
sean un fonógrafo
perspicuo para que sea entendible el virus ultraísta, para que
su aliteración no sea una repetición,
sino una
prosopeya,
con un fiel encanto
de un notable retruécano,
ahí
y/o allí nace
la opinión certera.
*Minicuentos*
El
renacer murmuró
Había una
ligera llovizna, con un vuelo de pájaros. En el traspatio
conversaban los amigos entre sorbos de café y galleta simple.
Es tiempo de renacer, sin fronteras, externó Fidel a José. Y aún
entre tantas calamidades hay que tratar de ser condescendiente,
replicó José. Con la maldad, que le cobró a la maldad, no se
juega, repuso Fidel. Es ahí donde interviene la cultura-las artes-
como peldaño que cambia la vida, murmuró, José. Claro, más
artes, mejor expresión de humanidad, expresó Fidel. Es obvio
hay que dejar una estela y/o huella en el camino, inquiriró José.
Por supuesto, para que el corazón sea fiel expresión de una notable
obra para el destino tiempo, dijo Fidel. Sólo la maldad
fomentada, será aplastada por la maldad. Concluyó José. Y,
Fidel asintió con un meneo de cabeza, y expresando cultura y
más cultura.
El
tiempo, la taza de café y los amigos
Un
día de todos los tiempos, en una mañana placentera, radiante de sol
matutino, conversaba con un amigo y este me decía: Bayardo ya
cumpliste 66 años, que nunca jamás volverán a ser. Si.
Tienes razón, porque uno cada décima, centésima y milésima
o millonésima de segundos nos vamos poniendo más viejos, en cambio
el tiempo ni envejece ni muere permanece incólume, Le contesté.
Ve hombre, tenés razón, buena reflexión contesto el amigo Chema,
mientras finalizábamos de degustar una excelente taza de café, en
momentos que se desataba una rayería desde los inmensos
cielos parecía una guerra atómica. Ya vistes Chema, buen
espectáculo celestial, nos está regalando El Señor de los Tiempos.
Un nuevo universo, así habla Dios desde sus entrañas. Son
señales no cesaba ya rayería, que hasta daba terror. ¡Ay dios
mío!, exteriorizó Chema.
*Bayardo
Quinto Núñez, Abogado, notario público, escritor, pintor, y músico
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