Columna: “Mis padres me procrearon adolescentes por eso fui a dar a una familia sustituta religiosa”


Por Soraya Vanessa Vallejos Sequeira

LA VOZ DE GOICOECHEA.- Soy de la provincia de Puntarenas, soy una mujer transexual transgénero, nací en 1983, mis padres verdaderos se llama Viviana Sequeira y mi padre Víctor Vallejos, ellos en su adolescencia de 15 años me tuvieron por lo cual no pude crearme con ellos con mis padres biológicos, fui a dar a manos de padres sustitutitos porque ellos eran muy jóvenes, tenían muchos problemas con su responsabilidad de ser padres.

Por eso fui creada por una familia de una tía paternal, mi familia adoptiva es de una religión llamada Testigos de Jehová. Alrededor de 7 u 8 años ya yo me venía identificando diferente con la ropa, los juguetes, me gustaba solo andar con amigas en el vecindario poniendo vestidos de ellas.

Las maestras comenzaron a notarme que yo era “rarita”, entonces, empezaban a decirles a mis padres de crianza que a mí “solo me gustaba jugar con mujeres y con cosas de mujeres y que yo iba a ser rarita”. Tomando en cuenta esto, mi padre de crianza, maltrataba mucho a mi madre de crianza igual.

Le decía que “yo no podía estar allí, en la familia en la casa, porque yo iba a ser homosexual y que yo no debía dar mal aspecto a la familia, a los hijos de ellos, que me mandaran donde mis padres biológicos”.

Todas estas cosas para mí eran discriminatorias, me violentaban, porque yo era un niño no entendía muy bien que era la identidad de género, para esos años yo era “homosexual” o como acostumbra la gente a decir “playo”, o “travestí”.

Entonces, tanto maltrato psicológico, discriminación y violencia existía que ya de 11 años me fui de la casa de mis padres sustitutos corriendo, huyendo, ya yo no quería estar allí no quería que me digieran que “yo era una manzana podrida” o que “yo era un homosexual y que daba mal aspecto para mi hogar”, eso hacía sufrir a mi madre sustituta y para mí era muy doloroso.

Entonces, a la edad de 11 años tuve que decirle a mi madre que “yo quería irme de la casa porque no quería soportar a mi padre sustituto y el maltrato psicológico que le hacía ella porque ella me crio y yo no quería hacerla sufrir” y así fue yo me fui yo le dije a mi madre “que me perdonará y que yo iba a estar bien”. Así fue me fui de la casa. Gracias al Señor mi madre sustituta nunca me hecho la policía, el Patronato, ella sabía que yo iba a estar bien.

Yo me fui de los once años y anduve vagando en las calles, me cerraron las puertas de mi núcleo familiar. Todas las puertas mis tíos, mis primos, mis padres.

Tuve que andar prostituyéndome siendo menor de edad, por lo tanto, era muy difícil porque casi no lo comprendía, unas personas me agarraron y hasta me pusieron a vender drogas y de 11 años hasta los 19 años comencé a vender drogas porque tenía que traer lo económico donde yo estaba viviendo, yo vivía como dicen “arrimada” donde otras personas.

Fui así como caí presa y salí a los 22 años, me metieron 3 años y 4 meses por vender drogas. Estar presa fue muy doloroso. Estuve sola en ese tiempo. Salí a los 22 y dije “no voy más a vender drogas, mejor me voy a dedicar a la prostitución” y así fue como yo soy la pionera, una de “las primeras mujeres transexuales de Puntarenas”.

Decidí armar un comercio sexual en la ruta 27 ruta hacia San José para que las mujeres transexuales por lo menos tuvieran una calle donde tuvieran un trabajo de comercio sexual, en ese tiempo se fueron acercando 6 más, conmigo eran 7 mujeres transexuales de la provincia de Puntarenas, todas eran chiquillas.

Seguidamente se nos arrimaron nuestras amigas mujeres, que eran las que me recogieron en esos entonces, que me regalan ropa, que me apoyaban, me decían cosas lindas y para la suerte estas mujeres eran trabajadoras sexuales.

Entonces, nos decidimos pararnos allí, en ese punto que yo indicó de la ruta 27 hacia San José, pero de ver tantos crímenes de odio, tanto bullying, discriminación que sufríamos en esa calle de comercio sexual, que recibíamos de la sociedad, ya no queríamos tampoco estar allí, nos sentíamos violentadas y discriminadas.

Este grupo de personas fue así como decidimos crear una asociación de diversidad que se formó en el 2014, hoy por hoy, sigue en pie activa, en aquel entonces.

Cuando creamos está ONG yo era Fiscal de esta asociación, hicimos esta entidad, Gracias al Señor, tuvimos personas que creyeron en nosotras y nos ayudaron a fundar la asociación, éramos personas vulnerables. No sabíamos como se hacia una ONG, ni sabíamos sobre el tema de derechos humanos.

En el 2018 entré a la vicepresidencia de nuestra entidad, en el 2021 me postulé a la presidencia y gracias a Dios hoy estoy acá como presidencia de esta entidad, luchando por los derechos humanos de las poblaciones.

Desde mi casa ahora estamos como con una media oficina para trabajar con estas asociaciones. Gracias al Señor topamos con otras personas que nos ayudaron y nos dieron su mano amiga. Es así como nace la Asociación diversidad de Género Puntarenas. Después que formaron este conglomerado en el 2014, nunca hemos tenido oficina, entonces, la misma “siempre ha estado en mano de las casas de las presidencias”.

Es así, como comenzamos a educarnos en el tema de derechos humanos y a educar a las mujeres transexuales que se nos iban acercando, porque de estas personas que conformamos la junta directiva, cada persona de la junta directiva vela por una población.

Por eso, se llama Asociación diversidad de Género y velamos por la población GLBTIQ+, pero además velamos por otras poblaciones que no están incluidas en estas siglas, por ejemplo, las personas adultas mayores, personas con discapacidad, privados de libertad, mujeres en riesgo social, mujeres trabajadoras sexuales, etc.

Estas poblaciones no entran en las siglas, pero nosotras somos inclusivas y comenzamos a empoderar a estas. Gracias al Señor hemos empoderado en el tema de los derechos humanos a las personas, nos hemos empoderado nosotras, en el tema de la salud, de la educación que es lo primordial para las personas, del VIH, del uso correcto del preservativo, en el aspecto del cambio de nombre para las mujeres transexuales, el cambio hormonal para las mujeres transexuales o hombres transexuales.

Ha sido un reto, no ha sido muy fácil, pero siempre hay personas que nos apoyan a los demás o cuando hacemos el bien. Porque tenemos gracias al Señor, a alianzas con el IMAS, como el INAMU, con la CCSS, con otras organizaciones y personas que creen en nuestro trabajo hemos logrado hasta donde estamos.

Todo lo que pasé fue doloroso en mi vida, pero ahora estoy feliz tengo 38 años, me hice el cambio del nombre. Estoy en el proceso hormonal. ¿Quién iba a creer que una mujer trabajadora de la calle, una mujer que ha sido violentada por su familia, destruida de su núcleo familiar iba llegar a ser presidenta de una ONG?

Sigo en el empleo sexual porque no hay empleo digno que pueda apoyar a las mujeres transexuales, para que todas tengan un trabajo digno. Como siguen muchas de mis amigas. Así exponemos nuestra salud, nuestra vida.

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