Por Luis Jimenez
Pasó alrededor de 10 años preparándose para servir al Señor como sacerdote, y aunque habían cosas con las que no estaban de acuerdo, no las manifestaba por miedo de caer en herejía.
Al cabo de unos años, luego de llegar al sacerdocio estaba contento y se sentía un representante de Cristo en esta mundo; pero sin embargo, sucedieron cosas que lo llevaron a entender que no se encontraba en el lugar correcto.
Su conversión vino a causa de una Biblia protestante (evangélica) que llegó hasta su iglesia, y con deseos de entender el evangelio de Jesucristo, acordó ver unas clases con el pastor de una iglesia evangélica. Lo que José no se esperaba era que cada vez que se reunían a leer las escrituras, Dios le mostraba cual era el camino correcto para que debía seguir.
Este testimonio maravilloso nos muestra que los propósitos de Dios para nuestras vidas no se detienen a causa de nada.
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LA VOZ DE GOICOECHEA.- José Borrás, un ex sacerdote católico de España nos cuenta su testimonio de vida, de cómo fue su conversión y como abandonó esta religión por seguir el evangelio de Jesucristo.
Creció en un hogar cristiano. Desde muy pequeño sus padres quienes eran unos católicos practicantes le inculcaron los principios religiosos del catolicismo. A la edad de 12 años se fue a un seminario católico creyendo que no había una manera mejor de servir al Señor en este mundo.Pasó alrededor de 10 años preparándose para servir al Señor como sacerdote, y aunque habían cosas con las que no estaban de acuerdo, no las manifestaba por miedo de caer en herejía.
Al cabo de unos años, luego de llegar al sacerdocio estaba contento y se sentía un representante de Cristo en esta mundo; pero sin embargo, sucedieron cosas que lo llevaron a entender que no se encontraba en el lugar correcto.
Su conversión vino a causa de una Biblia protestante (evangélica) que llegó hasta su iglesia, y con deseos de entender el evangelio de Jesucristo, acordó ver unas clases con el pastor de una iglesia evangélica. Lo que José no se esperaba era que cada vez que se reunían a leer las escrituras, Dios le mostraba cual era el camino correcto para que debía seguir.
Este testimonio maravilloso nos muestra que los propósitos de Dios para nuestras vidas no se detienen a causa de nada.
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