“Desean echarnos de nuestras casas sin tener donde irnos”


Fernando González Brenes

LA VOZ DE GOICOECHEA.- Hemos sido inhumanamente amancillados por la Municipalidad de Alajuela somos un grupo de 22 familias que integramos el asentamiento Nueva Esperanza, ubicado en Alajuelita, San Felipe, Corina Rodríguez, avenida 6.

En esta urbanización en la que me encuentro mi familia y 21 familias más era una propiedad del INVU, en el que habitamos hace más de 10 años hasta permisos para instalar medidores de electricidad obtuvimos, ya que hemos estado siempre a la vista de INVU y la Municipalidad de Alajuelita “no en el ojo”, pero si sabían que habitábamos allí”, hace 3 años en el 2018, el INVU y la Municipalidad Alajuelita, realizaron un contrato de traspaso de la propiedad.

El recibió 2 visitas municipales junto con toda la fuerza policial municipal en la que con amenazas y a la fuerza intentan agredir y amedrentar con abuso de su poder a sabiendas de nuestro poco entender y conocimiento, aun así hemos realizado acercamientos con la Municipalidad porque no comprendíamos cuál era el repentino y desesperante deseo de desalojarnos sí hemos vivido en ese lugar tantos años y para lo cual no habíamos tenido la visita de la Municipalidad de Alajuelita, no siendo así la del alcalde cada vez que en campaña busca nuestro voto.

En dichas reuniones con la municipalidad me he presentado para luchar por una salida o solución porque no tengo dónde irme somos una familia de 6 integrantes (mi compañera cuatro hijos y yo) en medio de pandemia sin ningún recurso para marcharnos, en el que el derecho humano no debe ser sobrepuesto al derecho ambiental, de la forma en que la Municipalidad de Alajuelita lo está realizando, con lo que sólo me encuentro con negativas de ayuda, he indicado que la Municipalidad de Alajuelita no tiene nada que nos pueda ayudar y que debemos irnos.

El INVU y la Municipalidad de Alajuelita están violentando el principio de la buena fe de los artículos 21 y 22 del Código Civil, donde la ética y la moral están siendo amancilladas en la omisión, dichas instituciones violenta y hacen daño a terceros como en mi caso en este momento.

Esta situación en que me encuentro mi familia y las 21 familias más se debe a que no tenemos los medios y no tenemos la capacidad económica para enfrentar entidades como el INVU y la Municipalidad de Alajuelita, con el atropello el silencio ante toda Costa Rica que está ejerciendo, abusando de su poder a sabiendas de la vulnerabilidad en las que estamos y no tenemos como irnos y ocupamos que se detenga el desalojo administrativo de la municipalidad propiamente que ellos imponen sin ningún intermediario usando de los alcances que tiene la misma institución.

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