Versículo del día


Éxodo 14:14: Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.

Por Monseñor Juan Abelardo Mata, Obispo de la Diócesis de Estelí, Nicaragua

Comentario

LA VOZ DE GOICOECHEA.- Ante los últimos acontecimientos en Nicaragua. El motivo de nuestra esperanza, no ha de ser el “acontecimiento elecciones”, sino Jesucristo. Él es nuestra esperanza. Sin embargo, buscar la oportunidad de un cambio a nivel social, político y económico no contradice en nada nuestra fe, sino que refleja los anhelos que, como hombres y mujeres situados en este momento de la historia, queremos vivir con un crecimiento integral de la persona humana.

2. Jesús, en el que creemos no es un dios abstracto sino el Dios que camina con nosotros y quiere que seamos hombres verdaderos en todo el sentido de la palabra. Llegado este tiempo de elecciones donde se define nuestra historia como nicaragüenses, nuestra fe, madura. Esperar lo inesperado en un momento crucial de la historia es estar atento a las posibilidades que surgen en nuestro camino y de las que Él mismo se vale para hacernos avanzar a la plenitud de nuestro futuro donde todas las cosas serán nuevas. − ¿Qué esperamos los nicaragüenses para este 2021, año de elecciones? − ¿Somos los nicaragüenses hombres y mujeres de esperanza? − ¿Qué podemos hacer para construir una Nicaragua nueva?

3. Esperar supone soñar y trabajar. Este momento requiere mucho esfuerzo de cada uno de nosotros desde el lugar que ocupamos en nuestra sociedad. Es una tarea que solo juntos podemos alcanzar. Es momento de dar el salto de fe y abrazar a Jesucristo, nuestro camino y nuestra meta. Como dice San Agustín: “Cristo hombre es mi camino. Cristo Dios es mi destino. Vamos a Él, por Él” (San Agustín, Serm. 123, 3).

En Él, encontramos la unidad y la fuerza para restaurar lo que hemos destruido y potenciar lo que sigue en pie. Cada uno de los nicaragüenses somos capaces de darle un giro a las situaciones hostiles que hasta ahora tanto dolor nos ha causado.

4. Nuestra esperanza en tiempos de elecciones no se funda en un futuro oscuro, sino en un presente que debemos construir juntos para que nos ilumine el camino que debemos de seguir. Pongamos la mirada en nuestra realidad y seamos capaces de contemplar el misterio amoroso de Dios que nos sorprende.

5. La crisis en la que ahora vivimos revela la falta de conciencia y el grado de superficialidad en el que el mundo globalizado nos ha introducido. Se observan antivalores como la indiferencia, el relativismo y el egoísmo, que a largo plazo ha desembocado en conflictos sociales, políticos y económicos. Tal como están las cosas en el país contemplamos tres fuerzas humanas luchando entre sí y en direcciones opuestas: por un lado, la sociedad civil que parece no tener voz ni voto; el gobierno que se presenta como el salvador, con aires mesiánicos; y, por otro lado, las nuevas organizaciones sociales y políticas con sus respectivos representantes luchando contra los fantasmas de una política viciada. Sociedad civil

6. La mayoría es la sociedad civil, que actualmente sufre el hambre, el desempleo y todos los atropellos que supone la lucha por ejercer su libertad y vivir la dignidad humana que nos es dada por ser hijos de Dios. No obstante, debemos tener en cuenta que esto no la hace éticamente mejor ni peor que los demás.

7. Cuando la sociedad civil tiene una mirada contemplativa e interiorizada es capaz de leer los acontecimientos que le envuelven. Es capaz de discernir lo que le conviene para su desarrollo integral. Hoy más que nunca es tiempo de que la sociedad civil no sea la cenicienta de las fuerzas políticas militares y económicas. Un tiempo de elección es preciso y apropiado para despertar nuestra conciencia, volver nuestra mirada al interior, descubrir a la luz del Evangelio, qué es lo mejor para nosotros personalmente y para los que heredarán nuestra patria.

8. En el Evangelio Jesucristo hace tomar conciencia a cada persona que interactúa con Él de su valor humano restituyéndole la salud, defendiéndolo ante las autoridades y perdonándole sus pecados. Su muerte en la cruz fue el acto más sublime y más subversivo que se haya podido ver en la historia de la humanidad. Ese hecho desencaja toda postura indiferente, relativista y egoísta. Optar por un verdadero cambio deponiendo nuestros intereses, incluso renunciando a nuestras ideologías, supone para la sociedad civil, un seguimiento de Jesús con radicalidad.

