Josué 5:2-3: “En aquel tiempo Jehová dijo a Josué: Hazte cuchillos afilados, y vuelve a circuncidar la segunda vez a los hijos de Israel. Y Josué se hizo cuchillos afilados, y circuncidó a los hijos de Israel en el collado de Aralot.”
*Por Pastor José Peña del Ministerio Evangelístico “La Hora”, ubicado en República Dominicana.
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Gilgal es un lugar de santificación. Capítulo 5:2-9. 40 años en el desierto. Ese tiempo ya había creado un estilo de vida. Ya estaban acostumbrados a lo que necesitaban para el día, estaban acostumbrados a lo necesario. Pero ahora tienen frente a sus ojos la sobreabundancia, tienen enfrente de sus ojos la tierra que les dará más de lo necesario. pero antes de tomar la sobreabundancia, antes de poseer la tierra prometida el Señor le dice a Josué:... espera... espera un momento... no pueden tomar posesión de esto antes que hagan algo en Gilgal que es necesario hacer. Dios le estaba diciendo a Josué: alto! No pueden entrar a conquistar mis promesas, así como están.
Hazte unos cuchillos afilados de piedra y con ellos circuncida a cada uno de los hombres del pueblo, porque de otra forma no pueden poseer la promesa.
Dios se encargó que el pueblo reconociera que antes de poseer las promesas, tenían que pasar por un compromiso y una experiencia de santificación. Había que dar un paso para pasar del maná a la sobreabundancia, y eso era la circuncisión. Este era un pacto que Dios había establecido con Abraham. Genesis 17:11-14
Ellos tenían que llevar la señal del pacto en su propio cuerpo a fin de que Dios dijera este es mi pueblo, de ellos son las promesas, de ellos es esta tierra. Cuando ellos hicieron es acto de fe, entonces Dios le dijo a Josué: “Hoy he quitado de vosotros el oprobio de Egipto”.
El oprobio de Egipto: La vergüenza, los grillos, las cadenas, las marcas de la esclavitud, porque sino cuando entraran y las naciones los vieran hubieran dicho este es un pueblo de esclavos, pero ahora Dios dice he quitado eso en medio de ustedes, no son un pueblo de esclavos, ahora son mi pueblo, así que el oprobio de Egipto ha sido quitado y ahora está la marca de Dios, la circuncisión para que cuando entren a Canaan digan ese es un pueblo santo, un pueblo que tiene a Dios con ellos, un pueblo que se ha consagrado para Dios, un pueblo que Dios pelea por ellos.
Versículos 11-12. Cuando terminó la circuncisión y sanaron el maná cesó y comieron del fruto de la tierra, eso quiere decir que ha llegado un nuevo tiempo, 40 años con maná y ahora salen y no hay maná, esa mañana tenía algo nuevo, tenía un tiempo nuevo, tenía un sabor nuevo, había comenzado el tiempo de la abundancia, tiempo donde ahora fluye leche y miel, tiempo en donde los racimos de uva sin tan grandes que tienen que cargarlos entre dos.
Eso significaba que había llegado un nuevo tiempo, el tiempo del cumplimiento de la promesa.
Aquí está hablando de algo que tiene que pasar en nuestro corazón, y para los creyentes no estoy hablando precisamente de la conversión, porque los que se quedaron en el desierto fueron los incrédulos, los que llegaron a la tierra prometida fueron los que creyeron, ellos fueron los que entraron a la tierra, y tu eres de los que creen, por eso estás en este lugar, porque crees en Jesús, están aquí porque quieres más de Dios, tú eres de los que entraran a la tierra prometida.
Y Dios les dice les voy a entregar toda la abundancia, les voy a entregar la promesa, pero antes tienen que circuncidar al pueblo, eso significa que tenemos que exponer nuestro corazón a un cuchillo afilado, tenemos que exponer nuestro corazón a la palabra de Dios, cual espada de doble filo que penetra hasta partir el alma y el espíritu y discierne las intenciones del corazón. Cuando nos exponemos a esta palabra nos duele como la circuncisión, pero es necesario porque después que sanemos podremos entrar a poseer la tierra.
Dios va a bendecir al que se someta a su palabra, Dios va a prosperar al que la toma y la guarda para cumplirla. Josué 1:-8.
Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
En otras palabras, para pasar del mana a la sobreabundancia hay que someter el corazón a la palabra de Dios, tenemos que acampar en Gilgal para escuchar las instrucciones precisas de Dios, Dios nos va a decir las cosas que tenemos que hacer y más vale que las hagamos porque sino viviremos el resto de nuestra vida comiendo maná.
En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo.
Pero si usted todavía está cargando algún oprobio del pasado, del tipo que sea, si aun te sientes victima de algo, estas necesitando acampar en Gilgal, Dios te está esperando allí porque el quiere que recuerdes el beneficio de la cruz, conociendo la verdad, conociendo a Jesús hoy puedes ser libre de tu oprobio.
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