Mateo 28: 5-6: “El ángel dijo a las mujeres:- No tengan miedo; sé que ustedes buscan a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron”.
Por Carlos Emilio López Hurtado
Comentario
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Jesús derrotó la muerte, dejó la tumba vacía y con ello venció el dolor, el sufrimiento y la oscuridad.
La resurrección es el hecho más relevante que testifica que Jesús es el hijo de Dios, el Mesías y Libertador de la humanidad y creer en el Cristo resucitado y reconocerle cómo Señor y Salvador es el acto de fe que sella la salvación de quienes creen. Entonces Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás ...— “(Juan 11: 25-26).
¡La resurrección es el acontecimiento que evidencia que el Dios de los cristianos es el Dios de la vida “¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva” (1 Pedro 1: 3),“ Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Cor, 15, 13-14), la resurrección también es el cimiento de la Cultura de los Cristianos que en esencia debería ser la
Cultura de la Vida, que se opone a la muerte de la cultura de la que es la cultura de quienes niegan al evangelio de la Paz.
La cultura de la muerte es la cultura del zaqueo, llamada así en memoria del personaje bíblico que llevaba este nombre, quien antes de ser cristiano era cobrador de impuestos y le robaba al pueblo, por eso la cultura anti vida es la práctica de quienes cobran impuestos los roban y no se los regresan al pueblo. La
Cultura de la muerte es el despojo de las riquezas ancestrales de los pueblos de sus riquezas materiales y espirituales. La Cultura de la vida es regresarle al pueblo sus impuestos transformados en escuelas, universidades, institutos tecnológicos, hospitales, centros de salud y toda clase de infraestructura social y económica. La Cultura de la Vida es el respeto a los derechos colectivos del pueblo.
La cultura de la muerte es la cultura del imperio dominante, en los tiempos de Jesús, era el imperio Romano, quien en alianza con el poder religioso de aquella época promovía crucifixiones masivas, en la actualidad el sistema hegemónico global condena a muerte a los más pobres, a los excluidos, a las mujeres, a jóvenes, a la población trabajadora, campesina, originaria y afrodescendiente condenándoles en sus propios países.
La cultura de la muerte es la cultura de la guerra, las invasiones y las imposiciones de modelos económicos, son todas las políticas que propician las contaminaciones, la destrucción de la salud pública, las economías populares y la vida en todas sus formas, así como el aniquilamiento y extinción de todas las expresiones de la Madre Tierra. La Cultura de la vida es respetar la convivencia fraterna entre todos los seres humanos, de todas las culturas, la coexistencia pacífica entre los Estados, el cuido y preservación de todos los elementos de los ecosistemas naturales, aguas en todos sus estados, océanos, bosques, climas, tierras, fuentes energéticas, atmósfera, oxígeno, microorganismos, fauna y humanidad.
La cultura de la muerte, es la cultura de la mentira, es el pago millonario que hacen los ejércitos y poderes imperiales a unos cuantos para que tergiversen la realidad, para que cambien la historia, para que confundan la conciencia de las mayorías.
El imperio de aquella época quiso manipular y cambiar los hechos de la resurrección “Y reunidos con los ancianos, y hubo consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estaban nosotros dormidos.
Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido” (Mateo 28: 12-15). La Cultura de la Vida es la cultura de la verdad, narrar los hechos tal y como han ocurrido, es registrar y transmitir la historia verdadera, la historia de liberación y resurrección y llevar siempre un mensaje y una práctica de vida, salud, educación, esperanza y liberación plena al pueblo.
Jesús resucitado vive!! Y que viva en cada acto personal y colectivo que realicemos.
*Congresista nicaragüense
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