Por Pastor Joaquín Stevens, Asunción Paraguay
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Dios nos puso como atalayas en el mundo para avisar de las cosas que están o estarían sucediendo, antiguamente los atalayas estaban colocados en las torres de los muros que rodeaban la ciudad y que constituían la seguridad de la ciudad y cuando venía el enemigo o algo extraño pasaba fuera de los muros los atalayas advertían de la situación a la población para prepararse ante el peligro que se cernía sobre ellos y la ciudad.
Hoy día la tecnología ha ocupado ese lugar, ya no existen ciudades amuralladas, los satélites avisan de los movimientos que ocurren alrededor nuestro.
En nuestro caso Dios nos puso a sus hijos como atalayas para avisar a la gente lo que está escrito en su palabra, vivimos hoy día en tiempos angustiosos, en lo familiar, social, económico, político y ahora este virus que ha aparecido y que está trastornando la vida en todo el mundo conocido.
Este peligro, desazón e incertidumbre no debería asustarnos Jesús ya lo dijo que habría pestes y otras cosas más como terremotos, hambre, inundaciones etc., pero lo llamo a este momento o tiempo como principio de dolores.
HOY, es el momento de tener FE en Dios, en todo momento y circunstancia, nos esperan días muy duros y lo único que nos queda es CONFIAR en Jesús.
Es probable que muchos o millones pasaremos momentos como los que vivieron muchos personajes bíblicos, el pueblo de Dios estuvo en el desierto sin comida, sin agua, sin abrigo y Dios les respondió como sólo él sabe hacerlo.
Daniel fue arrojado al pozo de los leones y Dios lo liberó, hoy los leones pueden ser el sistema hnos., si no te vacunas te enviaremos al pozo de la soledad donde no podrás comprar, ni vender, ni viajar. Dios puede volver a enviar Maná, agua y otras necesidades si ponemos nuestra esperanza en El.
Dios puede sacarnos del horno de fuego de la desesperación, de las enfermedades, de crisis, así como lo hizo con sus tres hijos en babilonia.
Dios puede equiparnos para pelear en oración contra todo gigante, así como lo hizo David contra Goliat, al declarar su confianza absoluta en Dios y obtuvo la victoria plena y total.
Asimismo, Dios le dijo a Jeremías que comprara la propiedad de un familiar, quien compraría algo así sabiendo que los enemigos iban a invadir la ciudad.
Jeremías obedeció y la respuesta de Dios se cumplió, hoy casi nadie desea invertir por la inseguridad reinante, si recibes la orden de Dios de invertir hazlo, no perderás, sino que ganarás.
Jesús conociendo la incredulidad de su pueblo podía haber ido a predicar directamente a los gentiles, pero él obedeció el deseo de su padre y del suyo y cumplió su propósito para lo cual vino, hoy vemos incredulidad en los corazones, pero hay es buen corazones dispuestos a oír la palabra de Dios que trae esperanza, perdón y reconciliación, HOY es el tiempo de ir al mundo como cuando Jonás fue a Nínive a entregar la demanda de Dios de que si no se arrepentían serían destruidos.
La oración no tiene sustituto, la tecnología no puede o no debería intentar sustituirla, la oración es única que puede cambiar las cosas, las circunstancias y a las personas.
Pedro fue liberado de la cárcel por la oración de los hermanos, estos ejemplos fueron dados a conocer que nuestras vidas pueden pasar por alguna de estas vivencias y tenemos la fe y la oración para que a través de ellas tengamos victoria.
Este momento que estamos viviendo es crucial para definir nuestra posición en Cristo, si somos o estamos con él o no.
Muchos desertarán como cuando abandonaron a Jesús el día de su muerte, pero la mayoría volvió a El después de estar escondidos, es tiempo de demostrar si hay algún judas en este tiempo o si hay alguno como Juan que estuvo con María viendo cómo crucificaban a Jesús sin temor de ser muerto cómo su maestro.
Animémonos unos a otros, busquemos estar juntos en oración por los días que vivimos y por los días que vendrán y tengamos la mirada puesta sólo en JESUCRISTO, es la única persona que nos salvará de esta tribulación venidera.
Puestos los ojos en Jesús, autor y consumado de la fe.
Podrán caer mil o miles a nuestra derecha o izquierda, pero sepamos que Él no nos va a desamparar. Él está preparando morada para nosotros, nuestro cielo no es la tierra sino la celestial, ahí es donde pasaremos la eternidad, hoy somos peregrinos tan solo, estamos de paso y mientras caminamos hacia allá debemos honrar el pedido de nuestro Jesús el de llevar el precioso evangelio de Jesús cueste lo que cueste a todo lugar donde vayamos.
Lo que hagamos aquí determinará el nivel de recompensa que Él tiene preparado para los que le aman.
Dios bendiga y mucho a cada uno de mis hermanos en el mundo en este momento difícil y glorioso, sabiendo que nuestra redención está cerca.
Bendiciones amad@s del Dios vivo.
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