Por Gerardo A. Pérez Obando (Gapo)
LA VOZ DE GOICOECHEA.- Formamos parte de la historia siendo cualquier momento oportuno para aportar un grano de arena para el costado que elijamos o al que el destino nos lleve.
El desarrollo de la Telefonía Pública Regional
Desempeñando el puesto de Primer Comandante de Cartago, en 1974 don Daniel a los 35 años abrió la invitación del Instituto Costarricense de Electricidad firmada por los señores Eduardo Navarro Peralta (+) y Johnny Campos Loaiza.
En la cita con alegría y sorpresa encontró que el colega Eliseo Uba Durán (+) destacado en una comandancia de San José también había sido convocado. Después de un breve saludo la instrucción fue directa: “Queremos ver si les gustaría participar en el programa para desarrollar la telefonía pública en el interior del país”. Buscamos la fórmula para mezclar el conocimiento de zonas y vivencias policiales con el apoyo administrativo-técnico para un proyecto que arranca en cero.
Internamente los distritos y poblados, distinguidos por su abundancia agrícola, ganadera, comercial y también desigualdad social, carecían de infraestructura vial por lo que fueron meta para integrar e incentivar su desarrollo por medio de las telecomunicaciones.
Ese mismo día en la tarde llegó la aprobación presidencial a la propuesta de don Antonio Cañas Mora, gerente en ejercicio autorizando el traslado de Morera y Uba.
Con este acto se constituyó el primer equipo de trabajo con la misión de introducir un cambio tecnológico con visión de futuro encomendada a la Institución ante un usuario desconocedor.
Telefonía Pública Rural fue el nombre asignado a la unidad laboral inicialmente conformada por Luis Chacón Chavarría, Mario Moya Araya, Mario Obando Araya, Eliseo Uba Durán (+) y Daniel Morera Herrera.
Las operaciones iniciaron en un edificio aledaño a la central telefónica de San José utilizado para controlar la facturación del tráfico telefónico manual generado por el servicio interurbano 110 ubicado en San Pedro que cambió rumbo y responsabilidad para elegir localidades a visitar en conjunto con Ingeniería Telefónica para planificar y elaborar diseños de comunicación.
La experticia de Uba y Morera consistía haber incursionado con operativos policiales en zonas agrestes y contactos que con el tiempo deberían asimilar los demás. El desfile de nombres desconocidos iniciaba con las Barras: Tortuguero, Parismina y Colorado. Islas: Chira y San Lucas. Puertos: Golfito y Jiménez donde nació la necesidad de instalar equipos de radio para enlazar la central de San Pedro a través de repetidoras en cerros: Irazú, Gurdián, Garrón, Buenavista y otras.
El primer y más difícil acto era ingresar a una zona carente de caminos porque las opciones eran: caminando, a caballo, en bote, lancha o avioneta en un periplo largo y cansado adicionando que los foráneos no eran bienvenidos.
La ventaja de la segunda atapa era haber superado la anterior porque tampoco era fácil encontrar un concesionario del servicio como enlace comercial. La mayoría de pueblos carecía de electrificación que al ser requisito indispensable solo calificaban pulperías grandes con plantas estacionarias. Era menester coordinar con las autoridades de la zona para que, en una reunión, generalmente en escuelas, se firmara el “Contrato” con fuerzas vivas comunales, autoridad local y representación educativa como testigos o garantes.
Finalizaba el proceso con la etapa de capacitación técnica-administrativa para mantenimiento, contacto, cobro y porcentaje de ganancia por prestación del servicio además de las entrevistas y evaluación de servicio posteriores.
Antes de ultimar las pruebas de propagación los responsables adquirían el compromiso para que el equipo funcionara el día de la inauguración convertida con el tiempo en festividad comunal. Las cabinas, teléfonos y accesorios en ocasiones ingresaron sobre hombros, carretas o a lomos de caballo en colaboración total.
Algunas comunidades no recibieron la noticia con agrado rechazando la oferta. Se dieron disputas entre dueños de pulperías con rivalidades personales; inclusive se recibió un reporte de un homicidio por esa razón.
En 1982 don Daniel fue llamado por cuatro años a Seguridad Pública retornando al ICE cuatro años después donde se encontró con una nueva camada: Keneth Phillips Montejo (+), Luis E. Carmona Arias (Leca), Carlos Álvarez Ramírez (Chaca), Rodrigo Chevez Álvarez, Gerardo Coto Hernández. Lamenta omitir nombres por olvido. 1996 fue el año de su retiro, actualmente vive en Cartago y tiene 81 años.
Don Daniel, gracias por su aporte y mensaje para lectora/es, extendiendo su saludo fraternal para excompañera/os de lápiz y escalera. Nuestro reconocimiento por su labor.
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2 Comentarios
La excelencia de la telefonía pública regional me permitió, como periodista, transmitir informaciones a las radioemisoras, durante giras de trabajo del MAG. Siempre había que hacer una parada en un teléfono público. Lo recuerdo con nostalgia. Excelente artículo de don Gerardo Pérez.
ResponderBorrarGracias doña Patricia, de hecho hay más historia para compartir, la ubicación de los teléfonos públicos en las regiones era un mapa para la/os emisarios del progreso y seguridad, periodismo, autoridades, educación, religioso, colaborado con el desarrollo de empresas ganaderas, agricolas floriculturismo y gobernanza. Era un un archivo analógico imprescindible y coordinación antes de emprender giras.
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