El Gobierno

9. Es propio de la fragilidad del corazón humano adecuarse al poder cuando lo ostenta por mucho tiempo. Incluso se puede llegar a pensar que es la voluntad divina la que le hace gozar del mismo. Tal forma de pensar alcanza a quienes sintiéndose débiles se abandonan a la protección absoluta de un poder que les da seguridad. Estas dependencias autómatas a largo plazo, cuando no se pueden sostener, llevan consigo el deterioro de toda una sociedad. En Nicaragua estamos viviendo este hecho que intenta arrebatarnos la esperanza ya que quienes gobiernan parecen estar inmersos en esta espiral de poder.

10. Sin embargo, apelamos al amor que anida en el corazón del ser humano. Creemos que un tiempo de elecciones es tiempo de esperanza y quienes están al frente de la nación tienen la oportunidad de hacer cambios profundos de cara al bien común. “Jesucristo siendo de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se anonadó a sí mismo, haciéndose pasar por uno de tantos, hasta someterse a la muerte y una muerte de cruz” (Cf. Flp 2). Confiamos que siendo en su mayoría cristianos católicos, los gobernantes, tendrán la valentía a la manera de Nuestro Señor de saber deponer sus intereses y sus egoísmos creando las condiciones para que las elecciones de este año sean una fiesta cívica y transparente.

Las nuevas organizaciones sociales y políticas con sus representantes

11. Las nuevas organizaciones sociales y políticas con sus representantes han surgido de la sociedad civil y han sido aclamados por la misma. Sin embargo, han demostrado vacíos de cara al proyecto común. Sus buenas intenciones sin un diálogo fraterno se vuelven solo buenas intenciones y no contribuyen al crecimiento y a la unidad de un pueblo que no ha encontrado en su trayectoria política un gobierno que sea capaz de ver integralmente a los ciudadanos. La distancia entre ellos devela la crisis que el hombre y la mujer nicaragüense estamos enfrentando. 12.La esperanza que nos guía en este tiempo de elecciones es la unidad. Todo lo que divide es contrario al crecimiento humano. Jesucristo nos da gran ejemplo de la unidad. En Él está patente el espíritu de comunión. Su querer y su hacer fue que todos permaneciéramos unidos a Él como Él lo está con el Padre (Cf Jn 17, 21). De hecho, en su oración sacerdotal (Jn 17, 1-5) le da gracias a Dios porque no ha perdido a ninguno de los que le dio; es más, la búsqueda de esa unidad la llevó al extremo, al punto de dar la vida por los suyos. De este testimonio están llamados a aprender quienes desean servir a su pueblo en un cargo público, despojándose de sus propios intereses y egoísmos.

Conclusión

13. En la crisis socio-política generada a partir de 2018, se revela la crisis de un nicaragüense que renuncia progresivamente a los valores fundamentales que sostienen la razón de ser y el sentido de su vida. El surgimiento de un hombre y una mujer nuevos aún está en ciernes. Mi misión como Obispo me vincula con el bien común de la nación, por ello, quiero alentar, acompañar y estimular las iniciativas que surjan en función de una nueva Nicaragua. Nuestra mirada y aportes no son ideológicos, están basados en la mirada contemplativa que nos permite encontrar en la persona y proyecto de Jesús de Nazaret el paradigma para una sociedad nueva y un hombre y mujer nuevos (Cf. GS 22).

14. A través del “acontecimiento elecciones” en Nicaragua, Jesús, ofrece la oportunidad de renovarnos. Juntos, sociedad civil, gobierno, y las nuevas organizaciones sociales y políticas con sus representantes podemos encauzar nuestras fuerzas para el bien común. Es condición indispensable revisar el camino hecho hasta el momento, como creyentes u hombres y mujeres de buena voluntad ver en Jesús el modelo para reorientar el camino y actuar a la dignidad de hijos e hijas de Dios que nos ha sido dada. Esto más que una invitación es un reto que nos presente a todas como algo esencial, si de verdad soñamos con una Nicaragua nueva y en paz. " Nada está perdido, mientras haya ilusión por encontrarlo (San Agustín).

15. Nuestra Madre, La Purísima, creyó firmemente en su Hijo Jesús y ella fue la primera en ser renovada para la causa del Reino. Mirémosla y dejemos impactar por su mirada maternal que, sin distinción alguna, nos acoge en su regazo. Sintamos su solicitud en estos momentos.

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